Donella Meadows nos introduce con este libro en la teoría y práctica de mirar en la realidad que somos y que habitamos, a los sistemas.
Los sistemas no son maquinarias que podemos diseñar, mantener, optimizar y controlar completamente. No.
Los sistemas más se aproximan a organismos vivos. Y por eso la dificultad para controlarlos.
Los sistemas tienen partes y piezas, muy importante, estas partes y piezas se interrelacionan entre ellas, de maneras a veces no tan claras, y además todo el sistema tiene un propósito, un objetivo.
Veamos un ejemplo. Los drogadictos le compran drogas a los narcotraficantes. Los narcotraficantes tienen su línea de producción, normalmente foránea, la ingresan al país en forma clandestina, la toman los dueños de los territorios y la distribuyen. Todos ellos, los narcos, ganan mucha plata, porque el producto está prohibido y es caro.Los drogadictos, la mayoría de ellos asumo, no tienen plata para hacerse de la droga. Por ello delinquen. La policía persigue a los delincuentes, captura a algunos y los mete a las cárceles. Cárceles, muchas cárceles.
Todo esto es un sistema. Qué ha ido creciendo, a pesar de todo lo que se ha hecho para eliminarlo. Pareciera una misión imposible.
Apretas por un lado y se las arregla para buscar otra vía para seguir con el movimiento de mercaderías. Y es tal el poder que manejan los narcos, que corrompen a policías, jueces y políticos. Si hay hasta gobiernos aliados con estos grupos.
Lidiar con sistemas, es difícil, muy difícil. Imagínate que destruyes toda la cadena de producción y suministro en tu país de la droga. Tú crees que los drogadictos se van a quedar tranquilos. Olvídalo. Buscarán la forma de hacerse de la droga.
Más difícil debe ser intentar extinguir a los drogadictos. Intervenir mentalidades, ecologías familiares, educación.
Crear facilidades para salir de la drogadicción es imperativo. Ayudar a los que quieran salir de ahí, por su puesto. Quizás legalizarlas, controlar a los drogadictos, medir cuántos son, dónde están, darles la droga, para que no delincan.
Lio, enorme.
Leyendo este libro me quedo con la idea que mirar el mundo como sistemas, es un cambio no menor. Yo con formación de ingeniero, estoy acostumbrado a mirar el mundo como problemas. Y nuestro oficio principal, es el encontrarle una solución al problema.
En el caso de sistemas, no estamos hablando de problemas, dice Donella Meadows, estamos frente a lo que prefiere llamar, un embrollo.
Refleja mejor la realidad del mundo en que estamos, de alta complejidad, de embrollos que requieren no de un especialista, sino de la mirada multidimensional, de ojalá todos lo que se ven afectados por el embrollo y todos los que tengan algo que aportar. Y ponerlos a conversar; dialogar más bien. Con facilitadores experimentados ojalá.
Figuraba un día en el restaurante La Olla, esperando turno, con dos nietos que revoloteaban. Los subí a una estufa de pared y figurábamos los tres mirando toda la faena de la cocina. Fascinante. Ahí estábamos absortos. Mucha actividad, unos faenaban varios platos a la vez y una mujer se concentraba en las empanadas fritas, de queso, camarón queso y mariscos. Mi nieta de seis años me dice, Tata, hay más mujeres que hombres. Efectivamente eran cuatro mujeres y tres hombres. Un par de hombres y una mujer sonrieron al hacer eye contact con nosotros.
Me llamó la atención las expresiones con que trabajaban. Estaban serios, cabeza gacha, no veía una pizca de alegría en lo que hacían. Se lo comenté a mi hija psicóloga. Te imaginas cómo saldrían los platos si los líderes atendieran a la emoción con que trabajan y lo hicieran con pasión, alegría y buena onda.
Los sistemas tienen muchos elementos no medibles, que tienen que ver con las emociones como el caso anterior, o la forma de las interacciones.
Cómo es la calidad de los vínculos en equipos de trabajo, son aspectos difíciles de medir, difíciles de incorporar en el lenguaje habitual de la gestión de empresas. Y por eso se obvian, como que no existieran y no fueran importantes.
El libro tiene una parte grande de cómo o dónde son las mejores partes para incidir en un sistema. Lo que está claro es que no estamos en territorios propios y exclusivos de la racionalidad. La intuición, incluso la espiritualidad, tiene roles muy importantes que jugar.
El Lonco que me tocó en un grupo del evento 3xi decía que veía a los winkas (chilenos, nuevos inkas, pues antes habían guerreado con los inkas) muy faltos de espiritualidad y eso podía ser la razón de porque depredábamos a destajo todo “su” territorio natural, que sentía de una manera claramente no economicista. Lo decía con mucha emoción de profunda tristeza. Me conmovió.
Un libro que te introduce en la mirada de sistemas, un territorio que no es fácil de mirar desde nuestra racionalidad y certidumbres habituales. Muy recomendable.
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