Reacciono al comentario de Jorge Milla en su Blog respecto de su visión de la discusión de la ley de divorcio.
El tema es altamente delicado, por la cantidad de sufrimiento que conlleva la separación de una pareja y especialmente de una pareja con hijos. Es sorprendente como al separarse dos personas toda su red social se ve afectada y con ello quien es cada uno. La identidad está construida a mi entender y desde mi experiencia, incluyendo las relaciones que uno lleva y las conversaciones que ahí se dan. Una separación afecta todo esto.
Por lo menos así es en Chile.
Regular esto a mi entender debiera atender en primer lugar los posibles abusos y la manutención y educación de los hijos. En segundo lugar debiera atender el que esos niños sigan teniendo un padre y una madre a su alcance de manera de recibir el afecto y atención que a los padres naturalmente les surge y ellos necesitan como alimento esencial.
Otra cosa es el cuento en que vivimos en relación al matrimonio y de lo que ello se trata. Quizás el aspecto mas difícil tiene que ver con la pareja, específicamente la relación de pareja.
Las personas evolucionan, crecen, a veces en forma dispar. Las dificultades en la relación parecen ser hoy en día pan de cada día. Pienso que tiene que ver con el mundo en que vivimos, que no nos pone en contacto con aspectos mas promotores de las relaciones en la línea del "legítimo otro" que habla Milla, sino en un esquema de competencia, logro, búsqueda compulsiva de satisfacciones propias, en la línea del bombeo brutal de la publicidad y los medios que al final de cuentas lo que persiguen es que consumamos de esto o aquello y no están sincera y honestamente interesados en nuestro real bienestar.
Anhelo un mundo en que las personas se vean de otra manera, como el foco y fuente de todo bienestar en esta vida, y que respeten las decisiones de los demás y promuevan el que los hijos y padres se puedan encontrar y vivir en la interacción nutritiva y afectuosa.
Se de padres separados que los domingos almuerzan en una parcela en el campo fuera de Santiago todos juntos en fraternal y elegre encuentro, padres, hijos, ex marido y ex esposa, hijos tuyos, mios y de los otros.
Será mucho pedir ?
Dos cosas he estado viendo que me llaman la atención y las veo como consecuencia de este problema: uno es la presencia de mucha mujer separada que tiene dificultad para rehacer una relación de pareja estable, comprometida y conviviendo; segundo, hombres separados que han armado un cuento de ellos solos, con relaciones esporádicas de bajo compromiso, y aseguran que no volverán a cometer el error de casarse y ni siquiera convivir.
Ninguna de la dos situaciones me parece sean estados gloriosos.
Algo importante nos falta en el area de desarrollo humano.