Vivimos en una sociedad adversa al dolor, señala Chul Han. Haremos lo que sea, por deshacernos del dolor. Por eso el florecimiento de la industria farmacéutica. Te duele algo, métale píldoras. Te duele el alma, póngale bioquímica.
Tu norte ha de ser la felicidad. Tienes un imperativo de rendir en la línea de ser más feliz. Debes estar dispuesto a sacrificar libertad por agrado y bienestar.
Esto tiene varios problemas. Uno de ellos es que el dolor es una capacidad de sentir que está muy cerca del sentir felicidad. Si te anestesias del dolor, también te anestesias de la felicidad.Y por eso habla de un mundo lánguido, adormecido, escaso de pasiones, causas cautivantes.
Y nos llega la pandemia. Se cancela la vida y nos vamos a guardar. De lo que se trata ahora es de sobrevivir. La cercanía con otros es amenaza de contagio.
Se exacerba el cuerpo, el ejercicio, la alimentación. Se exacerba el ego y su versión narcisista. Más plata significa más vida.
La vida se reduce a un proceso biológico que hay que optimizar.
Cuando le tratamos de sacar el dolor y el sufrimiento a las relaciones, estas tienden a cosificarse. Al hacer eso, pasamos a ser productos de consumo, para nuestro agrado y placer.
Aparece dolor y sufrimiento, no sirve, cambio y fuera.
Somos consumidores, en un mundo de productos, cosas, consumibles.
Nuestra vida reducida a un proceso biológico, se ha quedado vacía de sentido.
Nos perdemos el poder sanador de la caricia del otro, nos perdemos el contacto con el otro. Nos quedamos solos, aislados.
Quedamos desvinculados, perdemos el dolor que sentimos en las separaciones de relaciones significativas.
El dolor pone en marcha procesos reflexivos; el placer no.
Hemos entrado al orden digital. En este orden reina la inmediatez y la transparencia. Para lograr esta transparencia todo debe ser transformado en datos. Es la era del dataismo o el totalitarismo de los datos. Nos hemos transformado en datos y con ello en cosas. El tú desaparece, el otro desaparece.
La relación con un tú requiere cuidado, requiere distancia, pues el otro, como ser, es insondable, es indisponible, es distinto, por eso la activación del eros.
Bueno, un libro apasionante, que no basta con hacerle una pasada. Muy recomendable, para ver más allá de donde normalmente vemos. Y también para dejarte preocupado, pues esto de andar con fobia al dolor, parece ser muy mala cosa. Por eso ayer le decía a unos amigos caminando por los cerros, leo un libro fascinante, que no se los recomiendo. Les producirá una indigestión que puede ser muy saludable.
jajaja que buena la frase final!!!
ResponderBorrarGracias Gabriel, me dieron ganas de leerlo.
Abrazo, Guillermo
me gusto mucho mucho.....tb. me dieron ganas de leerlo....todo este panorama fas. estuvo muy bueno....Itaca..maravilloso....la capilla sixtina excelente Una vez mas gracias
ResponderBorrarBuen resumen Gabriel. A mi también me ha parecido fascinante y contundente.
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