jueves, junio 24, 2021

Libro La revolución reflexiva de Humberto Maturana y Ximena Dávila

Partimos en el útero materno y al nacer pasamos al útero de nuestra cultura.
Ese útero cultural nos moldea para bien y para mal. De ahí somos y ahí estamos.

Maturana y compañía reflexionan sobre las características de nuestra cultura actual; la que viene siendo.
Competitiva, seguidora del mito del progreso, creciendo, siempre creciendo. Individualista, egocéntrica, que viene degradándose en cuanto a los valores, donde el hacer trampa y la pillería, a la orden del día. Abusos, corrupción, colusión, desigualdad. Hasta que la cosa nos estalló en la cara, en varios capítulos. Venía estallando la crisis climática, pasó al estallido social y ahora estamos en pleno estallido sanitario, con una pandemia a nivel planetario.

Y nos fuimos a confinamientos, sucesivos. En este momento estoy en uno. Todos quietos, guardados.
No queda otra que detenerse, informarse y reflexionar, solo y con otros, por Zoom u otro medio.
Todo pasando por Zoom. Participo en un taller de lectura, con gente de varios países. Un tremendo aprendizaje, cómo leemos de tan diversas formas el mismo libro. ¡Qué pasa! El mundo se ve diverso, es diverso. 

La síntesis es que la cultura en la que estamos, nos ha llevado a un colapso o va encaminada a un colapso monumental.
Está pasando que unos culpan a otros y se empieza a armar la batalla campal.
Lo que hace falta es aprovechar el alto e iniciar una verdadera revolución reflexiva, para darnos cuenta cómo estamos viviendo, la psiquis en que estamos, lo que estamos sintiendo y empezar a cambiar.

Necesitamos movernos a una cultura ecológica, que nos vea en la globalidad del nicho ecológico, en que sin él, simplemente dejamos de existir.
Hoy uso zapatos fabricados por niños esclavizados en alguna parte del planeta, como alimentos de animales maltratados y guardo mis ahorros en instituciones que se las prestan a narcos y simplemente no la veo. Por lo tanto me siento inocente de tanta brutalidad. Necesitamos ampliar la mirada y ver, permanentemente, las consecuencias de nuestros actos.
De ahí que se ve la emergencia de empresas B, de bancos éticos, todo tipo de iniciativas, que deben luchar contra el statu quo, pero que son señales del cambio cultural que viene.

Hoy hablaba con un amigo que me contaba lo cambiado que están nuestros nietos. Vienen hechos de otra manera. Se preocupan de todas estas cosas y con mucha pasión. Y no sabía dónde había aprendido todo eso. En las redes sociales, muy probablemente.

Bueno, un libro provocador, en la dirección de detenerse a reflexionar en serio. Es imperativo y va junto a una elevación de conciencia, asociado a un cambio cultural.
Un regalo que nos dejó nuestro querido Humberto Maturana, antes de irse. Un libro imperdible, sin duda.

Nota: Se me olvidaba referirme al capítulo del mundo armónico. Somos 8 billones de habitantes en el planeta. Llevamos desde hace no muchas décadas un crecimiento de la población casi exponencial, que si miramos esto desde la mirada cultural consciente del nicho ecológico que nos permite existir, tendremos que cambiar ideas que defendemos hoy, de la sacralidad de la vida y del desarrollo tecnológico médico que extiende la vida más allá de lo razonable. Y acoger el aborto sin restricción, la eutanasia para el que quiera y cortarla con mantener vivos a los que todo indica les toca irse.

domingo, junio 20, 2021

Leer en grupo

Juan Vera organiza grupos que leen juntos tres libros. Tiene el mérito de convocar a personas hispano parlantes de varios países latinoamericanos. Y gracias a la tecnología de comunicaciones del Zoom, estamos todos simultáneamente conectados escuchándonos.

Es notable. Él diseña estos espacios magistralmente. Nos va haciendo leer capítulos y nos guía con preguntas y provocaciones, sobre las que después compartiremos nuestras reacciones en los encuentros que tenemos cada 15 días. Algunos del grupo dialogamos entre medio.

