Daniel Fernández es un experimentado alto ejecutivo de importantes empresas a nivel nacional. Aparte, es un avezado y curioso investigador de la naturaleza humana y de las capacidades necesarias para el ejercicio del mando en las organizaciones humanas jerarquizadas, como él las llama.
Y tiene una mente abierta, condición necesaria para los paracaídas para un aterrizaje suave y adecuado, esto según Einstein.
El foco lo pone en conformar el equipo del CEO al interior de la empresa, con la pretensión de conformar lo que llama una coalición líder, que es mucho más que la suma de sus partes.
Este equipo directivo toma las decisiones en el día a día. Por ello, debe ser importante para el CEO, contar con un grupo de personas deliberativo, bien cohesionado, instruido, de diversidad de miradas, que sepan escucharse, dialogar y apoyar la toma de decisiones.
Daniel Fernandez abre el espectro de la mirada en forma amplia. Aparte del conocimiento específico necesario para el rol que el ejecutivo desempeñará, mira su experiencia, género, tipo de personalidad, tipo de liderazgo, forma de ver el mundo, su flexibilidad para alinear sus objetivos personales con los de la empresa, habilidades relacionales, etc.
Profundo es su uso de las metodologías del Eneagrama, para distinguir tipos de personas, que luego agrupa en tensas, balsámicas e inadecuadas para ocupar roles de liderazgo.
Terrorífico ha de resultar para un ejecutivo que lleva años en un rol, que llegue una consultoría de este tipo y determine que esa persona nunca debió haber ocupado ese cargo.
Hoy vivimos en un mix más bien azul y naranjo, ambos bastante irreconciliables, en que uno, el azul, ve una realidad objetiva, de verdades no negociables, como dioses dueños de la verdad. Versus el naranja, orientado al éxito, adaptable, científico, depredador del entorno y la naturaleza.
Si a este mix le metemos unos verdes, más colaborativos y sensibles, cuidadores de la naturaleza, si logran dialogar sería genial.
Siempre será necesario un amarillo, de un nivel superior, que podrá faclitar la articulación de todos estos sabores de formas de ver la realidad.
No se trata solo de que hagan bien la pega, dirá Daniel Fernández. Se trata de que conformen una coalición líder, que alineada, cohesionada, con emociones expansivas, propague a toda la organización, la estrategia, el norte, con un espíritu y un carácter, para ambicionar los más altos niveles de realización.
Un equipo potente, bien liderado por un CEO empoderado por el Directorio, con una visión de lo que conviene hacer en los escenarios que el mundo cambiante va presentando, con las emociones cargadas al entusiasmo y la alegría, facilitarán la comunicación y la propagación del espíritu y cultura que se quiere instalar.
A mi me parece que Daniel Fernández es muy ingeniero para presentar los temas, Llegué a pensar que si seguía como iba, podía llegar a una ciencia matemática de la gestión de empresa o diseño de equipos directivos.
Lo conozco personalmente y tengo un juicio muy positivo de él.
Por ello, recomiendo leer este libro y dejarse inspirar y desafiar para ampliar la mente, con sus posibles aplicaciones prácticas.
Sin duda todo este espectro de herramientas y distinciones son de alto valor para profesionales del coaching como yo, con obvias aplicaciones en las empresas.
Debe ser muy interesante, mal que mal, Daniel nació en Uruguay y llegó a Chile con tan solo alrededor de 14 años. Es uno de los tantos uruguayos que dejan huella, como el alcalde de Puente Alto, Codina, el periodista Cavada, y tantos otros.
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