Impulsando la sociedad digital desde el Ritz-Carlton

Asistí en el día de ayer a un encuentro liderado por Alvaro Fischer desde su cargo de presidente de Fundación Chile, más varios otros auspiciadores, para conversar acerca de la mejor forma de traer a Chile una Conectividad Avanzada para apurar el tranco hacia una sociedad digital a la que queremos acceder.

Me entero en esa ocasión de la verdadera capital de la astronomía mundial en que nos estamos constituyendo, con los enormes (> US$ 5.500 millones) volúmenes de inversión que consorcios multipaís están instalando en Chile, como por ejemplo el proyecto Alma de 66 radiotelescopios (link).
Esto requerirá enormes capacidades de almacenamiento de datos, capacidades de procesamiento, comunicaciones y capital humano, de fácil acceso para profesionales chilenos.
El gobierno intenta que parte de estas capacidades puedan ser utilizadas localmente para beneficio del país. Me llegué a imaginar un San Pedro de Atacama Valley, paraiso del desarrollo de proyectos basados en esas capacidades digitales.
Los principales expositores de esta materia fueron Mónica Rubio, Directora de Astronomía de Conicyt y Eduardo Vera, Director Ejecutivo del Laboratorio Nacional de Computación de Alto Rendimiento.

Varias visitas internacionales que nos sensibilizaron respecto de infraestructura digital y el "para que" de todo esto, pero para mi la más notable fue la del apasionado ministro de Banda Ancha, Comunicaciones y Economía Digital del gobierno de Australia, Stephen Conroy.
En su presentación nos contó del ambicioso proyecto de digitalización de Australia, las luchas políticas con las que se ha venido confrontando y sus logros.
Notable ha sido la campaña de difusión de los beneficios de una economía basada en estas facilidades, tanto para la educación, la medicina, el comercio como las artes.

(ver aquí video más extenso)

Todo un desafío que nos tensiona respecto de nuestras tareas tanto de hacer lo que queremos hacer en estas materias, como divulgar acerca de sus beneficios y oportunidades, que no siempre pueden anticiparse en todo lo que serán, pero de seguro ni nos imaginamos la transformación del país que ello podría significar.