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lunes, marzo 15, 2021

Libro Ocupación militar de la Araucanía (1861 - 1883) de Manuel Ravest

Hay mucha información en este libro, de fechas, lugares, personas, políticos, gobernantes, lonkos. Se que toda ella se me olvidará más que rápido.

El tema es, dos pueblos, el chileno y el mapuche o araucano, que vienen de estar claramente delimitados, con relaciones diplomáticas entre ellos, operando como dos naciones que se respetan. Esto cuando esta zona del mundo era colonia del reino de España.


De repente, Chile se independiza, previa una guerra civil se podría decir, entre realistas, a favor de España y los patriotas, a favor del nuevo país independiente.
Y qué pasa ? Hay mapuches, que se ponen del lado de los realistas, con los que venían teniendo muy buena relación, y otros con los chilenos, esta nueva nación.

Bueno, los mapuches ya traían conflictos entre ellos, algunos muy serios. De hecho los del lado argentino, fueron mapuches del lado chileno, que se fueron allá y los conquistaron, creando un verdadero imperio, al mando más adelante del famoso lonko Calfucura.

Muchos realistas, después de la derrota, quedaron operando como bandoleros hacia el sur; siendo uno de los más famosos, los hermanos Pincheira. Estos fueron siendo derrotados y arrancando hacia el sur se internaron en la nación mapuche, mezclándose con ellos en sus correrías montoneras o de asalto y pillaje.
Al final los mapuches aparecían en ciertos casos, como resguardando a estos “delincuentes”.

Chile, una nueva nación, sin las riquezas de la nación española, se le fue abriendo el apetito de tomarse simplemente las tierras mapuches.
La historia de la humanidad es esto, no ? Nosotros somos un pueblo invasor que venía de Europa y fue conquistando a los que aquí estaban, muchas veces con verdaderas masacres.
Es muy extraña esta relación con los araucanos, de mutuo respeto, cuando éramos colonia española.

Cuando a un lado las armas son rifles, ametralladoras, cañones, pistolas y al otro, lanzas, boleadoras, arcos y flechas, machetes. Es muy difícil que no brote, se podría decir, el instinto conquistador.
Y eso fue lo que pasó.
Todo parte con un frontera en el Bio Bio que se empieza a atravesar, por una parte con personas, que hacían sus arreglines con los locales, instalándose en su tierras, cultivándolas y por otro lado, los grupos de pillaje, entre realistas rezagadas confabulados con mapuches, que penetraban en son de pillaje y asesinato.

En Santiago las lecturas de los medios de prensa y de los políticos, eran variopintas. Desde los que promovían la conquista agresiva, los que promovían la penetración civilizatoria pacífica e incluso los que promovían arrasar exterminando a estos salvajes primitivos.
Los mapuches son aguerridos, no se van a entregar con facilidad y son hartos, especialmente cuando se alían.
Los recursos del Estado además no eran abundantes. Había cautela financiera, especialmente pues en períodos teníamos conflictos en el norte, con la confederación perú-boliviana por ejemplo, donde obligadamente debían migrar buena parte de la tropa.

Manuel Ravest Mora
La cosa fue lenta y desgastadora, entre los años 1861 y 1883, que trata el libro. Saavedra, Pinto, Urrutia, son nombres de militares que liderarán las acciones de penetración.
Mucho manejo solapado, mentiroso, e incluso fraudulento, en las acciones chilenas de penetración y apropiación del territorio.
Yo me imagino que así son siempre las conquistas. 

Lo que sí me ha llamado la atención, especialmente porque leía en paralelo el libro de Guillermo Parvez, Frontera Sur, como se creaban discursos degradatorios de las características y calidad de la cultura del pueblo mapuche. Tenemos que verlos lo peor posible para que la acción depredadora sea con la menor culpa posible.

La nación independiente mapuche, que existía entre el Bio Bio y el Toltén, cerrando en el pueblo de Villarrica a orillas del bellísimo lago del mismo nombre, fue completamente subyugada, conquistada, apropiada, por los chilenos.
Y la tensión que ese acto de guerra generó, se arrastra hasta el día de hoy.
Pienso que no queda otra que reconocerlos como pueblo con su propia cultura, integrada completamente a la nación chilena, con todos los derechos, trato igualitario e inclusivo y algunos privilegios, como puestos exclusivos en el Congreso.

domingo, marzo 07, 2021

Libro Una breve historia de casi todo de Bill Bryson

Este libro me llegó de regalo de un gran lector y amigo.
Su autor Bill Bryson es un viajero empedernido, periodista y más que nada escritor.
Con este background de curiosidad, escribe este libro, que es un paseo muy entretenido de la historia de cómo llegamos al día de hoy, en temas como la astronomía, la geología, la física, la química y la biología.

