Tuve un suegro historiador, que mientras vivió nunca me convenció de la importancia de saber historia. Yo era un tecnológico en ese tiempo y todo en ese mundo era nuevo, día a día. El pasado, para mi, no tenía mayor importancia.
Hoy, he cambiado. Valoro, saber de nuestra historia. Y este libro, en primer lugar, me enseña historia, en forma bastante amena.
Y lo otro, me enseña historia con sus principales actores, más como realmente deben haber sido y no como en el colegio me los enseñaron, tratando de dejarlos medio o totalmente idealizados, libres de polvo y paja. Y la verdad, me gusta más la gente, como fueron realmente y no aparentando lo que no son.
Hubo una época en la historia de Chile, en que eramos colonia y nuestros padres y antepasados eran españoles, mayoritariamente y las lealtades iban en esa dirección.
De repente, algo cambio. Empezamos a no querer SER españoles o descendientes de españoles, sino que otra cosa. Algo que tuviera que ver con estas tierras donde habíamos nacido y habíamos crecido.
Aparte de que España había sido capturada malamente por Francia, por Napoleón específicamente y era ya otra cosa. No sentíamos a sus autoridades como nuestras autoridades.
Y este desplazamiento telúrico de capas de esta sensación de quien soy, patriota o realista, ocurrió en el medio de las familia, separando padres de hijos, hermanos entre si y para que decir parientes. Un lío no menor. Que terminó a balazos como al parecer siempre ocurría.
Ambrosio O'Higgins, un poderoso realista, que termina de virrey del Perú, haciendo uso y abuso de su poder, conoce en una comida donde un amigo, a esta chica de 17 años, su hija, que flirtea con él, viejo maloliente, de 57. Un día en que no estaban los padres, con la venía de las empleadas presente, la saca a pasear y se la viola brutalmente. Y de ahí sale nuestro prócer de la patria.
Hoy, así como van las cosas con las leyes de aborto, Bernardo O'Higgins no habría existido.
Un padre que se hace cargo de él en cuanto a educarlo, pero no a muchas otras cosas, recibirá de su hijo, lo más probable, un odio parido. Y quizás de ese doblés en la relación de un padre con un hijo, se gesta el odio parido entre patriotas y realistas. Y se harán pedazos en batallas sangrientas como el desastre de Rancagua, que ganan los españoles.
Por otro lado y en ese mismo tiempo, los hermanos Carrera, con su sangre en orden y también los papeles, se sienten clase superior; otra forma de poder. Y hacen de las suyas. José Miguel, seco para las mujeres, sin importar si fueran solteras o casadas. mató a alguien por líos de faldas y fue pillado por el marido de otra, al que literalmente echó de la casa. Tipos que se creían que podían hacer y deshacer, y lo hacían.
Estos Carrera estaban en el mismo grupo de los independistas, que O´Higgins, pero eran distintos, eran aristócratas, finos; no como el huacho Riquelme, como lo trataban.
Así que la historia se fue dando bastante complejamente, peleando contra los españoles y peleando entre ellos.
Y O'Higgins con su Logia Lautaro, mandaron matar a todos los Carrera e incluso a Manuel Rodríguez, que se la había jugado por la independencia como el que más. Feo, muy feo, visto todo esto desde nuestra mirada de hoy en día.
Un aire muy enrarecido se respiraba en ese periodo de las luchas independentistas.
En este caos, en un país pobre, con una elite riquísima y un pueblo al nivel de la sobrevivencia, separó las aguas entre conservadores y liberales, hoy socialistas y comunistas. Los dueños del fundo por un lado y los trabajadores, por el otro.
Hay personajes del libro que dicen, para que enseñarles más que a leer y escribir, si no lo necesitan, pues solo tendrán que arar el campo y si los educamos se pueden transformar en revoltosos.
Así las cosas, se va dando la historia.
Aparecen personajes como Diego Portales, un tipo seco para la parranda, que nunca se casa, a pesar de tener con una mujer que lo ama y persigue, tres hijos, a los que creo, nunca pesca mayormente. Un tipo inteligente, bueno para los negocios, autoritario al punto de la criminalidad, que ocupó altos cargos en el gobierno. Fue tal el odio que generó en su entorno y en particular en el ejercito, que apenas pudieron lo mataron horrendamente.
Los curas en este libro, siempre muy apegados al poder económico, también luchando por su cuota de poder, que venían perdiendo, pues en ese tiempo se va concretando definitivamente la separación entre iglesia y Estado. Bueno, no hay cura que se salve. Son todos los de este libro, una manga de idiotas, retrógrados e hipócritas.
Esto no me mete ruido mayormente a mi, que veo hoy a una institución de la iglesia, la verdad bastante alicaída y desprestigiada.
desastre de Rancagua |
La cosa se acabronó, al punto que el ejercito se cargó para un lado y la marina para otro, y la guerra civil fue de tal envergadura, que me cuesta bancarme las enormes matanzas, que ocurrieron en Con-con, donde veraneaba cuando chico, y Placilla. Gente que hacía, dos años ? había peleado codo a codo en la guerra del Pacífico.
Gana un lado, que se dedica a charquear y quemar todas las propiedades, después de saquearlas, de todos los que se identificaban con Balmaceda. Escenas de miedo, para no creerlas.
Y esa es nuestra historia de Chile ? No es muy bonita, la verdad, pero es nuestra historia. La que es bueno conocerla, ojalá desde distintas miradas, todas válidas, diría yo en estos tiempos.
Hoy, en otra lectura, me asomo a la mirada de los mapuches y mi espanto crece.
Un libro entretenido, con personajes que disfrutarás, como Beatriz y Fidela, la empleada de las Majadas de Pirque. Te lo recomiendo.
Referencias:
Entrevista a Elizabeth Subercaseaux por Fernando Paulsen
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