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miércoles, enero 25, 2023

Libro El abismo existencial de occidente de Alberto Mayol

Alberto Mayol, a quien escucho con frecuencia en sus reflexiones de la contingencia política chilena, me sorprende con este libro en que levanta la mirada a nivel planetario y reflexiona sobre la situación del occidente como civilización a nivel global.

Su diagnóstico me deja más que preocupado. Me parece una mirada lúcida, documentada, inteligente e histórica.

Ahora, para leer a Alberto Mayol hay que tener un diccionario a la mano, para descifrar palabras como: neguentrópicas, ágrafas, epistémico, aporías, taumatúrgico, agonal, antinomias, deontológica, anomia, adláteres, subsunción, orfismo.
Si, no escribe en fácil, aunque entendí bastante bien el mensaje, a mi parecer.

En la Ilustración emerge la razón en gloria y majestad. Ya la conocíamos de la época de los griegos, pero el cristianismo se tomó el poder y al que desafiaba sus saberes, simplemente los eliminaba de maneras bien poco compasivas: ardiendo en la hoguera; por herejes.

La razón sale a flote, de la mano de la ciencia y con el tiempo va dejando a la religión como algo secundario, en creciente degradación.
Pero la ciencia derivó en la tecnología y la construcción de máquinas y herramientas. La revolución industrial, el capitalismo, la economía de mercado hasta la actual sociedad de mercado.

La razón inventó a las máquinas y las máquinas automatizaron todo, dejando en el olvido a la razón.
El Capitalismo derivó en un sistema operativo, en algo que funciona y lo abarca todo. Se tragó en la pasada a la política, que pasó a ser la economía política, que sería un subconjunto de la economía.
La economía finalmente lo gobierna todo, el dinero, al final de cuentas.

Cuál es el drama. Las sociedades están constituidas por personas, que se articulan entre sí a partir de fundamentos, de culturas, de valores. Y son estos los territorios de la política.
Pero la política se vendió al capital, se vendió a la economía y se fue degradando, dejando de ser representativa, desvalorizando con ello, al punto de que es bien poco el poder que en definitiva administran. El poder está en otro lado, dice Alberto Mayol

Vivimos en una civilización que ha perdido el norte, que ha perdido el sentido. Estamos en un abismo existencial, el nihilismo, de la nada.
De la palabra reflexiva propia de la razón, hemos pasado a la imagen, al video, al espectáculo. Vivimos en un vacío emocional irreflexivo, que nos está llevando al caos.
Y esto en medio de pandemias, crisis por la destrucción del medio ambiente, en este ciego progresismo voraz, que no mira más allá y no ve las consecuencias de todo esto.

La guerra de Ucrania, sería más bien un síntoma de un país con aspiraciones civilizatorias, contra un occidente que perdió todo rastro de civilización y por ello su mega crisis.
Una guerra que se ha transformado en un espectáculo, con héroes y villanos, donde todos estamos del lado de los buenos, sin percatarnos siquiera de cuán superficial es la sopa con qué los medios nos alimentan.

La salida al vacío epicentro de la conciencia y fuente de toda creación, la roza sin detenerse en ella. Un vacío que además se insinúa en las últimas miradas de la física cuántica, que ve que las partículas aparecen y desaparecen según si hay conciencias observadoras en la periferia.
No se ve bien la cosa, con esta mirada que nos trae Alberto Mayol en este libro que recomiendo.

jueves, enero 19, 2023

Libro La vida secreta de la mente de Mariano Sigman

De los dos libros que he leído de Mariano Sigman, este es el que más me ha gustado.
Aquí sí que me abre a la realidad de la revolución que está siendo la neurociencia en el mundo actual.

Con el telescopio, a Galileo, que empezó a ver de verdad el mundo que nos rodea, el mundo planetario, no solo le cambió la vida, sino que cambió la forma de ver donde estamos parados todos.
Hoy la neurociencia es como un nuevo telescopio, esta vez para mirar dentro del cerebro, mientras hacemos esto o aquello.

Es un conocimiento enorme de nosotros mismos, que nos abre enormes posibilidades y por otra parte, desbanca mitos y creencias que veníamos trayendo.

Se está abriendo una ventana fascinante, pero estamos empezando. Mariano Sigman dice que estamos entre Lavoisier y Carnot, en cuanto al descubrimiento del calor, que se pensaba era una sustancia y terminó abriendo la revolución industrial con sus máquinas.

Los enfermos en estado vegetativo, asumo que no todos, se está constatando que escuchan, responden preguntas y comprenden lo que están escuchando, por cómo se encienden y apagan zonas del cerebro con las interacciones.
Están presentes, cuando pensábamos que estaban apagados, como plantas.
Tremendo descubrimiento. Pienso en mi tío Jorge Larraín, tantos años en estado vegetativo, hasta que un día despertó y saludó a su mujer como si nunca hubiera estado ausente.

