Doce personas sentadas en el living de la casa de una de las parejas presentes, después de un día de trabajo.
El objetivo de este encuentro es "conversar". Conversar en un nivel de conversación donde la escucha sea el fenómeno central.
Establecemos un rito. Una persona dirige la sesión y establece luego de un sondeo previo, el tema. Lanza el tema en la forma de una pregunta al grupo.
E invita a las personas a tomar la palabra.
La regla del juego consiste en que a partir del momento que una persona toma la palabra, nadie la puede interrumpir; nadie. Hasta que la persona que habla diga, terminé.
Y a continuación se le ofrece la palabra al siguiente que quiera reaccionar a la pregunta puesta sobre la mesa por el que lidera la reunión.
Mientras la persona habla, el resto le regala la escucha atenta, presente. Es un regalo que hace la diferencia. La verdad es que se pone mucho énfasis a la actividad silenciosa de escuchar.
Es una escucha atenta, que se va moldeando a solo escuchar, pues como no hay espacios para dar tu opinión, tu recomendación, no hay en definitiva espacio para los juicios, se va dando una escucha muy especial, muy profunda.
Esta instancia de hablar y sentirse escuchado de verdad, abre el espacio para que quien habla hable y articule mucha veces más allá de lo que incluso él hubiera esperado. Si el espacio es de confianza y la privacidad de lo dicho bien cuidado, se produce un fenómeno de conexión del grupo y afecto entre las personas, notable.
He aventurado la interpretación de que cuando este espacio se da, el grupo de individuos separados evoluciona a un organismo que los incluye a todos. Se pasa a ser parte de algo más grande; algo que está conectado, intelectual, emocional y materialmente (teorema de Bell).
Querido Gabriel, me haces recordar las reuniones con mujeres emprendedoras donde yo fui directora durante un tiempo y realmente lo que tú mencionas es algo “notable y marca la diferencia”.
ResponderBorrarESCUCHAR-NOS casi diría que es un “don”, y que con práctica mejora las relaciones, especialmente las familiares
Si a lo anterior le sumamos PNL, programación neuro-lingüística, una breve “relajación grupal” previo tema a exponer, lo que tú dices se logra maravillosamente!
Lo sé porque lo he vivido, como participante.
Lo sé porque lo he experimentado, como conductora
Lo aplaudo y fomento en pequeños grupos en los cuales participo.
A ti, te felicito querido amigo, porque es diferente cuando un hombre lo plantea y lo fomenta, publicándolo!
Besos,
Ali
Gabriel:
ResponderBorrarEsto de la "escucha atenta" que promueves en estas reuniones me hizo conectarme instantáneamente con la "audición activa" que llamamos en música.
El sonido tanto de palabras como de melodias transpasan la materia y nos llegan profundamente calando lo más íntimo. Las palabras se transforman en melodias y las melodias en palabras...es poesía pura.
Lo interesante es que las personas se sienten unidas...eso es maravilloso.
Gracias