foto de mauroasis25 |
En este asomarnos a ese estado de desprendimiento, nos lleva a la experiencia multitudinaria de reírnos de todas aquellas cosas que se supone en el ejercicio hemos soltado, y que nos hacen sufrir, como las deudas excesivas, los líos de pareja, los abortos vividos, los fracasos matrimoniales, los hijos desastre que hemos tenido, las viejas de mierda con que hemos terminado casados o casadas; que manera de reírnos, todos, de buena gana. Que notable ejercicio de liberación, además realizado en colectivo.
En un momento invita a su mujer a salir adelante, la que le declara su amor absoluto, siendo ella a simple vista mucho más joven que él, encontrándolo a él increíble, y cuando ella se va, dice sin ironía, el amor es ciego.
Su hijo también tendrá una presencia destacada, pues en dos oportunidades lo invitará a subir al estrado y con su guitarra cantará significativas canciones, que el público y yo, disfrutamos.
Alejandro Jodorowsky |
Y para terminar, invitó a pares, no necesariamente parejas, a vivir una experiencia de encuentro sexual, desde una perspectiva de encuentro físico, energético, amoroso, trascendente. Una experiencia notable, por su ausencia de foco en aspectos libidinosos, sin que necesariamente estos pudieran estar ausentes, como él mismo señaló. Una experiencia significativa de apertura a mirar y explorar la sexualidad desde otras perspectivas.
Hubo un momento en que la reunión pudo haberse ido hacia aspectos de la contingencia estudiantil y a pesar de estar el teatro lleno de jóvenes, él supo llevar el evento hacia donde él quería.
Me fui cuando invitó primero a mujeres a subir al escenario y luego a hombres a atravesar esas filas femeninas, en ordenada fila india y dejarse tocar y acariciar por esas supuestas madres.
Después cambió y los hombres se tomaron el escenario con más expresiones de júbilo. Igual todo transitó en orden bajo al mirada absorta de esa multitud que se encaramaba hasta los más altos de ese increíble teatro Caupolicán, incrustado en los centros más densos de la ciudad.
Un placer, un espectáculo, una experiencia. No olvidaré cuando todo el teatro se tomó de las manos, previo un cruce de ellas en el pecho, y se meció de lado a lado en extensas filas, todo a lo ancho y alto del lugar. Una bella experiencia en todo sentido.
Gracias Alejandro Jodorowsky.
Leyéndote me dejé llevar....
ResponderBorrartengo en mi blogroll a Jodorowsky y disfruto de sus lecturas, de sus comentarios y por supuesto de las consultas.. gran aprendizaje!
Estar con él es toda una gran experiencia... hasta sentí, leyéndote, el calor reinante....ufff!
un abrazo,
Ali