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viernes, agosto 12, 2016

Lecciones de un trabajo con Artesanas de la lana

En los últimos tres meses, realicé un trabajo de coaching a grupos de artesanas de la lana, de la zona de San Fernando, Santa Cruz, hasta Marchihue, al interior.
Mi aporte estaba inscrito en un proyecto mayor de crear una ruta de la lana, paralela o trensada con las tradicionales rutas del vino que parten desde Santa Cruz. Una iniciativa de la Universidad Santo Tomás de Talca, creada y dirigida por Marcela Gómez y financiado por el gobierno regional de O'Higgins.
Las personas con las que trabajé, fueron campesinas, mujeres que viven en el campo, que en general son madres de familia, se ocupan de criar a sus hijos, y a veces a otros además, a realizar labores de campo y complementariamente tienen telares en sus casas, al que dedican muchas horas de trabajo, confeccionando, ponchos, mantas y variadas prendas que después venden o intentan vender.

Mi trabajo consistió en facilitar dinámicas, a través de las cuales se conocieron en profundidad, aprendieron distinciones de la comunicación; es decir, aprendieron a conversar con otros niveles de escucha, de acogida a la diversidad, con distinciones que les permitieron disponer de capacidades conversacionales de alta potencia. Y conversamos, de temas relevantes y significativos para ellas.

Grupo con el que trabajé en San Fernando
Un precioso trabajo, memorable.
Quedó todo documentado en un blog cerrado, con posteos realizados luego de cada sesión de tres horas, muchas de ellas con buenas fotos.

Me hago la pregunta, de qué aprendí yo, con esta experiencia ?

Las mujeres, me sorprendieron. Pienso que la llevan. Y pienso que el bajo nivel de educación que muchas de ellas tienen, no es mala cosa. Incluso llegué a pensar que se salvaron de haber sido moldeadas y en muchos casos, dañadas, por el sistema educacional imperante.
Son mujeres crudas, poderosas, inteligentes, con ganas de crecer y prosperar. Son mujeres entusiastas, jugadas, incluso apasionadas.

Aprendí aun más, acerca de la potencia de saber escuchar, atenta, con la mirada puesta en quien habla, la mente aquietada, abierta a recibir, y lo que esto produce en el que habla. La persona que habla, cuando habla sintiendo que es escuchada como quizás nunca tantas personas la escuchaban con esa atención, habla desde otro lado, quiere hablar desde más profundidad y hablan, conversan más allá de lo que hubieran pensado. Hablan de verdad, aprenden a conversar en forma profunda y significativa, con otros. Establecen vínculos, sorprendentes.

Grupo con el que trabajé en Marchihue
Aprendí aun más, de la potencia de mover a las personas a la tradicional forma del "dueño de la verdad" a una en que casi no existe una realidad ahí fuera, sino que solo habemos observadores particulares, válidos, cuya particular forma de ver, debe ser expresada en un grupo, por el bien del grupo y sus posibilidades de construir juntos, con acogida a la diversidad, multiplicando así la creatividad y poder del grupo.
Notable fue en este sentido tener en uno de los grupos a una pehuenche, que gracias a su particular fuerza, nos mostró como ve una pehuenche, lo distinto que puede ser y lo valioso que es para el grupo su presencia y acoger esa mirada e incorporarla en la cazuela que se cocina en la conversación que se lleva.

Aprendí aun más, de la importancia de tomar conciencia y hacer tomar conciencia a los grupos, de las emociones que están presentes y como ellas modulan y permiten o no cierta direcciones o rutas , de la conversación. Las emociones, tantas veces obviadas, como en la ingeniería que yo estudié, en el mundo racional de la gran ciudad, que aquí, en el campo, está viva y coleando. Material poderoso, que se explicita, cuida y nutre lo que se va construyendo, que en este caso son relaciones, ideas, que se tejen en grupo, que se va cohesionando en el amasado de la conversación. Grupos que quedaron ligados, cohesionados, abrazados, en afectos que espero no se disuelvan, sino se rieguen y cultiven como las agricultoras que son saben hacer.

Aprendí aun más, de la potencia del buen conversar. Aprendí del potencial del humano, cuando en grupos logra conversar en formas y niveles que nunca habían sospechado era posible, con desconocidas, con las que quedaron ligadas, en forma inolvidable.

De estas experiencias salgo pensando que no sabemos de nuestra verdadera naturaleza. Somos mucho más de lo que se nos ha hecho creer, según las interpretaciones más frecuentes.
Les decía que había aprendido hacía poco, al último grupo, que el lenguaje es la externalidad de una capacidad interior del cerebro, de nuestras mente, que es mucho más grande que lo que el lenguaje delata, pues incluso nos habilita para construir lo que vamos diciendo, en el instante mismo que lo estamos diciendo; sin punteo previo (link).

Sra Carmen, Hilda e Elizabeth
Clara y Rosa, del grupo con que trabajé en Santa Cruz
Y en grupo, con buenos niveles de escucha y acogida de las diversidad, podemos construir y aprender, de formas insospechadas.

Y para rematar, salgo con la impresión que estas instancias de conversación con buen nivel de intimidad y acogida, fue incluso sanador, terapéutico. Me hizo recordar y traer a presente el caso del Open Dialogue, poderosa metodología terapéutica finlandesa, que descansa básica y fundamentalmente en la conversación abierta y franca (link).
Si, el trabajo realizado fue sanador además, para varias.

Y aprendí que el telar, el tejer, para la mayoría de ellas, no es solo un medio de producción. Es mucho más. Es un medio para relajarse, donde descansan; incluso lo consideran terapéutico. De ello surgió la idea de realizar además, talleres de telaroterapia o algo así.

Y lo mejor, salir de esta experiencia con el corazón henchido, agradecido de la oportunidad, contento. Y ligado con estas increíbles mujeres.

4 comentarios:

  1. Gabriel cada día escribes mejor. La practica hace al maestro.
    Que hermosa experiencia, te felicito. Ese es el verdadero Chile, el profundo y no corrupto no solo por el dinero sino por las ideas que las ligan a la codicia y el éxito como único camino de desarrollo y crecimiento. Un abrazo.

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  2. Gabriel, me gusta mucho lo que relatas tanto por la descripción de estas mujeres poderosas y sanas como por la sensibilidad que tienes para entenderlas profundamente.
    Un abrazo!

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  3. Anónimo10:56 a.m.

    Gabriel, ha sido una gran experiencia conocer tu trabajo con agricultores y micro empresarios, como es el caso de este grupo de mujeres. Realmente tu trabajo tiene efectos significativos en las personas, logrando que ellas se abran y compartan sus experiencias de vida, que hablen de sus sueños y anhelos. El éxito de los proyectos pasa finalmente por la actitud y predisposición de las personas y en este sentido lo que tu logras en el trabajo con ellas es realmente maravilloso..!! Felicitaciones y un gran abrazo ..!!

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  4. Querido Gabriel. me emociona constatar como nuestra experiencia conjunta te marcó, me marcó y nos marcó. Para mi también fue sorprendente, como fuiste logrando que estas maravillosas mujeres se abrieran y en conversaciones tan francas nos entrelazáramos en una experiencia que es el inicio de este viaje que debemos emprender, armando nuestra "Ruta del Telar". Darte la gracias públicamente, pues es un gran inicio para nuestro proyecto, y ahora de nosotros depende que no se pierda este gran empujón que nos diste...

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