La tecnología nos transforma.
Yo con teléfono celular soy uno y sin, soy otro. Si cuando se me queda el celular en la casa o lo tomo con andina y me confiero un día de semi vacaciones o la sufro.
Yo con anteojos a mis 56 años soy un tipo vigente; sin anteojos tendría que encerrarme en un asilo de ancianos.
La tecnología de la Web 2.0 tiene la gracia que pone a todo individuo al aire, con un medio de prensa a su disposición, una radio, un canal de TV, lo que quiera. Es una voz que puede ser tan potente como la de la Yoani Sanchez, una muchacha que podría haber sido cualquiera en Cuba, que simplemente habló a través de su blog, de su vida común y silvestre en Cuba y con ello se ganó una audiencia de no se cuanta gente y el haber sido seleccionada como una de las 100 personas más influyentes del mundo en el año 2008 por la revista Times. Si en una de las últimas entradas tenía sobre 4.000 comentarios.
Y esta tecnología o tecnologías de la Web 2.0 ¿qué transformación nos trae?
Yo digo, que una transformación significativa. Es una tecnología que nos conecta a las personas; globalmente, localmente, al interior de las empresas; de todas las maneras y ámbitos imaginables.
Para estar ahí, necesitamos movernos desde nuestro rol actual, de consumidores, pasivos, para adentro, a un rol mucho más activo, expresivo, apasionado quizás, a algo que Juan Freire llama, la cultura colaborativa. Otros la llaman de la participación.
Tenemos que subirnos a la red y participar en la conversación, relacionarnos y aprender a usar un lote de herramientas. Algún alumno mio lo describía como, la sensación de ir a un evento Tunick.
Y ¿qué pasa con todo esto, qué nos trae? Quizás el mejor ejemplo del impacto de esta conectividad la hace Juan Freire en una presentación donde compara dos mapas de las redes sociales que se dan en las ciudades de Cleveland y otra de Silicon Valley. Una de ellas en franco retroceso y serias dificultades para desarrollarse y la otra en boom total.
La diferencia está en la riqueza o pobreza de las conexiones.
Freire lo pone muy claro, esto no se trata solo de tecnología; hay que desarrollar la cultura colaborativa y hace un gráfico que me parece central, pues da de alguna forma la ruta para ir a las organizaciones 2.0, ruta en la cual si solo ponemos tecnología y no nos preocupamos del desarrollo de la cultura, señala peligro.
Introducir blogs en las empresas es una intervención cultural, no menor y debe hacerse con cuidado, sería la señal a considerar.
(Ref: las imágenes e ideas principales son de Juan Freire)
qué interesante.
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