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jueves, enero 04, 2024

Libro Cómo funciona el mundo de Vaclav Smil

Este libro de Vaclav Smil, un científico, checoslovaco canadiense (vive en Manitoba), te explica desde una mirada desde la estratósfera, cómo funciona el mundo.
Te saca de tu micro mundo, te eleva y te provee la macro mirada qué, te das cuenta, te faltaba.

Parte con el tema de la energía. Cuánta energía necesitamos para funcionar y cuales son sus fuentes.
Partimos siendo nuestro cuerpo nuestra única fuente de energía. Viajamos de un lugar a otro cargando entre 40 y 50 kgs de peso, unos 20 kms diarios.
Cuando nos hicimos de un caballo, duplicamos este peso. Y multiplicamos nuestra velocidad, lo que nos permitió cazar bisontes en las praderas de Estados Unidos.
Cuando pasamos a disponer de vehículos a combustión, la energía disponible pasó a algo así como 400 caballos en nuestras manos.
Y mi sobrino Jorge, que es piloto de avión, tiene en sus manos 130.000 caballos de fuerza, cuando maneja esos Boeing 747.

No solo necesitamos energía para aumentar las cargas que llevamos y aumentar la velocidad de desplazamiento.
Necesitamos cantidades mayúsculas de energía para producir los cuatro materiales, que Vaclav Smil llama los cuatro pilares de nuestra civilización: el amoníaco, el acero, el cemento y los plásticos.

El negocio del guano de pájaros movió ejércitos, por la calidad de abono para la tierra que era. Después el gran negocio fueron los nitratos de Chile. Pero cuando Fritz Haber inventó el proceso sintético de elaboración de amoniaco y de ahí los fertilizantes nitrogenados, el mundo de la producción de alimentos explotó.
¿Te acuerdas de la gran hambruna de China, entre los años 1959 y 1961, donde murieron entre 15 y 55 millones de personas ?
Lo principal del viaje de Richard Nixon a China el año 1972, fue la venta de creo que siete plantas gigantes de amoniaco, de la empresa Kellogs de Texas. Con los fertilizantes que esas fábricas permitieron, la productividad de los campos chinos se multiplicó por 5 y el hambre quedó atrás.
Es tal el impacto del invento de la síntesis de amoniaco y su impacto en los fertilizantes, que Vaclav Smil, lo pone en el primer lugar de los cuatro pilares. No podríamos ser 8 billones de habitantes sin ese amoniaco, sino que seríamos como 3,5 billones nada más.

La cantidad monumental de cemento, acero y plásticos que necesitamos en el mundo, hace demasiado difícil pensar en bajar la quema de combustibles fósiles.
El mejor ejemplo lo da el hecho que en los primeros 20 años del siglo XXI hemos aumentado la producción de energías renovables (eólica, solar y biocombustibles) multiplicado por 50, en cambio la reducción de quema de combustibles fósiles ha bajado en ese mismo periodo de. 87 al 85 por ciento de la producción total mundial. Casi nada.
Por eso Vaclav Smil considera que los combustibles fósiles seguirán dominando en el 2050 (cuando yo tenga 97 años; si es que).

El algoritmo que nos controla en el mundo occidental, es económico monetario. Por eso terminamos produciendo todos los guantes de goma para fines sanitarios en una sola fábrica en China. Y cuando llegó la Covid 19 tuvimos monumentales complicaciones, aparte del precio exorbitante que tuvimos que pagar.
Miramos el éxito que ha tenido China desde ya hace bastantes años, con esa mezcla anti democrática y capitalista. Y miramos al mismo tiempo el nuevo gobierno en extremo libertario mercadista de Milei en Argentina y dudamos de su eventual éxito.

Otro tema no menor, relacionado con el calentamiento global por el efecto invernadero del monóxido de carbono, es tener en consideración que entre los años 1989 y 2019, países como Estados Unidos, Canadá, Japón y los países de la Unión Europea, han reducido sus emisiones en un 4 %. En cambio India los ha cuadruplicado y China los ha multiplicado por 4,5.
Tres décadas de conferencias internacionales sobre el clima no han tenido efecto alguno sobre la marcha de las emisiones globales de CO2.
La extracción de carbón en China se ha triplicado entre 1995 y 2019.
Dice Vaclav Smil que es muy probable que la consabida cifra de 1,5° C de calentamiento planetario, ya se haya alcanzado.

Vaclav Smil termina diciendo que él no es optimista ni pesimista, sino que es un científico.
Recomiendo mucho leerlo.

3 comentarios:

  1. Anónimo12:05 p.m.

    Que pena lo del amoniaco. Seríamos menos y mas felices.

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    1. Anónimo6:57 p.m.

      Curioso comentario, sin la electricidad seríamos menos aún, más felices todavía. No estoy para nada de acuerdo, más aún, es lamentable!

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  2. Ojalá que los conflictos no se sigan extendiendo y que que a fines del 2024 podamos decir: seguimos cada día mejor, las culturas se están entendiendo, la igualdad entre las personas esta cada vez mas cerca, nos acercamos a un mundo sin discriminación y sin violencia, el acceso a una buena educación, a una buena salud y a la vivienda son un hecho. Ojalá.

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