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sábado, enero 30, 2016

Libro Focusing, de Edgardo Riveros

Supe de este libro por una invitación a su lanzamiento que me hizo la empresa Desafío de Humanidad. Y ahí mismo conocí a su autor Edgardo Riveros.
Recuerdo haberle dicho que sospechaba que el concepto de Focusing era lo mismo que Presencing, de Otto Scharmer y Peter Senge. Pero no, resultó ser algo distinto.

Focusing, como yo lo entendí, es conectar con el cuerpo y por ahí con la sensación sentida,  como la llaman. Es una conexión hacia nuestro interior, dejando la mente pensante a un lado. Busca lo implícito, lo que se siente a raíz de alguna materia que se quiere enfocar o está pasando, con sus significados profundos, puestos por la sabiduría ancestral del cuerpo.

El origen de esta experiencia de conexión interna, es Eugene Gendlin, un norteamericano, filósofo y psicólogo, que el año 1979 dice haber descubierto este fenómeno o dimensión humana. Creó con su mujer un Instituto con sede en Nueva York, que se ha dedicado a propagarlo y certificar especialistas para su práctica y difusión.

La materia está cambiando de significación. Desde incluso la física cuántica, que habla de un tercer estado consciente de la materia, al Presencing que hurga en el cuerpo y a través de algo parecido a la sensación sentida, pesquisa lo que quiere emerger, el futuro que quiere aflorar.  Ahora Edgardo Riveros nos trae el Focusing, que conectando con el cuerpo, incluso habla de la sabiduría del cuerpo, e incluso de que esta es una sabiduría más sabia que la misma mente pensante, razonante; accedemos a un conocimiento profundo de nuestro ser.
La razón, nuestra diosa por tantos años, empieza a ser desplazada o más bien a ubicarse junto al cuerpo, incluso de a ratos, con mayor estatura este último, entre nuestras principales capacidades.

Mientras hablas desde la mente razonante, has una pausa y escucha tu sensación sentida ubicada en tu cuerpo, e incluye este conocimiento en lo que vas elaborando. Este conocimiento al que se accede de esta forma, es mucho más real, mucho más profundo, teniendo en cuenta que nuestra experiencia en general, y nuestra experiencia con otros en particular, es significada automáticamente por nuestro cuerpo de maneras que solo a través de este ejercicio de acceso, podemos recabar de ello.

Edgardo Riveros
Riveros aplica este mecanismo del Focusing no solo al acceso propio de lo implícito, sino que en el coaching, o el ejercicio profesional del psicólogo, accede mediante preguntas, a la dimensión implícita del otro.
Dialogar, trayendo a colación esa dimensión, es otro nivel de conversar. Es un nivel superior de diálogo, que incluso permite la resignificación y con ello a la sanación de dolencias.

Riveros ve una juventud muy conectada con lo externo y desconectada con lo implícito y por ello, perdidos a la hora de elegir carrera e incluso pareja. Por ello llama la atención a empezar a incluir esta experiencia del Focusing en la relación de padres con hijos, de profesores con alumnos e incluso de jefes con subalternos en organizaciones.
Llama la atención sobre Internet que rebosa de externalidad y pide que para humanizarla debiéramos incorporar el Focusing en la comunicación online.

Bueno, recomiendo este libro, que nos trae una experiencia que debiera ser relevante, a la hora de conectar con nuestra más real y profunda interioridad, y con la de otros.  Una práctica que si la aprendemos e incorporamos, nos debiera cambiar la vida.

El Tata, el panadero del Lider de Latadia con Vespucio

Después de haber entrevistado a la Violeta y a Pedro, las emprendí con el hombre que está detrás del exquisito pan que compro muy frecuentemente en el supermercado Líder, de Latadía con Vespucio. Esto surgió como una tarea de un curso del MIT que tomé por Internet y que hacía esto para sacarnos a los alumnos de la mirada estrecha individualista tan frecuente. Conoce a gente de tu periferia, que sean en general muy distintos a ti, decía el instructivo.

el Tata - Hernán Rodriguez
Los dos primeros eran independientes, así que el llegar a la entrevista, fue relativamente rápido. Aquí, quien está detrás es Walmart y por ello elevaron solicitudes a sus respectivas jefaturas para acceder a este extraño pedido de un ciente, en este caso.

Nos sentamos con el Tata, así le dicen, en la oficina de la gran jefa del local. Y él se sentó orgulloso, por un rato, en el lugar de su querida administradora del local.
El Tata se llama Hernán Rodriguez Aguilera, tiene 68 años (cumple 69 en febrero), casado, con dos hijos varones, en que entre ambos lo han hecho abuelo de cuatro queridos nietos.

Está jubilado, pero no ha querido dejar de trabajar. Me confiesa que le gusta el trabajo, le gusta ir a trabajar y no se imagina instalado en su casa mirando como pasa el calendario.
Le gusta revolverla, se relaciona bien con el resto del personal y bromea con los mas jóvenes. Claramente, aquí lo quieren mucho y aprecian siga trabajando en el equipo.

Trabaja en la panadería desde sus buenos 6 años. Antes estuvo en vegetales y antes, mucho antes, lidiaba con la limpieza.. De hecho entró en relación con esta empresa, que ha ido cambiando de nombre desde el Ekono, a Lider y ahora Walmart, desde una empresa externa, que colaboraba en el aseo y sacado de basura. Lo vieron prolijo, que trabajaba bien, aperrado y le pidieron que se incorporara a la empresa.

Se nota que es un tipo estructurado, cuidadoso de hacer bien las cosas, prolijo. Por eso debe ser que le sale tan bien el pan. La verdad es que yo lo encuentro exquisito y de sabor estable. Quise conocer a la persona que estaba detrás por eso.
Me contó que el pan lo entregan un par de empresas, a las que él mismo les calcula cuanto pan despachar, y le llega pre cocido. El solo tiene que meterlo en los hornos por 8 minutos, en el caso de las marraquetas, a 290 grados.
Me habló de muchos tipos de panes, como las ayuyas, toscano, amasado, campo, sin sal, centeno, baguet, mini baguet, dobladita, etc. Muchos de ellos no los conozco ni los había escuchado nombrar.

La panadería tiene vidrios que permiten que el público vea el operar del Tata y sus colaboradores. Me dice que lo saludan, piden que salga y lo pone muy contento cuando le agradecen el pan que provee.
Siempre está atento a como va saliendo el pan para ir haciendo más y a la vez, haciendo los pedidos a los proveedores, para que nunca falte el exquisito pan de este Lider.

Se declara bueno para cocinar, en su casa. Disfruta con su mujer, la Rosa, que es mayor que él y van a veranear a una casita que tiene su hijo en Punta de Tralca.

Debo decir que tuve el gusto de conocer al Tata, una persona feliz, en todo el sentido de la palabra y quizás por eso, el pan de este Líder sea tan rico.