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viernes, abril 19, 2024

Libro Apología de Sócrates de Platón

Un libro digno de leerse al menos una vez en la vida. Es la defensa que hace Sócrates en el juicio que le hacen en Atenas el año 399 AC, que termina con su muerte, bebiendo el veneno de la cicuta.

Leyendo este libro nos damos cuenta que en ese tiempo está en su apogeo el nacimiento de la filosofía. La virtud es por lo que pechan los filósofos y solo desean que los que los gobiernen sean además filósofos.

Sócrates se lo pasa en Atenas, deambulando, conversando. Lo siguen jóvenes, que disfrutan escucharlo. Desafía a los que creen que saben algo, hasta convencerlos que más bien parece que no saben nada.
Convence a las personas que más que andar por la vida preocupados de los bienes externos, materiales, fama y riqueza, se preocupen de desarrollar el ser justos y virtuosos, el ser interior.


Este relato lo hace Platón, discípulo de Sócrates, que presencia el juicio.
Atenas pasa por un mal periodo, después de haber perdido la guerra del Peloponeso contra Esparta, guerra de más de 25 años, comienza un periodo de gobiernos en Atenas de los Treinta Tiranos, en que abundaban las trifulcas culpándose unos a otros de la derrota de la guerra. Este contexto sin duda afectará a Sócrates, por los grupos que lo seguían.

En el juicio a Sócrates lo acusan de impío, o falta de reverencia hacia el poder y los dioses. Además lo acusan de corromper a los jóvenes y renegar de los dioses de la ciudad y promover otros.
Son acusaciones falsas. Lo que es cierto es que con los años ha acumulado mucha odiosidad en su contra, por las humillaciones públicas a los que ha sometido a muchos de sus interrogados.

Platón
El discurso que reproduce Platón de la defensa de Sócrates en ese juicio es magistral. Se defiende punto por punto de las acusaciones de que ha sido objeto y termina defendiendo el estilo de vida que ha llevado, más bien desprendido, a pesar de tener mujer y tres hijos a sus, algo así como 82 años que tenía al momento del juicio.
Habla de sí mismo como una especie de tábano que molesta a los ciudadanos buscando siempre que sean mejores personas.
Y esto lo hace como una especie de mandato que siente tiene, de los dioses, esos en lo que dicen que no cree.

Bueno, Sócrates no hace lo que los jueces esperan que haga: que suplique, traiga parientes que supliquen en su beneficio, incluso que llore.
Se mantiene digno y firme en defender no su vida, sino sus argumentos.
La pena de muerte que el acusador principal ha pedido sea la pena, no lo amedrenta. Él ha estado tres veces en combate en batallas defendiendo a Atenas.
Ha mantenido posiciones adversas al poder vigente, hechos que podrían haberle costado la vida, cosa que tampoco lo amedrenta.

Sabe o sospecha que lo que puede haber después de la muerte puede ser mejor que la vida. Y si es así, esperará con ansias encontrarse con personajes virtuosos de la historia y conversar con ellos.
Y le dice a los jueces victoriosos, que tendrán que cargar toda su vida con el haber dado muerte al que todo ese pueblo juzga, no él, como el más sabio de la ciudad. Cosa que ratificó el Oráculo de Delfos.

Me termino preguntando cómo sería Sócrates, ese mismo Sócrates, viviendo en nuestros tiempos. Yo creo que duraría muy poco vivo.

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