Trata de cómo hombres con nombre y apellido se fueron abriendo paso en las distintas materias, creándolas en muchos casos, como áreas de estudio y conocimiento. Y como iban saliendo los nuevos aprendizajes, los nuevos conocimientos y cómo estos se iban difundiendo.
Sazonando todo esto, con historias, dificultades y anécdotas, de las vidas personales de estos aventureros de la ciencia.

Me dio mucha risa la anécdota del arzobispo James Ussher de la iglesia del Irlanda que en 1650, después de un concienzudo estudio de la Biblia, escribió en un libro, que la Tierra había sido creada el 23 de octubre del año 4004 antes de Cristo, al mediodía.

Me quedé mirando esa lectura que hace Bryson de la ecuación de Einstein E=mc2, diciendo que ella indica que masa y energía son dos formas de la misma cosa. Que la energía es materia liberada y la materia es energía esperando suceder. Potente, me pareció.

Aprendo, o recuerdo, que la Teoría General de la Relatividad de Einstein, establece que el tiempo es parte del espacio; que no son entidades separadas.
Y que la gravedad no existe, lo que pasa es que lo que mueve a los planetas y a las estrellas, es la deformación del espacio-tiempo.
Me lo quedo mirando, esto, sabiendo que no alcanzo a entenderlo.

Aprendo, en el capítulo del átomo, que si un átomo fuera del tamaño de una catedral, su núcleo sería del tamaño de una mosca. Osea, el átomo es puro espacio vacío.
Otra cosa, casi mágica: un electrón que pasa de un átomo a otro, la verdad desaparece de uno y aparece en el otro. No pasa por el espacio entremedio. Desaparece y aparece. Qué onda ? Lo llaman salto cuántico.
A Heisenberg le preguntaron cómo se imagina un átomo; contestó: No lo intento.

Otro descubrimiento impresionante, fue descubrir que ciertos pares de partículas subatómicas pueden “saber” instantáneamente cada una de ellas qué está haciendo la otra, incluso en el caso de que estén separadas por distancias muy considerables.

Me entero que en Manson, Iowa, EEUU, cayó tiempo atrás una roca del cielo de 2,4 kilómetros de ancho, dejando un agujero de 4,8 kilómetros de profundidad y más de 32 kilómetros de anchura.
Estas cosas pasan, han pasado y podrían volver a pasar.
Cuando pasan, de un plumazo desaparecen los dinosaurios y en una de esas todos nosotros. Puede pasar. Y yo qué estaba asustado con el coronavirus.

En el capítulo del interior de la Tierra, me entero de una explosión volcánica en el estado de Nebraska, que dejó una capa de cenizas de 3 metros de profundidad hasta 1.600 kilómetros de distancia.
Estamos parados sobre un polvorín, cabe alguna duda ?
Ah, y otra cosa; el parque nacional Yellowstone en EEUU, es un supervolcán. Explota una vez cada 600.000 años; y la última vez fue hace 630.000 años. Plop.

Clave para nuestra existencia son unas bacterias llamadas cianobacterias, o algas verdeazuladas, que hace unos 1.000 millones de años, aprendieron a mascar moléculas de agua, extraer el hidrógeno y excretar el oxígeno, inventando la fotosíntesis. Ello permitió llenar el aire de oxígeno, elemento fundamental para nuestra existencia. Gracias cianobacterias.
Ojo, que nuestros glóbulos blancos usan el oxígeno para matar bacterias invasoras.

Andaban estas bacterias por ahí, cuando una bacteria se tragó a otra y la combinación que hicieron, les pareció bien a las dos. La que quedó dentro constituyó las mitocondrias, que transforman los alimentos en energía útil, y la otra bacteria, en esta nueva forma, se convirtió en la primera célula.
Cuando estas células se fueron complejizando y después acoplando y colaborando, terminaron creando seres como nosotros los humanos. Si, somos trillones de células.
Ah, y algo más; no podríamos existir sin las bacterias. Llevamos más peso en bacterias que el peso de nuestro propio cuerpo. Será cierto ?

Me entero que un espermatozoide fecunda a un óvulo 85.000 veces más grande que él. Uh, afectará esto al machismo que arrastramos ?.

Un libro fascinante, que te deja bastante culto en materias diversas relacionadas con el desarrollo del conocimiento humano.
Muy recomendable.
Y no dejes de saltar del libro a Internet a buscar más información, al menos de la enorme cantidad de personas que el autor trae a colación.
Gracias a este libro termine viendo la película A Life on our planet de David Attenborough, entre tantas otras cosas.