Jorge Baradit ve el mundo separado en dos. Por un lado están los dueños de todo, los poderosos, los aristócratas, los de las grandes haciendas, la gran industria y banca, desde donde controlaban a políticos, iglesia y por supuesto, a los militares.
Y por el otro, los trabajadores, los artesanos, comerciantes chicos, los peones del campo, los mineros del trabajo duro, lo pobres y requete pobres.
Jorge Baradit |
“Los pobres, como no se dan cuenta que todo nos lo deben a nosotros y vienen a quejarse”, dirá más de alguno.
Mano dura, durísima, cuando los roteques se salían de madre.
Un tipógrafo pobre, que por estar metido entre tanto libro, se hizo culto, se prendió de una pasión increíble, por sacar a su gente de la miseria.
Los poderosos nada hacían, así que tuvieron que crear organizaciones de socorro mutuo; Mutuales se llamaron después. Recolectaban plata con tarritos, para los que estaban pasando un mal momento.
Y crecieron, hasta incluso formar un partido político, Obrero Socialista, creo que se llamó. Que después se lo tomó el partido Comunista, de fuente bolchevique, y su fundador, este tipógrafo, perdió nomás.
A Luis Emilio Recabarren, Baradit, lo rescata como un héroe verdadero de este país, que se la jugó por los más pobres.
Agueda Monasterio, de la que jamás había escuchado, operó como espía para los libertadores que se armaban en Mendoza, esto desde los barrios más populares de la época; porque ese era su origen. Se la jugó, la tomaron presa al final, la torturaron e incluso los militares que mandaba el español Marcó del Pont, trajo a su joven hija a la que amenazaron con cortarle los brazos a machetazo limpio, ahí frente a ella y colapsó. No pudo más, murió ahorcada, creo, en la Plaza de Armas.
Y nunca más se supo de ella. Baradit, la rescata.
Pedro Aguirre Cerda, el primer presidente, en esta línea que venía de Europa, de alinearse en Frentes Amplios; resultó el mejor presidente que hemos tenido en Chile, pues de verdad gobernó para los más pobres.
Ramón Freire, un militar medio desaparecido, impresionante. Logró victorias militares como el que más. Y terminó de Director Supremo, invitando a todo el mundo a juntos diseñar el país que queríamos. Al final lo sacaron con un golpe de Estado patrocinado por los poderosos de siempre y pusieron la Dictadura, qué jineteo tras bambalinas, el famoso Diego Portales, que tanto honraba Pinochet.
Y qué decir de Arturo Fernández Vial, que sobrevivió a la Esmeralda y el combate naval de Iquique, que por jugársela por los más pobres, sólo quedó en el nombre de un equipo de fútbol. Y solo me falta nombrar a Manuel Rodríguez, otro de los héroes de Baradit.
Es posible que la historia se pueda ver tan distinta, a como me la enseñaron en el colegio Grange ?
Cómo fue en realidad la historia ?
Cada día me convenzo más que la realidad no existe, son inventos que hacemos las personas a la pinta de lo que nos parezca, convenga, agrade o represente.
Me voy convenciendo que ciertas personas, de fuerte ambición por el poder, muchos de ellos bastante loquitos, se visten de ideas gestadas por ciertos intelectuales e ideólogos, y las acomodan a sus intereses, muchas veces perversos, para hacerse del poder y luego hacer de las suyas; muchas veces barbaridades. Y compiten entre ellos para ver cual es el intérprete correcto, por ejemplo, de Karl Marx.
Y es tal la matanza que desencadenan, que terminan siendo vistos, todo el paquete, como demoníaco. Y los que pierden siempre, son los más pobres. Las víctimas y carne de cañón de siempre.
Debo contarles, que vengo viendo algo así como la emergencia del marxismo leninismo desde el empoderamiento generalizado de las personas, gracias a que la educación se hizo abundante, lo mismo la tecnología, lo que está permitiendo que los pobres salgan mas y mas de la pobreza. Aparte de muchas otras razones.
Empiezo a ver a Uber, en su siguiente versión en una plataforma blockchain, como algo lo más marxista-leninista que se pueda ver.
No hay Estado ni ente central que gobierne, donde todos interactúan en igualdad de condiciones, en total transparencia.
No sería eso el comunismo que soñó Marx ?
Como no confundirse ahora, cuando el estado más marxista leninista, es Capitalista ? China.
El juicio que vivimos en un mundo de interpretaciones no dice que a realidad no exista. Nos invita, creo, a que la construyamos con interpretaciones que incluyan a todas las personas, emparejen las canchas.
ResponderBorrarEn ese sentido recomiendo tu blog y el libro en cuestión.
Discrepo, en tu comentario y en el libro, un tono evasivo de las responsabilidades nuestras frente a este mundo interpretativo que vemos.
Un abrazo
La historia siempre la han escrito los vencedores, ya sean posteriores a una guerra, o después de un golpe de estado, o de una matanza brutal sin que provenga de ninguna de las anteriores. Por lo tanto siempre será sesgada por los prejuicios y juicios de quienes la escriben, y la aceptamos como verdadera, principalmente por el tono doctoral que se les da a los historiadores y académicos al respecto. Por lo mismo los ataques a Baradit han venido de esos historiadores y académicos, de que lo que él escribe no es historia.
ResponderBorrarUna buena forma de escribir una historia mas inclusiva y que aborde las máximas miradas divergentes, bajo un mismo texto, sería hacer una especie de Wikipedia histórica de Chile.