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martes, octubre 17, 2023

Economía del decrecimiento, qué es eso ?

El paradigma de economía que nos gobierna es uno donde el crecimiento es la máxima imperativa o única forma de alcanzar el progreso.
Si este año vendimos 100, el próximo año ha de ser 120, 150 y mucho mejor 200.
Los premios por estos logros son muy o demasiado atractivos.
Ello tiene a las personas trabajando tan intensamente, que la verdad no solo no tienen tiempo para nada y lo otro es que la realidad se les ha transformado en puramente fuente de negocios.
A esto Byung-Chul Han lo llama extrema alienación.

El economista francés Serge Latouche señala que aparte de lo dicho anteriormente, el sistema económico desarrollista olvida que nuestro entorno es un sistema vivo cerrado con “recursos” finitos. Esta ceguera está ocasionando la destrucción medioambiental con sus consecuencias en el inminente cambio climático.
Aparte de depredar el medio ambiente, explota a los trabajadores, generando fuertes desigualdades, con graves consecuencias políticas y estallidos sociales.
Ha significado un serio deterioro moral de la humanidad.

El impulso desarrollista siempre por más en el ámbito productivo se equilibra por otro impulso humano, que es el del consumismo. Millones de dólares se gastan todos los meses en alimentar y provocar el ansia consumidora.
Se ha instalado un verbo en las personas, el necesito, que habla de la tensión detrás de querer esto o aquello, lo último que salió aquí y allá.
Reconozco la voracidad comilona en mi cuando las tentaciones aparecen antes mis ojos y veo como las mujeres van a los Malls y compran zapatos que muchas veces incluso jamás usarán. Comprar, comprar, comprar, parece ser santo remedio para muchas ansiedades y angustias existenciales.

De aquí que la solución que empieza a aparecer es la economía de decrecimiento. Este año vendimos 100; bien, el próximo venderemos 90 y en el peor de los casos los mismos 100; nunca más.
En vez de tener en el centro de nuestras miradas el crecimiento, mal llamado progreso, debemos poner la satisfacción de las necesidades de las personas en el foco de nuestra atención.
En una economía de este tipo se premiará a los que consumen o gastan menos, mes a mes.
Se incentivará el consumo local, conscientes ya del gasto energético que significa traer productos de largas distancias.
Esto requiere una educación centrada en las personas, robusta en el desarrollo cultural, con conciencia de los propios gustos y capacidades. En definitiva una educación de más conciencia.

Chao a la competencia, chao a la acumulación, bienvenida la colaboración y el bien común.
Hay personas ideando sistemas económicos basados en las ideas de la gente y sus necesidades. Todos participando en la producción y educación, para lo que realmente se necesita. Con una moneda generada por el mismo sistema, para satisfacer estas necesidades, sin ninguna posibilidad de acumulación, pues esta tiene un ciclo de vida acotado. El dinero después de un tiempo pierde todo su valor.
Necesitamos innovación radical, del tipo que tuvo a los 23 años Werner Heisenberg el año 1925 en la isla Helgoland, donde inventó la física cuántica.
Necesitamos una economía sostenible de verdad.

5 comentarios:

  1. Hola Gabriel, me gusta! Utópico? Puede ser, pero en vista de que los recursos del planeta tienden a terminarse es posible que sea el camino. Gracias, Guillermo

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  2. Anónimo7:27 a.m.

    ¿Decrecimiento razonable?
    Sería interesante ver tu reacción cuando (alguien desde afuera) te diga, “no te comas esa tostada porque no la necesitas”. Extrapola a tu auto no necesita 4 ruedas, con 3 basta. Etc etc. Los creativos “forzados” son más peligrosos que la bomba atómica, ….
    La solución para la humanidad es “tomar consciencia”, así de fácil o así de difícil. Lo fantástico, “gústele a quien le guste” como dijo alguien, es que “Todo está bien” y ya sea por las buenas o las malas, la humanidad se auto regulará conscientemente o simplemente nos transformaremos. La energía que somos no desaparecerá, solo se transformará.
    Pero por favor, que ningún creativo se atribuya la autoridad de decirme “cuántas tostadas debo comer”, o “cuantas ruedas debe tener mi auto”, basado en la “razón” de que no necesito más

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  3. CRISTIAN Fiedler8:05 a.m.

    Coincido plenamete con el comentario de Guillermo Muñoz. El punto es ¿Como frenaamos lo que tenemos hoy? Desde la cuna viene el bombardeo consumista, los colegios educan en ese mismo sentido, en fin, no veo como se podría comenzar a aplicar esta economía.

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  4. No lo veo utópico, sino como algo inevitable. El camino actual de crecimiento perpetuo es insostenible en un mundo de recursos finitos, y menos para sostener una sociedad desechable de consumo desmedido de unos pocos. Mientras tanto las tensiones irán in crescendo. Abrazo!

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  5. Anónimo9:43 a.m.

    podemos hablar de Economía del Bienestar
    en resumen es dejar de fijarse en los resultados positivos de una empresa, es llevar la mirada al aporte y beneficio que genera para todos, es decir, medir los resultados en la disminución de emisiones de carbono y basuras, en apoyar el crecimiento de villas en desarrollo, y procurar trabajadores participativos y con un buen Bienestar.

    es simple y circular como La Naturaleza

    no es decrecimiento ni es consumir menos… es llevar la mirada al bienestar global, hoy los proyectos están enfocados a eso… aún necesitamos muchos recursos de La Naturaleza, pero es cosa que también sea una explotación bajo este concepto.

    Karin Traub

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