Aprendimos esta forma racional de pensar, desde los presocráticos, que fueron los primeros que se sentaron a pensar el mundo racionalmente.
Al hacer esto produjeron una escisión entre la experiencia en el cuerpo y el pensamiento en la mente; una escisión entre el yo y el mundo.
una ventana de esperanza |
Esto no les ha pasado a los orientales, que sienten que ellos y el mundo son parte de la misma cosa. Y por eso, su visión del mundo los lleva más a la mirada interior, a la mirada de la experiencia profunda.
Necesitamos recuperar la conexión con la experiencia, tanto en el aprender como en el trabajo y en la vida. Necesitamos sentirnos parte experiencial de estos fenómenos tan centrales de la experiencia humana.
Ahora, esta forma de conectar con la experiencia interna, en el aprender, en el trabajo y en la vida, es lo que llamamos conciencia, que ocurre en el momento presente.
Son, se podría decir, dos mundos distintos. Uno, el racional, permite elaborar conceptos, poner las cosas en lenguaje para la comunicación y lo más importante quizás, permite medir e idealmente controlar.
En el otro plano de la experiencia conciente, si no hemos tenido los dos la misma experiencia, no podemos comunicarnos el fenómeno experiencial, por mucho lenguaje o conceptos que usemos.
Los que están emocionalmente apegados al modo racional, intentarán medir la experiencia para controlarla, dando palos de ciego la mayor parte de las veces.
Si desplazamos el foco de la atención, en el proceso de aprender, desde los contenidos a la experiencia interna del aprendiz, podremos atender a lo que siente con lo que está pasando en el aprender y qué cosas, ideas, imágenes, brotan de su interior.
En este caso el aprendiz aprenderá de sí mismo, qué cosas o materias son las con que mejor conecta. Y podrá desarrollar su creatividad, afinar su intuición y de los fenómenos emergentes de lo que aún no tenemos muy claras interpretaciones. Y quizás qué es lo suyo, qué cosas de verdad le apasionan y al terminar sus estudios y le pregunten, y tú, qué estudiarás ? Lo sabrá.
Todo esto aparte del aprender de los contenidos.
la experiencia es muy difícil medirla |
Al parecer en la comunicación y en particular en la conversación, el cuerpo juega un importante rol, pues si no hay acople emocional, vibracional, no es posible la verdadera comunicación. El cuerpo tiene un importante rol que no hemos sabido incorporar, simplemente porque no hemos sabido medir ahí. Somos seres con cuerpo, con toda nuestra historia de alguna manera incorporada en el.
La experiencia no se puede medir. En sus externalidades, podremos aplicar la huincha de medir.
Se acuerdan cuando decíamos, si no se puede medir, no existe ? Es parte del síntoma de ceguera que nos dejó esta forma de estar en el mundo.
Crecer en conciencia, es algo de lo que tendremos que aprender. Es imperativo para integrarnos completamente e integrar además al planeta, que hace rato se nos quedó fuera, producto de la misma ceguera que venimos acarreando desde los presocráticos.
Referencias:
Dices:
ResponderBorrarLa experiencia no se puede medir. En sus externalidades, podremos aplicar la huincha de medir.
Digo:
De momento... Jeje
No pondría el acento en si se puede medir o no, lo pondría en no separar el yo del mundo..