Me ha tocado participar en conversaciones, en donde el tema ha sido si la empresa la seguiremos viendo como la venimos viendo o va a sufrir cambios.
La forma tenaz de verla, es la de una maquinaria productiva, que aporta por supuesto valor a quienes compran sus productos y servicios, centrada, enfocada, en maximizar sus utilidades para los accionistas.
La rentabilidad es sin duda un factor de sobre vivencia. Sin resultados positivos, la empresa arriesga el seguir operando.
Hay otros factores que podrían tumbarla, por ejemplo cuando tiene problemas de caja y deja de poder pagar sus compromisos de corto plazo; y entra en default, que es cómo se habla cuando eso le ocurre a los países.
La empresa es una pieza clave del sistema en que vivimos. En ella pasamos una buena parte de nuestras vidas y es desde ella de donde salen las cosas buenas que vamos necesitando y nos hacen grata la vida.
Tengo el pálpito de que tenemos que cambiar la forma en que vemos a la empresa, pues no solamente estamos afectando la psiquis de los que las habitan, sino el entorno, incluida la naturaleza.
Constatamos que a cargo de las empresas, en roles directivos y de responsabilidad, hay personas que no se ven felices y peor aun, que están bastante loquitas y ameritan un buen tratamientos psicológico, o peor, psiquiátrico. Y alguien dijo, que en la forma en que las cosas se dan, ese tipo de personas, enfermas, tienen ventajas comparativas para tomar decisiones que al final resultan mejores en cuanto a maximizar los beneficios para los accionistas.
Se me va la mente a la forma en que nos educamos. Si pensáramos que el foco de nuestra educación estuviera en detectar el elemento, en el lenguaje de Ken Robinson, la cosa donde cuando estamos en ella, el tiempo puede pasar sin que te des cuenta; lo que te apasiona, dirán otros. Si pusiéramos el foco en ello, desde la edad en que ello corresponda hacerlo, y de ahí para adelante nos dedicáramos a cultivar esos aspectos, a desarrollarlos. De seguro haríamos personas apasionadas con lo que hacen y trabajarían en trabajos donde estarían ejerciendo aquello que más les apasiona.
Obviamente no estaríamos abocados a medir engagement y promoverlo. A empujar que las personas se despercudan de su aburrimiento y por lo menos aprendan a cumplir lo que prometen, que necesariamente deben prometer, porque si no, no están cumpliendo algo de su contrato y corren el riesgo de ser expulsados.
Si imaginamos a personas educados bajo ese esquema, contrataríamos solo a personas que les encanta, que apasionaran trabajando en nuestra empresa.
La emoción reinante en una empresa de ese tipo sería completamente distinta. Veríamos entusiasmo, alegría, colaboración, creatividad, y otras emociones parecidas.
Las emociones que hoy reinan en las empresas, son más bien de tedio, cansancio por el trabajo duro, miedo, tensión, stress. Y lo peor es que hemos aprendido que esas son las emociones necesarias para que la gente haga la pega.
Qué cantidad de sufrimiento hemos amasado, criado y mantenido, en ese tipo de empresas.
Ya basta, pasemos a un lugar, donde lo pasemos bien, donde sintamos que crecemos, donde estemos en una forma de relación con los otros, de estrechos vínculos de colaboración y afecto, con alegría y entusiasmo, porque así trabajamos mejor, porque sabemos además que juntos lo hacemos mucho mejor que solos.
Basta de la lata rentable, enfocada en maximizar la utilidad y con la codicia muchas veces ahí presente !
Y sospecho que el cambio vendrá desde abajo y desde líderes positivos e innovadores, conectados de verdad con la gente.
Veo un trabajo de cohesión y vinculación social al nivel de pequeños grupos, de equipos de trabajo departamentales, equipos directivos, construyendo y cultivando tejido social vibrante, facilitado por coaches, o ejecutivos medios y altos que actúen como coaches.
Nota: agradezco el aporte editor de Isaquino benadof.
En general no solo las empresas no se han ajustado para el hombre actual sino que tampoco los trabajos, hay muchos que no son humanamente adecuados a los tiempos y parecen trabajos de la edad media o del siglo pasado. Uno mira un Contact Center actual y es una galera moderna de hacer y recibir llamados, y no un lugar donde se disfrute trabajando porque estamos ayudando a otro mediante la tecnología actual, todo rápido, corto y preciso, ya que tiene costos asociados, entonces volvemos a lo inicial lo que mueve a las empresas es el lucro y punto (no todas, pero la mayoría).
ResponderBorrarCoincido que la raiz del tema está en la educación ; urge repensarla como prioridad nacional y con independencia del gobierno de turno. Gracias
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