Estamos atrapados en un relato matriz, que es lo que nos está llevando a la perdición, al suicido colectivo, a la extinción.
Buscamos arreglar aquí y allá, pequeñas cosas, pero no vemos que el problema es más profundo. Está en el discurso subyacente, que nos gobierna.
Se parece al Dios que adoramos, que solo puede ser uno solo. Nuestro Dios en este tiempo es el dinero, la riqueza. El dinero es una invención humana, una forma de contar, de medir, de ayudarnos en las transacciones, pero se ha transformado en objeto de adoración, en objeto de idolatría.
Es tal el desajuste que esto está provocando, que hasta la sobrevivencia del planeta está en cuestión. Nos estamos suicidando.
La riqueza de unos pocos crece y crece. Todo está orientado a que la riqueza se mueva hacia los que más tienen, concentrando poder y riqueza de una manera ya insostenible.
Y ese pequeño grupo de personas, que lidera las grandes corporaciones, maneja además la política, los medios e incluso la educación. Nos tiene tomados desde todos los lados. La impotencia, la confusión, la inoperancia contra esa fuerza, es total.
La única forma de salir de allí es desenmascarar el relato que nos posee y reemplazarlo por otro.
El relato que nos posee sería este:
El tiempo es oro (dinero, plata)
El bienestar, la prosperidad se asienta en la plata (el oro, el dinero)
Hacer dinero es la fuente del bienestar, de la prosperidad
Hacer dinero es el propósito fundamental de las personas, las empresas y la economía
Los ricos son obviamente las personas de la sociedad que crean riqueza
Su estilo de vida es su justa recompensa
El consumo empuja la prosperidad que es la vía a la felicidad
La pobreza es la consecuencia de la flojera
La tierra nos pertenece
Nuestra naturaleza humana es ser individualistas, competitivos y consumistas
Guiados por la mano invisible del mercado se potencia la capacidad creativa de la humanidad para hacer crecer la economía, para crear riqueza y .. pobreza, y el mercado también dirige el desarrollo tecnológico para eliminar nuestra dependencia de la naturaleza
La comunidad es la suma de sus individuos, que al maximizar el interés privado de cada uno, resultará lo mejor para todos
Las corporaciones son grupos de personas que trabajan en una causa común de generar riqueza para todos; son el motor de la creación global de riqueza y con derechos igual que cualquier persona.
Esto me recuerda un momento bíblico. O adoras al becerro de oro o adoras a Dios.
Hoy, mirando la cosa desde el siglo XXI, diría que Dios es la Vida.
En síntesis, o estamos por la Vida o estamos por la muerte, que sería el trasfondo de todo este fraudulento relato.
El dinero es un invento humano que más tiene un carácter contable de medición, que vida en si mismo. La vida está en otra parte.
Resultado de este relato, que opera como un sistema operativo, la riqueza se ha concentrado de tal forma en las grandes corporaciones, que estas han creado entidades internacionales, muchas veces verdaderas cajas negras, que regulan y obligan a los Estados, por sobre la voluntad ciudadana. Por eso se habla ya de una era post democrática.
Y si miras a las personas de estas corporaciones una a una, te darás cuenta que no son perversas en si mismas, sino que son manejadas por este sistema operativo, este relato ideológico, que dirige todo el baile.
Necesitamos cambiar el relato, necesitamos cambiar el sistema operativo.
Va aquí una propuesta:
El tiempo es Vida
El dinero es solo algo numérico, útil como medio de intercambio en mercados bien regulados
La verdadera riqueza es la riqueza de la vida
Nosotros los humanos somo seres vivos nacidos de una tierra viva, en un universo vivo
La vida existe solo en comunidad
Somos parte de la naturaleza y pertenecemos a ella
Nuestra salud y prosperidad depende de la salud y prosperidad del planeta tierra, visto como organismo vivo
Nuestra naturaleza humana nos llama a compartir y cuidar de todos, lo que de hecho está cableado en nuestro cerebro
Servir a la comunidad viva es esencial para la salud y prosperidad de la comunidad y es la principal fuente de nuestra felicidad.
En el principio era el espíritu
El espíritu es una fuerza que impulsa la vida a más vida.
La transformación que hace falta necesariamente requiere que entendamos esta dimensión del proceso, la necesidad del cambio del relato. Sin él estamos siendo gobernados por ese otro relato que hoy lo impregna todo, nuestras propias vísceras.
Vamos pues por la Vida.
David Korten: from serving money to serving life
Manfred Max-Neef: El mundo en rumbo de colisión
Emilio Carrillo: Economía y conciencia
Gabriel, no puedo estar más de acuerdo!!! Me falta una dimensión en el viejo y en el nuevo relato: La política!
ResponderBorrarEn el viejo relato: la política es una profesión para ayudar a que el sistema operativo fluya con el menor sobresalto posible, en donde los cuestionamientos al modelo sean manejados para seguir "construyendo riqueza".
Para el nuevo relato: somos seres gregarios por lo que sólo podemos vivir en comunidad; el rol de la política es proteger el bien común, el acuerdo de las mayorías y un desarrollo equilibrado y sostenible con la vida.
Como también dice Emilio Carrillo, ese viejo relato que se está transformando en un hoyo negro, que todo lo atrae, creando esa concentración que mencionas, en algún momento se autodestruye.
ResponderBorrarPor otro lado, el nuevo relato ya está floreciendo por todas partes, incluso en tu blog (jaja). Como botón de muestra están las poesías de Jorge Oyhanarte (http://www.poesiasdelanuevaenergia.com), que descubrí hace poco.
Saludos,
Arturo Kutscher
Totalmente de acuerdo
ResponderBorrarMuy de acuerdo con ambos relatos Gabriel
ResponderBorrarUn abrazo
Concuerdo plenamente con los relatos ... el punto es qué hacer en concreto y para qué?
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