Conferencia sobre la Electricidad 2.0 por Tom Raftery

Esta presentación de Tom Raftery que titula Electricidad 2.0 me impresionó pues pone la mirada en un tema de uso diario como es el consumo de electricidad y le hace doble clic.

Enterarnos que la red de suministro de electricidad es de tecnología no muy distinta a la de la época en que esta se inventó, allá por el año 1882, por Thomas Edison, es increíble.
Sus características principales son que está constituida de especies de redes locales de computadores, de solo lectura (solo puedes recibir electricidad), de estructura jerárquica, que falla y es tonta (no tiene inteligencia). Fuertemente controlada por unos pocos y con algunas regulaciones del Estado.

Se viene ahora lo que Raftery llama la electricidad 2.0, que significa a mi entender como hacer esto aprovechando todos los adelantos tecnológicos que hoy están disponibles, agregándole el agravante de que la crisis ecológica global nos ha puesto en relación al tema energético, como un tema altamente sensible.

Así que estamos frente a un tema de cultura general y muy sensible.

Una red eléctrica 2.0 significa por ejemplo que sea de lectura y escritura, osea, que si produces energía, porque tienes paneles solares por ejemplo, puedes ponerla en la red y vender tus excedentes.

Consumir menos electricidad haciéndolo de forma más eficiente significa dejar de emitir CO2 en elevados volúmenes, un agente patógeno a estas alturas de la contaminación.

Contar con dispositivos que nos lean la cartilla minuto a minuto de cuanta energía consumimos, artefacto por artefacto en el hogar, cuando manejamos y como manejamos, son todos elementos que podrían aportar un dato a nuestra identidad, según cuanta energía consumimos.

Redes hiperconectadas, de manera de aprovechar todas las fuentes energéticas disponibles, optimizando los usos según grado de contaminación, tarifas en el tiempo; incluso con artefactos capaces de operar inteligentemente según estas tarifas y poenrlas a funcionar en los horarios más convenientes, podríamos llegar a situaciones, según dice Raftery, en que en ciertas horas del día los distribuidores podrían pagarnos por consumir.

Un tema importante, que estará cada vez más presente en nuestras conversaciones habituales.