Este libro de Oscar Landerretche, que llegó a mis manos, como una sugerencia y un préstamo de Frederick Corthorn, ha puesto el foco en Chile, Chilito, su momento actual, de crisis y oportunidades, en una ambiciosa mirada de desarrollo y planes estratégicos.
Chile viene decayendo en sus niveles de producción en forma persistente, desde hace más de 10 años. Con varios gobiernos de signos alternativos.
Y no solamente eso, nos hemos ido degradando, perdiendo la fe en nosotros mismos, partiendo por nuestras autoridades e instituciones.
La crisis es de envergadura, de ahí el estallido social. De ahí el esfuerzo en que nos encontramos de escribir una nueva Carta Magna o Constitución.
Un plan estratégico, a nivel de Estado. Algo que contrapone a la idea de modelo o modelos. Necesitamos y Oscar propone un buen esbozo de un plan estratégico para nuestro querido país. Claramente, él tiene sentimientos de gran afecto por este nuestro país.
Oscar es un académico, con doctorado en el MIT. Vive inserto en la FEN (Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, en Santiago), donde muchas cosas han pasado y vienen pasando.
Pero además fue presidente del Directorio de Codelco.
Imagina campus universitarios, rodeados de empresas industriales y tecnológicas, y barrios universitarios. Donde el tráfico y el intercambio entre estos mundos sea parte del plan y las facilidades pensadas desde el más alto nivel. Crear con ello en Chile un centro de desarrollo intelectual de clase mundial, donde no solo estudien chilenos, sino alumnos de toda Latinoamérica. Con el prestigio internacional de universidades como el MIT, Oxford o Cambridge.
Empresas del Estado como Codelco, con apéndices de investigación y desarrollo, como en su momento fue Codelco Tech. De manera que aparte de vender globalmente buen cobre, vendamos tecnología y servicios relacionados. Transformándonos en líderes mundiales de sustentabilidad y promotores y exhibidores de desarrollos como el cobre verde, con trazabilidad, exhibiendo nuestros cuidados ecológicos, sociales y regulatorios.
Debemos superar nuestra legislación laboral, de manera que el diálogo vuelva a ser potenciado y valorado, como mecanismo de resolución de diferencias, entre empresa y trabajadores, entre empresa y comunidades aledañas, entre comunidad y pueblos originarios. El diálogo debe ser educado, practicado, desde el colegio. Y la cultura, para que estemos mejor informados. De hecho este libro me ha instruido enormemente sobre lo que somos como país y nuestras posibilidades de desarrollo. Es un libro que recomiendo especialmente.
Necesitamos desarrollar capacidades dialogantes y necesitamos informarnos y desarrollar capacidades reflexivas.
Diálogo, coordinación, ambición y desarrollo, con mirada desde el Estado y la estrecha participación de privados y la comunidad.
Me quedo pensando, en cómo salir de la degradación ético moral, que las pasadas de platas, a políticos de lado y lado, por Ponce Lerou, en sumas de cientos de millones de pesos, que dejaron a esos políticos ligados al tío Ponce, como parte de su familia, inhabilitados para apoyar a Eduardo Bitran, en ese tiempo en la Corfo, para zafarnos de los abusos al país de esas posesiones y usufructo excesivo del Litio.
Cómo salimos de esa. Pues necesitamos recuperar nuestra dignidad y la confianza en nuestros líderes e instituciones, que están en su peor momento histórico.
Espero que la nueva Constitución sea la vía.
Un libro imperdible, que te cultivará de lo que es y puede ser Chile, desde una mirada honesta, comprometida, valiente e informada. Gracias Oscar Landerretche.
Me motivaste a leer a Landarretche, Gabriel. Gracias
ResponderBorrar