Estamos en medio de una crisis multidimensional planetaria, que producto de una pandemia nos ha confinado en nuestras casas, con un espacio de tiempo impensado para reflexionar. Y en eso hemos estado, muchos.
Hemos tomado distancia del mundo en que estábamos sumidos y hemos hecho un alto. Y nos hemos puesto a observarlo, desde fuera.
Un mundo en donde la discriminación era o es, estructural.
Humberto Maturana le hace doble clic a la discriminación diciendo que ella se sustenta en teorías que disponemos a la mano, que mediante un razonamiento lógico, sustentado en ciertas premisas, validan o le dan legitimidad a esa conducta discriminatoria.
Discriminar es negar al otro, es un acto de desamor.
Y la única forma de salir de ahí, no es otra teoría, sino saltar a otro orbital, pasar a otro plano.
Se necesita un espacio, como la hora del coffee break en una conferencia, en donde tomándonos un café, nos ponemos frente a frente y nos vemos. Luego de vernos, pasa que nos sentimos y podemos conversar.
El paso al otro plano, no es racional, es emocional. Esto lo dice Humberto Maturana, con Otto afirmando con la cabeza en la Zoom conversación que pongo al final.
En este mundo de muros entre el individuo y los que están más allá (el prójimo se llamaba antes), se ha instalado la violencia en múltiples formas. Entre Otto y Humberto distinguen tres tipos:
- La violencia directa; muerte de George Floyd, de color, por policía blanco.
- Violencia estructural; no hay perpetrador; el perpetrador es el sistema; la inequidad institucionalizada, por ejemplo.
- La violencia cultural; esa que opera en base a teorías que la legitiman; los blancos son raza superior.
- Y la violencia atencional; no ver al otro en su real potencial de posibilidades.
Este muro que se estaría desplomando, es un muro invisible. Ocurre en el interior de las personas. Se ve por las protestas y estallidos sociales.
La pandemia nos ha obligado a hacer un alto, y necesitamos pensar.
Qué mundo queremos ?
Queremos vivir juntos ?
Qué somos ?
Quién es el otro ?
Para avanzar, necesitamos conversar. No discutir.
Organizarnos en pequeños grupos, donde se practique la escucha activa, sin juicios, con la mente y el corazón abiertos, para acoger al otro. Cultivar una disposición de apertura, a dejar ir, soltar viejas formas de mirar y funcionar, y abrirnos a lo nuevo.
Practiquemos la honestidad y el respeto mutuo.
Si hay honestidad, dice Humberto, la competencia desaparece.
Terminar con prácticas como la de quien llega primero, o la silla musical, que solo azuzan la competencia.
Qué quieres hacer ? Cómo te ayudo ? Qué quieres saber ? Mira, busca por aquí ?
Un mundo de colaboración.
Un mundo de amor.
Una educación que comprenda que basta un adulto que te vea, confíe en ti y te respete, para cultivar la autonomía y poder elegir la vida que queremos.
Terminan la conversación diciendo que el amor, es dejar que lo que quiera aparecer aparezca.
Referencias:
Conversación por zoom entre Humberto Maturana y Otto Scharmer
Artículo de Otto Scharmer
Que buena esa conversación entre Maturana y Sharmer. Maturana lo ve tan simple....un mundo de colaboración, un mundo de amor. Nuestra educación va exactamente en el sentido contrario, ser el mejor del curso, ganar la competencia, salir yo primero con esta idea....Siempre he pensado que a los niños hay que enseñarles desde párvulos que al otro u otra no se le toca ni con el pétalo de una rosa. Nadie tiene derecho a hacerle daño físico, ni psicológico, ni aplicar "violencia atencional" a otro. si fueramos capaces de enseñar eso a nuestro parvulos el mundo sería radicalmente diferente.
ResponderBorrarMuy de acuerdo. La pregunta es ¿porqué no la vemos?
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