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miércoles, septiembre 28, 2022

Libro La dicha de ser de Enrique Martínez Lozano

Este libro de Enrique Martínez es una verdadera joya para comprender las cosas más profundas de la vida.
El tema central es responder la pregunta “quién soy yo?”.
Se alinea con el oráculo de Delfos de la antigüedad griega, en que se decía “conócete a ti mismo” y todo lo demás vendrá por añadidura.

“Pienso luego existo” dijo Descartes por allá por los 1600s.
Con ello instaló a la razón en el centro de nuestra idolatría o en el pináculo de lo más preciado o valorado.
Eso abrió el campo para la ciencia, y la iglesia con sus dogmas tuvo que retroceder más y más.
Si lo dice la ciencia es verdad, es la escuela en la que yo me formé.

La mente pensante lo es todo. La ciencia, su brazo armado.
Si no se puede medir, no existe. Si no se puede medir, si no hay datos, no vale.
Y desapareció, perdió su importancia, la espiritualidad, la conciencia y en buena medida las emociones, sensaciones e intuiciones.
Quedamos en descampado, en un mundo de cosas y materialidades, donde la productividad, el éxito económico, los logros y la eficiencia lo son todo.
La conciencia; qué es eso ? y la espiritualidad, son .. dime tú, objetos de dudosa existencia.

Cuando la mente se giró sobre sí misma y escrutó lo que somos, inventó a la persona, inventó el yo, inventó el Ego.
Resultamos ser, por elaboración de la mente, un objeto más de creación de la mente. Y ahí erramos el tiro seriamente.
Y no solo eso, creamos a un Dios, persona, a imagen y semejanza nuestra.
No podía ser de otra forma.
Y todo lo que hemos hecho y creado, parte de este punto, parte de este error.

El yo no existe .. cof, cof, cof. Es un invento de la mente .. cof, cof, cof.
Dios como persona, como un yo parecido a lo que creemos que somos, no es tal.
Y llegamos a la pregunta medular del libro de Enrique Martínez: “¿quién soy yo?” entonces.

Para acceder a responder a esta pregunta, debemos silenciar la mente. Debemos pasar del pensar al atender. Y el atender ocurre en el presente.
La mejor herramienta para avanzar en este terreno es la meditación. Al hacerlo accederás al silencio de la nada, donde lo único qué hay, es conciencia.
Y Eso soy.

Y no soy distinto a ti. Somos todos iguales. Somos todos Uno. Dios es la mega conciencia; no es una persona.
Cuando conectamos con Eso, estamos bien, estamos conectados con todo y con todos. Estamos en la dicha, la dicha de ser.
Guau. 

El proceso de salir del yo, de la persona que hemos construido, del ego, es arduo. Aunque se puede acceder por generación espontánea; es lo que dicen algunos iluminados.
Cuando me apropio de algo, digo mío, estoy seco en el Ego; nutriendo al Ego.
Soltar, dejar de aspirar a ser alguien especial, que también es una adicción del Ego, es algo de lo que ir pensando en liberarse.
Y si hacemos todas estas indicaciones, llegamos a la verdadera libertad. Sin apegos, sin deseos. Me supera, pero me da una pista que me resulta .. como lo digo, que me resuena bien.

Un libro del que me gustaría conversar contigo.

2 comentarios:

  1. Anónimo12:28 p.m.

    Varias cosas se me vienen a la cabeza, es decir, al pensamiento.
    Con el Ego todos nosotros hicimos el mundo, y por otra parte, el mundo tal cual lo apreciamos le queda muy bien al Ego. Como que Ego y mundo, fueran el uno para el otro. Obvio, esto es especialmente cierto nos gusta el mundo o si somos adictos a el.
    El mundo es lo que percibimos que es, y la percepción es una función de la mente. Luego, mente, ego y mundo van de la mano por el cosmos. Todos objetos condescendientes, “explicándose” (quedando tranquilo mentalmente) unos a otros. Todo redondo y todos contentos.
    Aquí viene lo bueno, ¿y quien es el que sabe todo lo anterior?, ¿quien es el sujeto?, ¿quien es el gran observador?, ¿la piedra angular? ¿Quien es aquel en donde todo ocurre, el que se explica a sí mismo puesto que es allí donde todo pasa? ¿El que no se explica en la “experiencia” porque es TODA experiencia a la vez, ya, instantánea, eterna? No existe ninguna experiencia fuera de … ¿cómo llamarle?, Consciencia suprema, Dios, Atencion plena. Lo increíble es que al nombrarlo, inmediatamente lo desvirtuamos, lo bajamos al mundo, “le hacemos un download a Dios”. ¿Qué loco verdad?
    Somos muy poco acuciosos, atrapados en el tablero de instrumentos que resulta de nuestros 5 sentidos. El sentido 6 que es donde “todo es”, chao no lo vemos, no lo apreciamos, entonces lo desconocemos. Unos perfectos rascas.
    Esto que ha sido tema nuestro varias veces y probablemente lo seguirá siendo, es sin duda el gran tema. Ayer sin ir más lejos, estuve en Ávila, tierra de Santa Teresa, la gran mística (alteración de consciencia) del Señor, en nuestro lenguaje escribe, “Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, …. Quien a Dios tiene nada le falta, solo Dios basta”. ¿No es acaso de esto precisamente de lo que estamos hablando?, el gran todo.Esto no es religión, es espiritualidad pura. Santa Teresa era una gran Meditadora, creadora de las Carmelitas descalzas, una orden eminentemente contemplativa, monjas y monjes de claustro que meditan, meditan y meditan. ¿Si no como viven solo contemplando?

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    1. Buena, muy buen comentario Martín. Veo que estamos resonando en la misma sintonía. Que sigan disfrutando por allá.

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