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jueves, agosto 20, 2015

Mi primera visita al grupo de los Viejóvenes

Fui invitado a formar parte del grupo de los Viejóvenes, asistiendo anoche a su reunión mensual, como key speaker.
Este grupo, según entendí, fue una confabulación entre un viejo, Carlos Sanhueza y dos jóvenes, Branislav Babaic y Diego Carrasco.
Llaman a estos encuentros Conversaciones de Anticipación.

Llegamos con Ricardo Kirsten, que fue quien me puso en contacto con Carlos Sanhuesa, a esta casa en el barrio de las casas de Lo Matta por Vitacura, en la que viven tres jóvenes, que cumplen además la tarea de cuidarla, antes de ser demolida, pues ahí se construirá un edificio.
Una buena casa, en que los concurrentes se situaron en el living y en el patio, sonde se preparaba un fuego para la cocinería que vendría.

La energía de los jóvenes primaba. Nos recibieron con cerveza para mi y vino blanco para Ricardo, que disfrutamos mirando afuera, como cortaban leña con hacha, como preparativo para el fuego que se haría.
Estuve en más de una ocasión, después, contemplado el fuego chisporroteante de esos leños, tan propio del sur. Que deleite es contemplar el fuego de una fogata; por qué será que tanto nos cautiva, aparte de anima con su calor.

Carlos Sanhueza en primer plano
Presentaciones, breves conversaciones, hasta que pasamos al living, con un pie en el patio, a la sesión misma de la conversación grupal y de lo que sería al final mi presentación-conversación.
Lo que hacen siempre, es que quien trae a una persona nueva, la introduce con una breve presentación y luego se le pide al invitado que hable respondiendo dos tremendas preguntas: ¿Qué te mueve en la vida y que mundo traes a compartirnos?
Uf. Igual da pie para que el que habla diga cosas de si mismo y nos impacte con su particular presencia.

La mitad o más de los presentes era primera vez que venían, así que pasaron por el rito de introducción. Después me tocó el turno a mi y me lancé con la exposición de lo que había preparado, que dejo aquí en la forma de una presentación Prezi, que no mostré anoche, pues fue a cappella y en formato conversación, bastante participativa.

Retengo pedazos de lo que ahí pasó, por las reacciones que se produjeron, las interpelaciones, las contra argumentaciones. Por ejemplo, esto de tomar la educación en nuestras manos, pero para ello necesitamos saber qué estudiar, que queremos estudiar, qué es lo nuestro.
Cómo se hace eso, si los alumnos de segundo año en la universidad no reflejan estar en algo que los apasione, ni mucho menos.
Surge el tema de que para saber qué es lo mio, qué quiero estudiar, dónde quiero ser oferta para el mundo, necesito conectar con mis emociones, pues es un sentir, aparte de un reflexionar, de donde emergerá la respuesta.
Y de que le proceso educativo, parece que estranguló nuestro sentir, incluso reduciendo nuestra capacidad respiratoria, como una forma de quitarle aire al fuego de nuestras emociones.
Necesitamos recuperar el buen respirar y de ahí esperar que se encienda nuestras emociones y con ese recurso continuar la búsqueda de la respuesta a que es lo mio, que estudio (link).

Branislav, Carlos Sanhueza y Diego Carrasco
Interpelado también me sentí cuando Josefina cuestionó mi obsesión por tomar cursos online en sitios como Coursera y Edx, descuidando o consciente y voluntariamente dejando de leer prensa y ver TV, alienándome en consecuencia de la contingencia nacional. Yo comparé aquello con las horas que mi hija dedica a ver seriales de zombies en Netflix.
El mundo que tenemos que cambiar está aquí y no es China ni en Harvard, me dijo. Eso dió para un clinch de conversación, que sé mi mujer se habría posicionado del otro lado.
Tuvimos una deriva a la forma de pensar china, que había obtenido de cursos de ese lado del mundo, como uno de la naturaleza del pensamiento chino (link), que me ampliaba la mirada y ponía en perspectiva en vicio o adición nuestra a emitir juicios, que tienen que ver con un ser, creación occidental.

Interés especial había por el tema de mi experiencia con los blogs y me pareció que el argumento de usar un blog como herramienta o plataforma para pasar los conocimientos que uno iba aprendiendo, como parte del proceso de aprendizaje, como había prendido en un curso que sigo en estos días sobre como aprender a aprender, les hizo sentido.
Ricardo Kirsten a la izquierda
Y la idea de la necesidad de "sacar la voz" en los confusos tiempos que corren, con referentes inexistentes, abre la posibilidad o no deja otra, que individualmente y en grupos saquemos la voz, elevemos la conversación y la pongamos en la red a disposición de los que quieran participar.

La sesión grupal terminó animádamente, con la energía muy en alto, pero la exquisita comida que había preparado el chef presente, que era uno de ellos, no permitía dilatar mas la cosa.

Lo que siguió fueron conversaciones en pequeños grupos o de a dos, conociendo gente, comentando lo conversando, conociendo casos y cosas personales de mis interlocutores.

Nos fuimos con Ricardo (había dejado mi auto en su casa) comentando la energía de la gente, la energía de este grupo y lo fascinante de lo que podría salir de todo ello. Nos fuimos conversando, comentando, felices.

conversando después y comiendo

1 comentario:

  1. Felicitaciones Gabriel por compartir tan linda experiencia. Efectivamente interactuar con jóvenes brinda energías potentes para todos. Al respecto, te dejo mi propia reciente vivencia: http://www.cgcaamano.com/2015/07/jornada-vocacional.html

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