El viernes conversaba con mi amigo Atilio en el contexto de un asado al aire libre junto al resto de los que compartimos oficina en Hernando de Aguirre, en Santiago de Chile. El tema daba vueltas en torno al significcado de una palabra que había escuchado en dos instancias en las cuales su significado había sido justo el contrario; esta palabra era "tóxico".
Tóxico, en una caso había querido decir, increible, muy deseable; y en el otro, repulsivo, desagradable.
Hoy le comentaba al mismo Atilio que me había impresionado la empresa Adaptive Path, firma norteamericana de temas como desarrollo de sitios Web, la experiencia del usuario en la interacción con este, etc., pero lo que me llamaba la atención era que en el sitio estaban todos los socios con secciones importantes, con fotos de los mismos, y con artículos escritos por cada uno de ellos; buenos artículos. Algo había en la manera en que hablaban en todos sus escritos de gran respeto, incluso admiración, de unos por los otros. Algo del espíritu ahí presente me sorprendía mucho.
En Chile, nos tratamos con mucha frcuencia de "huevones"; incluso ser tratado de esta manera es signo de confianza y amistad. En algunas partes se les enseña a los niños que "huevón" significa "amigo". En otras partes, claramente huevón significa imbécil, idiota e incluso calificativos peores.
Estaría entonces en nuestras prácticas mas subliminales el maltratarnos y ofendernos como práctica habitual de amistad, y el uso de un lenguaje descomprometido, ya que el sentido de una frase podría acomodarse a voluntad, como veíamos con la palabra "tóxico".
La pregunta es como avanzamos hacia el mayor compromiso en el lenguaje y el honrarnos en el inicio de una relación y en la amistad ?