La zona visual de nuestro cerebro opera como un computador de procesamiento paralelo. Es decir, todos los estímulos son procesados por procesadores especializados que corren en paralelo y están, no sabemos como, sintonizados, coordinados.
Aprendemos a leer aprendiendo las letras una por una, luego las sílabas y las palabras. Después vamos leyendo palabra por palabra lentamente.
Estamos ocupando un circuito cerebral entre los lóbulos frontal y parietal. Es lineal y sumamente lento.
Pero cuando aprendemos ya a leer de corrido, como leo hoy día, el proceso ocurre más bien en el lóbulo occipital de la visión, donde está este fenomenal procesamiento de alta velocidad de procesadores paralelos.

Qué importante es saber cuando estamos aprendiendo algo, que vendrá un momento en que activaremos ese segundo carburador y seremos verdaderos maestros en la materia; y no rendirnos antes.

Mucho se ha estudiado a los infantes, a los niños desde que son guaguas hasta 7, 8, 9 años. Las lecciones son increíbles. Venimos seteados para captar problemas matemáticos tempranamente. Para tener juicios morales antes de siquiera hablar. Y qué decir, de las habilidades para aprender cualquier idioma del planeta.
Y los neurocientíficos han descubierto fundadamente el valor de manejarse en más de un idioma.

Los disléxicos, se ha descubierto, son perfectamente inteligentes y capaces. Lo que pasa es que tienen la comunicación cerebral entre la parte auditiva y visual, con algunos problemas. Dificultad que hoy en día es muy fácil subsanar con unos sencillos ejercicios.
Cuanto les tocó sufrir en la época escolar a estos disléxicos y disléxicas, que muchos de ellos quedaron convencidos que eran medio idiotas. Craso error.

Para mi fue muy interesante cómo los neurocientíficos manotean mirando el cerebro para entender cómo se da esto de la conciencia.
Andamos en el día a día, pajareando. Pensando en cosas que no están en el presente. Lo llaman soñar despiertos.
Cuando nos ponemos en el presente, con total atención, la iluminación del cerebro se expande y lo cubre entero.
Encuentro notable estos descubrimientos.

Bueno, te dejo estás pistas, estas señales, pues pienso que algún tiempo tendremos en el futuro que dedicarle a este tema de la neurociencia, que nos trae Mariano Sigman.

miércoles, enero 11, 2023

Libro El poder de las palabras de Mariano Sigman

Mariano Sigman es un neurocientífico argentino que ha hablado en TED, que escribe este libro .. para aprender. Sigue las sugerencias del premio nobel Richard Feynman, que dice que la mejor manera de aprender es enseñando (o escribiendo).
Un libro entretenido, con mucho trabajo de otros referenciados, para ilustrar lo que quiere decir, que además le pone una pizca de humor.

Yo aprendí leyendo este libro, que el lenguaje es un filtro impresionante en relación al mundo que vemos. Si no hay palabras para describir algo de la realidad, simplemente dejan de existir. Así de simple.
Por eso llega al punto de recomendar ser uno mismo quien invente palabras para describir emociones. Por ejemplo, esa emoción que se encuentra justo entre la ambición y la pasividad, que es una especie de ambición moderada.
O sea, además, la riqueza de su propio lenguaje, te permite ampliar el espectro del mundo con que te toca lidiar o interactuar.

Otro punto muy central del libro es el valor de las buenas conversaciones. Siendo buena conversación, aquella en que las partes están relajadas, confiadas y tienen espacio y tiempo para decir lo que tienen para decir. No siempre ocurre y a veces sobrevaloramos instancias que la verdad no favorecen mucho avanzar en nada.
Necesitamos conversar con otros de carne y hueso. Online puede ser, pero mucho mejor es en forma presencial.
Si no tienes algo claro, ándate a conversarlo con alguien.

En el libro hay mucho trabajo con las emociones. Un mundo experiencial del que carecemos de suficientes palabras y discernimiento.
Aprendimos a reprimir nuestra emociones y a desvalorizarlas. Si eres ingeniero la situación puede ser extrema.
Las emociones pueden ser gestionadas y pueden ser resignificadas. Muy interesante esto último, siendo también un ítem del coaching.

Claro, Messi recibe la pelota en medio del área chica, rodeado de contrincantes, necesita estar tranquilo, lúcido y actuar muy rápido. Y lo hace, una y otra vez. Aparte de sus habilidades físicas, está su control emocional.
Cualquiera de nosotros estaría histérico.
Es como los penales de la final del mundial. El que mejor controle sus emociones y su atención, lo logrará. Los otros, puede pasar cualquier cosa, como tirarla para afuera.

Quienes somos, es un relato que vamos construyendo pedazo a pedazo. Nuestra memoria, aprendí en este libro reedita sus contenidos cada vez que los evoca y lo vuelve a poner en palabras. Podemos distorsionar mucho ese relato y quedará grabado en el disco duro, más bien blando, tal como volvimos a representárnoslo.
Somos un cuento sobre nosotros mismos, muy cuestionable. Pero lo más importante, muy maleable. Nuevamente, también dominio de intervención del coaching.

