Alberto Mayol, a quien escucho con frecuencia en sus reflexiones de la contingencia política chilena, me sorprende con este libro en que levanta la mirada a nivel planetario y reflexiona sobre la situación del occidente como civilización a nivel global.
Su diagnóstico me deja más que preocupado. Me parece una mirada lúcida, documentada, inteligente e histórica.
Ahora, para leer a Alberto Mayol hay que tener un diccionario a la mano, para descifrar palabras como: neguentrópicas, ágrafas, epistémico, aporías, taumatúrgico, agonal, antinomias, deontológica, anomia, adláteres, subsunción, orfismo.Si, no escribe en fácil, aunque entendí bastante bien el mensaje, a mi parecer.
En la Ilustración emerge la razón en gloria y majestad. Ya la conocíamos de la época de los griegos, pero el cristianismo se tomó el poder y al que desafiaba sus saberes, simplemente los eliminaba de maneras bien poco compasivas: ardiendo en la hoguera; por herejes.
La razón sale a flote, de la mano de la ciencia y con el tiempo va dejando a la religión como algo secundario, en creciente degradación.
Pero la ciencia derivó en la tecnología y la construcción de máquinas y herramientas. La revolución industrial, el capitalismo, la economía de mercado hasta la actual sociedad de mercado.
La razón inventó a las máquinas y las máquinas automatizaron todo, dejando en el olvido a la razón.
El Capitalismo derivó en un sistema operativo, en algo que funciona y lo abarca todo. Se tragó en la pasada a la política, que pasó a ser la economía política, que sería un subconjunto de la economía.
La economía finalmente lo gobierna todo, el dinero, al final de cuentas.
Pero la política se vendió al capital, se vendió a la economía y se fue degradando, dejando de ser representativa, desvalorizando con ello, al punto de que es bien poco el poder que en definitiva administran. El poder está en otro lado, dice Alberto Mayol.
Vivimos en una civilización que ha perdido el norte, que ha perdido el sentido. Estamos en un abismo existencial, el nihilismo, de la nada.
De la palabra reflexiva propia de la razón, hemos pasado a la imagen, al video, al espectáculo. Vivimos en un vacío emocional irreflexivo, que nos está llevando al caos.
Y esto en medio de pandemias, crisis por la destrucción del medio ambiente, en este ciego progresismo voraz, que no mira más allá y no ve las consecuencias de todo esto.
La guerra de Ucrania, sería más bien un síntoma de un país con aspiraciones civilizatorias, contra un occidente que perdió todo rastro de civilización y por ello su mega crisis.
Una guerra que se ha transformado en un espectáculo, con héroes y villanos, donde todos estamos del lado de los buenos, sin percatarnos siquiera de cuán superficial es la sopa con qué los medios nos alimentan.
La salida al vacío epicentro de la conciencia y fuente de toda creación, la roza sin detenerse en ella. Un vacío que además se insinúa en las últimas miradas de la física cuántica, que ve que las partículas aparecen y desaparecen según si hay conciencias observadoras en la periferia.
No se ve bien la cosa, con esta mirada que nos trae Alberto Mayol en este libro que recomiendo.