Juan Vera, sin querer queriendo, ha conformado una comunidad en torno a sus talleres de lectura, cursos para formar articuladores y su última creación, talleres de lectura donde el libro qué se lee es la historia de cada asistente al taller, que ha resultado un notable acierto y descubrimiento.
Citó a un encuentro, con su colaboradora Irene Torres, en un local en Providencia, a ex alumnos de estos cursos y talleres, adonde llegamos unas 20 personas.
El encuentro fue alegre, íntimo y especial, pues Juan pidió qué en unos 5 a 10 minutos, todos nos presentáramos. Muchos de los presentes no nos conocíamos. Este hecho generó una vinculación y un interés por conocer más a unos y otros.
Esa noche le mandé un mail a Juan diciéndole que había visto a un grupo efervescente, con muchas ganas de interactuar y conocerse, gente además con historias interesantes, vidas atractivas.
Hay aquí, le dije a Juan, materia prima para hacer algo. Hay aquí ganas de más.
Pero no sabía la forma de ese más, la forma de articular ese algo que se percibe. Tal vez algo basado en grupos que sesionen periódicamente y comparten sus avances y descubrimientos en alguna plataforma de redes sociales ad hoc.
Posteriormente nos reunimos cuatro de los presentes en un delicioso café en Vitacura, llamado Rita Roux: Juan Vera, Irene Torres, Isaquino Benadof y yo, Gabriel Bunster. La idea era ver qué inventábamos.
Se habló de comunidad, una necesidad presente en todas partes, a las claras, quizás por el boquete dejado por una iglesia replegada, recogida y silenciada.
Se habló de una academia de habilidades para el futuro.
Se habló de audiencias hacia donde enfocar una oferta, que incluyera a aquellos qué están en torno a los 35 años, la generación que entra al gobierno de Chile. Que son distintos, cuánto, de la edad promedio presente en nuestra reunión original en Providencia, en la que estimamos su edad promedio en 50 años.
Hablamos de desplazar el foco desde los logros, al proceso de desarrollo personal y profesional que esas articulaciones generan. De desplazar el foco hacia el desarrollo interno, la expansión interna, del observador que se es, etc.
Juan Vera, Gabriel Bunster, Isquino Benadof e Irene Torres |
Y Juan propuso que abriéramos el tema al aire, para allegar la participación de otros, muchos otros, pues queremos crear algo con posibilidad de crecer, de ampliarse a la masividad incluso. Para que otros digo, nos den ideas, nos sugieran cosas.
Se nos vino a la mente Balloon Latam, que forma “agentes de cambio” en zonas rurales, que mucho nos impresionó a Isaquino y a mi, en un evento masivo en Vichuquen al qué asistimos, adonde llegaron del orden de 1.000 asistentes.
Agentes de comunidad, propuso alguien.
Bueno, qué dices tú que lees este blog, se te ocurre algo que sugerirnos ?
Gracias Gabriel, precisamente ayer conversando con Irene llegábamos a la conclusión de que la polarización es la victoria de nuestro enemigo, en la medida en el que al constituirlo como tal, nos ponemos en el mismo nivel de intransigencia, de defensa de una supuesta verdad y hacemos imposible la búsqueda de espacios de entendimiento.
ResponderBorrarSi algo es necesario en este momento en el mundo es diálogo, comunidad, encuentro, volver a conversar. Y sólo cambiaremos el mundo participando. La apatía o el agravio son dos estrategias que sólo nos llevarán a una humanidad no humana.
Hola Gabriel, pienso que una muy buena señal para armar comunidades sería construir la comunidad de países de la región latinoamericana. Generar un proyecto común como región sería muy potente y desde mi punto de vista, necesario. Los ejemplos que dan los países hacia adentro de sus pueblos son malísimos, con escasa colaboración y preocupación por los otros países. Creo que convertir eso podría ser de gran ayuda.
ResponderBorrarEs una gran invitación! En un momento de transformación como éste, es cuando el diálogo es imprescindible. Una comunidad diversa (en muchos aspectos) y que tenga dentro de su propósito articular conversaciones y acciones desde la sociedad civil es una propuesta fantástica! Gracias Gabriel por compartir esta idea!!!
ResponderBorrarFormaremos facilitadores o más bien articuladores de grupos certificados.
ResponderBorrarSaldrán de la escuela de articuladores de Juan Vera.
Cada uno de los articuladores certificados, podrá iniciar un grupo que tendrá un tema con el que el articulador resuene o esté interesado tomar.
Estos grupos durarán un año.
Sesionarán cada 15 días.
Las sesiones serán online, de dos horas o hora y media.
El costo para los integrantes será de $ 50.000 mensuales.
80% de lo recogido irá al articulador y 20% a la institucionalidad qué lo cobija.
Cada articulador deberá hacer un programa de trabajo detallado, sesión por sesión.
Esta iniciativa se constituirá en una comunidad, que tendrá encuentros presenciales periódicos, por país o territorio, para que los miembros de distintos grupos se conozcan y se sientan pertenecen a algo más grande.
Cada grupo llevará un blog donde registrarán lo principal que va pasando en cada grupo, sus aprendizajes o iniciativas. Blogs de acceso público.
Tirando líneas. Que dices ?
Del texto creado por Gabriel he generado una idea para formar "Creadores del nuevo mundo", o "creadores de comunidades"la que a continuación explico de manera general para comenzar entre nosotros un intercambio que nos lleve a lo planteado:
ResponderBorrar1.- Se necesita una orgánica y una plataforma para poder formar los "Creadores"mencionados, para ello se puede generar ya sea una Corporación, Fundación u otro organismo que permita legalmente y económicamente operar.
2.- Alguien que tenga una identidad fuerte y transversal, y además capacidad de convocar, es fundamental para que el proyecto prenda y se inicie. Ahí entra Juan Vera quien tiene todos los atributos para ello.
3.- Debe existir un núcleo que vaya evaluando y modificando las estrategias, programas y ademases, en función de los avances o retrocesos.
4.- Esto que debe comenzar como una organización piramidal debe transformarse en una redarquía colaborativa con el tiempo.
5.- Para formar comunidades deben desarrollarse proyectos formales con un programa atractivo, con facilitadores que vayan generando las condiciones para que el proyecto comunitario se desarrolle.
6.- Incluso después de un tiempo desde un proyecto específico, pueden surgir subproyectos que se independicen y creen nuevas comunidades, comenzando así la red colaborativa.
7.- Debemos generar una lista inicial de posibles proyectos que llevan a formar "Creadores del nuevo mundo"o "Creadores de comunidades", y certificarlos como tales a través de un proceso estructurado inicialmente, y que después tome su propio curso de acción.
Este proyecto puede generar una espiral positiva en el nuevo mundo en desarrollo y en especial en este país que tanto lo necesita.
¡Hola, Gabriel!
ResponderBorrarEstá lindo tu texto y aliento tu propuesta de seguir expandiendo y sembrando los espacios de conversación entre “improbables”. Vuelvo a la reflexión sobre el paradigma de “entregar conocimiento que los demás No tienen” para certificar y vender. Quizás ese también sea un punto de partida a revisar y cuestionar. No creo en las soluciones simples y sigo creyendo que más que talleres necesitamos laboratorios para el intercambio y reflexión sobre las experiencias ya existentes. Más que enseñar lo poco que sabemos, considero lo más valioso de tu propuesta es seguir aprendiendo juntos lo mucho que aún desconocemos sobre la complejidad de cada contexto y desafío. Y evitar correr con nuestros nuevos martillos sobre clavos ajenos. ¡Un abrazo!