Con las palabras creamos el mundo en que vivimos. Y lo creamos conversando.
Siendo uno de esos ámbitos más importante, las conversaciones que tenemos con nosotros mismos. Ahí hay mucha tela que cortar, partiendo por ser más compasivos con nosotros mismo. Un buen capítulo hay sobre esta materia en el libro.
Este libro de Mariano Sigman me puso en contacto con el mundo de las emociones, qué valoro. Lo recomiendo. Aparte de que sus pruebas están en la ciencia de la neurociencia, que es como un telescopio para mirar adentro de nuestro cerebro.

viernes, enero 06, 2023

Libro La sabiduría de la no-dualidad de Mónica Cavallé

628 páginas de lectura no fácil para mi. Fascinante al mismo tiempo en todo lo que logré captar. Mónica Cavallé queda en mi retina como una connotada filósofa de lengua española, que bien vale la pena anotar a los que les interesen estos temas.

Su investigación es un diálogo entre occidente y oriente, en temas filosófico espirituales, de la mano de dos próceres como son Martín Heidegger y Nisargadatta Maharaj, un iluminado comerciante de Bombay, India.

Heidegger instala que occidente, desde Platón en adelante, pues los presocráticos sí lo incluían, han olvidado al Ser. De amor por la sabiduría, pasamos a buscadores de la sabiduría, y transformamos un pensar transformador, en un pensar racional adyacente, que nos llevó al materialismo científico tecnológico, qué hoy nos gobierna.

Los orientales han tenido al Ser siempre en el centro de la mira. Aparte de que su indagación es netamente experiencial y lo sabido por uno es lo que se evidencia en la propia experiencia, exclusivamente. Es el caso de Nisargadatta, que cuando su gurú le dice “no eres quien crees ser” se pone a investigar hasta que .. se ilumina.

El buscador siempre se está buscando a sí mismo. Leyendo este libro esto se me hizo patente. Cuando lees a Albert Camus, le digo a un amigo, al que buscas es a ti mismo y cuando yo escucho la tragedia Antígona de Sófocles, relatada por Eva Tobalina, a quien investigo es al observador que yo soy de este antiquísimo relato tan vigente.
Recuerdo a un amigo/cliente que tenía un negocio en el Persa Bio Bio, cuando le pregunté para qué todo eso, aparte del sustento económico necesario. Para la transformación de ti mismo, recuerdo haberle dicho.

La filosofía que nos gobierna ha instalado una cosmovisión dualista, que divide la realidad entre sujetos y objetos. Yo soy un sujeto objetivado, pues me puedo describir en un relato, en un currículum, etc. Yo soy una cosa, otra cosa, de la realidad diversa.
Ahora, esta persona que soy, tiene conciencia. Se da cuenta que está ahí, conoce a través de sus sentidos y actúa o se despliega a través de sus pensamientos, sentimientos e imágenes.
Soy algo hoy y quiero ser algo distinto mañana. Me muevo en el tiempo; avanzo y a veces retrocedo.

Escuchando a Heidegger pero más que nada a los Vedas del Vedanta Advaita, del que Nisargadatta es un actual buen representante, descubro que el Ser no es esa persona, el yo del que hablaba recién. El Ser, está más atrás de ese yo y efectivamente es el Ser el que aporta la conciencia que experimentamos.
Este ser habita en otro plano de realidad. Un plano no dual.
El Ser es el testigo. El Ser está hecho de conciencia. El Ser no es objetivable; no es transformable en objeto y luego descrito. El Ser es Nada. Nada consciente, fuente y fondo, inmodificable. Es pleno, por naturaleza.

Nosotros los seres humanos somos en la intersección de dos planos de realidad. Imagínate un eje vertical y un eje horizontal, que se cruzan en un punto, que es el momento presente.
En el eje vertical no existe el tiempo. Solo existe el perpetuo momento presente. En el eje vertical siempre estamos aquí; cuando vamos para allá, seguimos aquí, en ese otro lugar. Habitamos un aquí y un ahora perpetuo.
Pero en el eje horizontal, está el tiempo lineal. El pasado, el punto del presente y sigue el futuro. En este eje evolucionamos, nos transformamos, crecemos, nacemos y morimos.
La mente, que opera en el eje horizontal, trata de controlarlo todo, sin éxito. En este eje opera esa persona a la que llamamos ego, que te lo encargo; que es necesario y fundamental para operar en este mundo dual.

En el eje vertical, cuando logramos pasar de la persona al Ser, vemos que todo lo que buscábamos ansiosamente al otro lado, ya está todo y en plenitud. Siempre lo ha estado. En la forma de nada.
Bueno, por aquí ya empezamos a dar bote. Pero me deja la idea de que si accedemos al Ser, primero ello nos transformará y segundo nos vendrá una serenidad que te la quisieras y veríamos todo de otra forma.
Será esta la forma que anhelamos para salirnos de este materialismo que nos tiene en las cuerdas ?
No lo sé. Es materia para seguir investigando.
Por de pronto, este libro de Mónica Cavallé, es un gran aporte en esta senda y por supuesto tenemos que incorporar al Ser en nuestra cosmovisión.
Pero alguien, que parece ser tendría que ser un oriental, qué nos señale el camino.