Páginas

lunes, diciembre 13, 2021

Libro Piñera porno de Alberto Mayol

Un libro sesudo, como todos los libros de Mayol.
Desmenuza una época, la caída del neoliberalismo. Esa doctrina donde el crecimiento y el resultado lo es todo.
Una época sin misterio, sin Dios. Solo operación y producción, movimiento de mercaderías.
Y un personaje, Sebastián Piñera, que lo representa todo, todo lo que desfallece.

El descontento que se viene acumulando es tan invisible, como la materia oscura del universo. Está ahí, pero no se ve.
Una sospecha por ahí, desata una encuesta: “¿es usted feliz?”. No, no hay descontento, la gente es feliz.
Lo burdo, lo obsceno, campea; lo pornográfico.
Y el campeón de aquello es Piñera.

Piñera es un genio de ganarse donde ganar. Hizo su fortuna en una generación. Tres mil millones de dólares. Hácete esa.
Se engolosinó consigo mismo, se llenó de narcisismo, que lo quiso todo. Y lo obtuvo; dos veces presidente de la República.
Y fue el cataclismo de la derecha, sin querer queriendo, la pulverizó.
Y se pulverizó a sí mismo también.

Es un buen gestor. Gestionó bien el sacar a los 33 mineros del fondo de la Tierra. Gestionó bien el lidiar con la pandemia; estamos casi todos vacunados, bien.
Pero como no cacha el espíritu de las cosas, sino que solo entiende como sacarle a las cosas el jugo para sí mismo, como rentabilizarlas, se va de viaje, con una bolsa llena de piedras y el cartel “Estamos bien los 33”. Y se las repartió a cuanto prócer pudo acceder, incluida la reina de Inglaterra, mientras mostraba el cartel “Estamos bien los 33”; mientras su mujer, avergonzada, le decía qué no lo hiciera.

Claro, Piñera es el gran destructor de ritos, porque no cacha del espíritu de las cosas. Solo entiende de dinero, de él mismo, de su gloria.
Y lo hace burdamente, por eso Mayol lo cataloga como pornográfico, obsceno, sin erotismo.
Con esa incapacidad de ver la materia oscura, no vio el malestar, no lo entendió nunca y aún sigue buscando manos maléficas en el extranjero. Hezbollah, es lo último que escuché.
Por eso optó por hacerle la guerra al enemigo, con lo que tenía a mano, carabineros y sus balines. 285 globos oculares, fue el costo para los de la primera línea.
Me temo que cuando termine su gobierno, lo demandarán por esto.

Es la caída de una época, la que estaríamos viviendo. Ahora, si sale Kast, se suspende la caída por cuatro años, digo yo. Pero en modo caída estamos.
Lo que si me queda claro, es que en este libro Alberto Mayol, hace polvo a Sebastián Piñera, de la manera más sofisticada, profesional y rotunda.
Pero no es lo más importante del libro. Lo más importante es como reflexiona Mayol respecto de lo que está pasando en estos tiempos convulsionados y pandémicos.

Referencias:

1 comentario:

Los comentarios de este blog son moderados; eso significa que antes de ser publicados, serán vistos y aprobados por el autor de los posteos (anda mucho bandido por las redes).
Disculpa las molestias