El coaching se vive como una conversación, entre el coach y el coachee, en que el foco de la atención es el coachee.
El coachee vive normalmente en la acción del mundo, en el ir y venir de las cosas, y no siempre tiene espacios para detenerse, reflexionar, sentir incluso, la vida que está llevando.
El coaching es una especie de alto en el camino, para mirar la propia vida, la persona que estamos siendo, para donde vamos, por donde vamos.
El coaching busca desarrollar el potencial del coachee, soltar trabas, iluminar cegueras, cambiar la mirada, para un mayor desarrollo del potencial del coachee.
El coaching es una instancia de conversación, de calidad, en un espacio de confianza, con alguien que se alinea con los objetivos del coachee y no emite, en general, juicios.
El coach opera generándole al coachee una experiencia de ser espejado, que no suele estar disponible en la vida diaria.
Cada vez valoro más la experiencia de ser escuchado, de poder hablar desde el centro del alma, y de que alguien, el coach en este caso, te escuche con total atención, sin interrumpirte hasta que lo hayas dicho todo. Dónde?
Muchas veces ese solo espacio, esa sola instancia de ser escuchado, genera el aprendizaje, la sanación, pues se le da cancha al "sanador interno" (como suele decir la Pía Sartorius) para que haga su trabajo.
Las preguntas del coach son otra instancia relevante de la experiencia, pues ponen al coachee frente a preguntas que no se había hecho, que generan o pueden generar un movimiento interno de indagación, que puede generar nuevas perspectivas, nuevas miradas, a la situación en cuestión.
El coaching, pienso, ayuda a elevar el nivel de conciencia del coachee. De hecho, ese podría ser el objetivo central del trabajo. Pues desde esa nueva perspectiva, de mayor conciencia, lo demás sale solo.
Muchas personas descubren en el proceso de coaching, que desarrollar la conciencia genera muchos mejores beneficios, que desarrollar la carrera profesional y que hacer crecer el patrimonio. Aunque debo decir, las cosas no van separadas, sino que pueden alinearse, pero con otro sentido.
Otro foco del trabajo del coaching es ver al coachee en su relación con el mundo, con los otros, y en ese contexto, la pregunta por el sentido.
Desde dónde me relaciono con el mundo, puede alimentar fundamentalmente al Ego o el Ser. Y eso es bueno verlo, por no decir, muy potente.
Y para terminar, una conclusión a la que he llegado con el tiempo, a mayor conciencia, mejor delivery y mejor aporte al bottom line, que es una de las cosas que más nos importan hoy en día.
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