Páginas

lunes, junio 09, 2003

Caldillo de congrio, panorama de domingo en familia

Fue una idea que surgió en el auto camino al colegio entre Diego mi hijo de 18 años, Patricio, su primo y Yo: ¿porqué no hacemos entre los dos un caldillo de congrio el domingo al almuerzo, invitamos a Patricio, la Pili, y Tomás; aparte de la casa, algunos pololos y tenemos patota de diez fácil; hecho.

El sábado fuimos con la Emilia, mi hija de 15 al persa de BioBio y de ahí nos fuimos por la línea dos del metro al Mercado Central; saliendo del metro entramos a la manzana del Mercado por la puerta a mitad de cuadra mas cercana; en el pasillo de los pescado torcimos a la derecha y en el segundo local, varias mujeres atendiendo, compro dos congrios chicos, descuerados, cortados completamente en trozos, empaquetados aparte cuero y cabezas; váyanse a comprar las otras cosas y vuelven; $2500 el kilo, poco mas de 3 kilos, $8000 en total, mmm.
Ocurriría al día siguiente que las cabezas venían junto con los congrios, el cuero aparte, y el corte en trozos inexistente; me resultaba dificil pasar atrás a ver lo que estaban haciendo, igual molesto.

Pusimos el congrio en el hielo, y por supuesto, se nos olvidó desconglar; perdimos bastante tiempo metiendo y sacando los pescados en el microondas descongelando forzadamente; después tuve que cortar el congrio a pulso y me acordaría en la noche pues aun tenía olor a pescado en las manos; fuerte el pescado sin duda.

La faena fue muy entretenida, Diego y yo revolvíamos y echábamos los distintos ingredientes a pura intuición, ya que ahí nos dimos cuenta que sobre timing de cada cosa y cantidades, no estabamos preparados. Le echamos zanahoria, dos grandes cortadas en rebanadas, papas, unas cinco, cortadas en tiras, cebollas, una, cortada picadillo. Echamos el aceite y detrás la cebolla y freímos hasta que se empezó a quemar la olla, las cebollas dije yo, no, el aceite, decía Diego. Agua hervida que habíamos preparado para apagar el quemado y empezar a hacer bulto acuoso; mucha agua, son muchas, no está bien, que la cagaste, esto va a ser una mercocha, no importa dale, que la intuición; caos, ponle y requeteponiendole, le echamos de un cuanto hay; un tarro de algo para caldillo con mariscos, marca Robinson Crusoe, dato de Francisco, creo que arregló cualquier desastre que nosotros pudiéramos haber hecho.

Al final colamos el agua de los cueros y las cabezas directamente en la olla, revolvimos, echamos los pescados trozados 5 a 10 minutos antes, dato de la Andrea de Francisco, con mucho cuidado en la olla mas ancha y baja que alta y angosta; crema, un poquito, llega Cristóbal, mi hijo de 22 y le echa el manso chorro, ahh, si está bien; le falta sal, echémosle mas pimienta, el perejil, el perejil, córtalo chiquitito, ponle, dale que revuelve; cuando las papas están listas está todo listo, como decía el mail del Uge que me escribió especialmente, increíble; esto de la cocina moviliza las pasiones de mas de alguno.

Y servimos, mesa llena, aprobación completa, exquisito, caliente a pesar que no nos hicimos de los platos de greda tan recomendados por todos los asesores especialmente proactivos, Francisco, su Andrea y el Uge, de fama a nivel nacional en este del caldillo.

Bueno, fue una fiesta familiar del día domingo; en la noche el Jota y la Cata degustaron los saldos y la Cata le puso al guiso nota 7. Y sepan que fue el primer caldillo que hacíamos en nuestra casa donde normalmente quien cocina es la empleada.
Les recomiedo el panorama.

link a artículo sobre el congrio