Si nos enfocamos en las personas de la empresa, que vienen operando como meros hacedores de la pega, cuales piezas de una maquinaria de la era industrial, ahora con más o menos tecnología. Y nos los quedamos mirando, pensando en qué otro rol, qué otro valor podrían ellas aportarnos, es de donde surge esta reflexión.
Y ahora, que vengo saliendo de un webinar de digitalización de la empresa, donde uno empieza a pensar que muchos de esos trabajos repetitivos, serán reemplazados por tecnología o robots.
Con mayor razón, repensar el rol de las personas en la empresa, se torna tema imperativo.
Yo trabajo como coach profesional con grupos, con equipos de trabajo, en las empresas y organizaciones. Y veo el potencial que son las personas, tanto en su posible desarrollo personal como profesional, como en lo que pueden generar colectivamente, cuando aprenden a conversar con altos niveles de colaboración y creatividad. Puede ser de alto impacto, si la organización le presta atención, le da curso. celebra los logros y eventualmente recompensa el valor aportado.
De tanto mirar los procesos, los productos y al cliente o mercado, se nos había olvidado mirar a las personas y su potencial.
Mi aprendizaje es que el máximo valor emerge de los equipos, de los grupos interdisciplinarios, conversando, desde emociones positivas y con acceso a la intuición personal y colectiva.
Lo que venimos haciendo es al final de los procesos de desarrollo de habilidades conversacionales, les pedimos generen ideas de mejora de los procesos en que participan, ideas de iniciativas y actividades que apunten a que lo pasen mejor en el trabajo, o ideas de cualquier tipo que aporten al negocio mismo.
Y no te imaginas el hervidero de ideas en que estos grupos se pueden transformar.
Muchas veces los directivos han pedido que junto con dar las ideas, tomen un rol protagónico en su implementación y se hagan responsables de llevarlas adelante.
El trabajo con los grupos o equipos, parte con que se conozcan. Esto suele tener un alto impacto, porque generalmente son personas que llevan años trabajando juntos y no se conocen. Esa experiencia de conocerse más, y muchas veces sorprenderse con información relevante, es de alto impacto. Le doy mucha importancia a esta fase, siendo yo el que se presenta primera, para dar el tono de la melodía que quiero que toquemos y luego les doy largura para que se explayen. Es un tiempo y una actividad que después quizás sea la que más recuerden y agradezcan.
Seguimos con el tema del observador particular que es cada uno. Creemos que el mundo que vemos cada uno, es el mismo, cuando estamos juntos mirando algo, por ejemplo. Pero no es así. No es tan fácil asimilar esto, con la potencia de lo que significa, pero si se asimila, corroe fuertemente las discusiones de quién tiene la razón.
Pasamos luego a hacerle doble clic al fenómeno de escuchar, tan obviado. Escuchamos poco y mal. Pensamos en lo que vamos a decir, cuando el otro habla. Pensamos que decir es lo importante, cuando el escuchar es central, especialmente si queremos conversar y crear realidad juntos.
Sigo con los actos fundamentales del habla, como son el pedido y la oferta, que desencadenan la acción en el mundo; luego los juicios, las declaraciones y las afirmaciones, que crean realidades. Manejarse con estas distinciones ayuda mucho, es mi conclusión. Ayuda mucho en la forma en que conversamos.
Suelo introducir una inyección de estímulo al auto desarrollo, aprovechando la enorme disponibilidad de cursos online existentes, de las mejores universidades del mundo. Ello me ha llevado a decir, que la educación, de calidad, gratuita (o de muy bajo costo), para todos, ya existe. Está en la Internet. Comienza mirando Khan Academy.
Aparte de otros materiales, como las emociones, termino entregando las distinciones que terminé de aprender con Otto Scharmer del MIT, sobre niveles de conversación, pasando por el debate, el diálogo y la conversación generativa. Aquí, en estos últimos niveles, las emociones y luego la intuición o escuchar a las tripas, pasan a ser claves. En mi oficio con estos temas no dejo de convencerme cada vez más lo poco y mal que conversamos, partiendo por las parejas.
Bueno, todo esto para poner el foco en el potencial no explotado, invisibilizado, de las personas y de las personas trabajando en equipos de trabajo, cohesionados, con la confianza instalada, activando su máximo potencial.
Cuando las empresas hayan asumido esto, la cosa será distintas. Ya lo verán.
Excelente tema querido Gabriel. Te invito a profundizar en un par de técnicas nuevas respecto al ámbito de que sea el grupo el que tome la inicitiva: uno son las iniciativas "Germinar" respecto de toma de decisiones por consenso grupal, de mucho éxito en Brasil en el mundo empresarial y otra son las metodologías Sociocráticas que ayudan al proceso de des-aprender y re-aprender desde un lugar diferente. Un abrazo.
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