Es como que cada persona leyera un libro diferente. Leemos en este momento 21 lecciones para el siglo XXI de Harari. Unas aman a Harari; otras lo odian. Cómo puede ser ? Lo es.
Unos reaccionan y se quedan en aspectos políticos globales, otros en la dimensión interna de cada ser humano.
Unos se llenan de alegría, que transmiten en sus interacciones con nosotros; otros están serios y muy preocupados.

Me quedo mirando como yo leo, qué cosas capturan mi atención y me las quedo mirando. Yo voy más a la persona, a su fuero interno. Cómo vivimos la religiosidad y claro, como las religiones usan su doctrina no solo para alimentar nuestra dimensión espiritual, sino para cohesionarnos, dirigirnos y controlarnos.
Veo mi particular modo de leer. Le doy legitimidad, por supuesto. Pero me sorprendo y aprendo de la diversidad de intereses y visiones.

Las sesiones por Zoom son casi siempre muy puntuales. Y vamos al grano muy rápido. No hay espacio para micro conversaciones, de unos con otros cuando nos encontramos presencialmente. Respondiendo brevemente cómo llega cada uno, es como aparecer cada uno y conectar todos unos con otros.
Luego cada uno dispone de seis minutos para compartir lo que a él le pasó con lo que leyó, lo que a él le hizo sentido, las reflexiones que se le dispararon. Y luego Juan, devuelve sus reflexiones y reacciones a lo escuchado.

Y eso sería. Tres horas alcanzan al justo. Y una vez cada 15 días.

Esto de tener personas de tan diversos orígenes, profesiones y edades, da una riqueza inigualable al acto de leer.
Hacer esto sin el online del Zoom que la pandemia nos ha apurado en traernos, sería imposible, con esta diversidad de personas.
Escuchar todas esas voces, todas esas interpretaciones, todas esas sensibilidades, te permite una lectura del libro completamente distinta.
Y te deja o me deja, más humilde.
Te lo recomiendo.

miércoles, junio 09, 2021

Canta tu sueño

Converso con Andrea Brandes, poeta, inventora de esta iniciativa “Canta tu sueño”. Me comenta que este concurso que invita a toda la gente de Chile a cantar sus sueños, ha sido un trabajo colaborativo entre un grupo creativo de 14 artistas y el equipo del 3xi. Me parece genial, otra de sus creatividades. Hace poco fue un concurso nacional de poesía y antes, la exposición Los Muros de Chile, donde en un museo de Matucana, entrabas y era como entrar a una cárcel chilena.
Recuerdo que en esa exposición entré a la sala del Sename, donde quedé conmovido por los niños ahí proyectados, por sus expresiones que lo reflejaban todo. Salí buscando la forma de apadrinar a algún niño del Sename, cosa que resultó al final imposible. Lo que sí resultó es hacerle coaching a trabajadores y trabajadoras de un hogar del Sename que se encuentra en Punta de Tralca. Y después que empecé, tres coaches más, les gustó la idea y se han sumado; aparte de mi hija psicóloga. Ha sido bueno, muy bueno, para ambas partes.

Y ahora esta iniciativa de Canta tu sueño. Donde la idea es movilizar la creatividad nacional, en la forma de conectar con nuestros sueños, transformarlos en poesía o letra de canción, ponerles música y echarlos al aire de la voz del quién tenga a bien cantarla.

Y ha desatado, me entero, una ebullición de voces, todo a lo largo y ancho de Chile, que ya muchas empiezan a hablar de ello.
Ello impulsará el vivir a la altura de nuestros sueños, justo en el momento en que arranca nuestra elegida Asamblea Constituyente, a escribir el texto del país qué queremos ser. No podría ser mejor momento, para ponerle música y poesía a nuestros sueños como nación.

Un nuevo gran acto poético, que acompañe a la creatividad de nuestra carta magna.