Un cura, prócer de una vasta comunidad, representante de la iglesia, casa de lo valores más altos, lugar de cobijo de muchas almas, lugar de verdades.
un lobo disfrazado de cordero |
Yo lo conocí cuando tenía asumo unos 9 a 10 años, y mi madre nos llevó a la iglesia colorada de El Bosque, para que formáramos parte ahí de un grupo scout y no en nuestro colegio el Grange, donde las cosas podrían ser menos santas. Ahí conocí al cura Karadima, y también conocí al jefe scout puesto por él me imagino, que tuvo en esos años conductas poco santas también, con algunos niños de esa tropa; lo se porque él mismo estuvo recorriendo años después a esos ya no tan jóvenes, pidiéndoles perdón.
Hice la primera comunión y confirmación con Karadima. Recuerdo que alguna vez incluso fue a nuestra casa, a no recuerdo que evento de familia, al cual él daba su bendición. No recuerdo que se hubiera ganado muchos de nuestros afectos, pero por ahí pasó.
Karadima estuvo en nuestra vida. Recuerdo que en esos scouts nos obligaban a rezar el rosario, antes de nuestras reuniones propias de los scouts, cosa que era para mi una reverenda lata.
Leo en la prensa de estos días que alguien denunció tempranamente los actos de Karadima al alto mando de la iglesia, donde nombran a Fresno, del que no tenía malos recuerdos como personaje importante de la iglesia, el cual rompe y bota la carta de denuncia, destruyendo con ese acto el juicio de santidad que pudiera haberle tenido.
Hoy miro enojado a esta iglesia, como una mafia corrupta; se movilizan en mi sentimientos y reflexiones fuertes en su contra. Y durante los años de mi vida, he sabido de primera boca varios otros actos bastante poco santos de otros curas.
Siento lo que ha pasado con esta iglesia, como la caída de otro muro de instituciones que ya no daban más.
Una institución que metida en los colegios se metió en nuestros tuétanos valóricos y nos configuró y dio la estructura desde donde muchos sostienen su equilibrio y que sospecho deben estar sufriendo lo indecible.
caída de muro |
Como recuperamos el poder que esos personajes corruptos muchos, nos instalaron dentro. Como recuperamos el poder de nuestra integridad sin derrumbarnos.
Vivimos una época de cambios y confusión sin igual. Pero debo decir, tengo la mayor de las esperanzas, pues los valores son intrínsecos a nuestra naturaleza, a la cultura que hemos construido, y el mundo que emerge trae los gérmenes de lo nuevo que hace falta. Hay que estar atentos, hay que estar abiertos, flexibles a los cambios y en buena onda.
Y a los Karadima, detectémolos a tiempo por favor, y a sus mafias protectoras también..