domingo, diciembre 25, 2022

Libro La naturaleza de la conciencia de Rupert Spira

Qué es la realidad, de qué se trata todo, son las preguntas de las que se hace cargo en este libro Rupert Spira.
Y te lo cuestiona todo. Te deja al materialismo que posee a nuestras mentes, al menos teóricamente, en estado catatónico.
Este libro plantea en plenitud una nueva cosmovisión; una cosmovisión que pone al centro, en la raíz de todo, a la conciencia.

Lo único de que disponemos para acceder a la verdad es la experiencia, plantea Rupert Spira. La experiencia es lo que conocemos. La experiencia nos conecta con nosotros y con el mundo.
Las cosas que experimentamos, se dividen en las internas, que son los pensamientos, los sentimientos, las imágenes; y las que nos conectan con el mundo exterior, que son las sensaciones y la percepciones, a través de los sentidos.

La experiencia ocurre en la mente. En la experiencia se localiza lo que conoce de la mente. La sustancia de la mente que conoce, es la conciencia.
La ciencia no mira para este lado. La ciencia no indaga cómo conocemos y de qué se trata esa capacidad nuestra. No va tras aquello.
Al no hacerlo se pierde el acceder a la conciencia.
La ciencia está interesada en cómo funciona el mundo y no en qué es el mundo.
La ciencia ha sido de gran valor, pero la ciencia tiene importantes limitaciones.

Desde el pensamiento científico, que descubre tempranamente cómo las matemáticas se acoplan magistralmente a la descripción de cómo funciona el mundo. Curiosa cosa, no ?
Y es la ciencia la que crea esta teoría, de que todo está hecho de materia, nosotros estamos hechos de materia, nuestro cerebro es materia y la conciencia es una emanación del cerebro. Crea el materialismo, que gobierna nuestras mentes, nuestra civilización.
Somos seres separados unos de otros y separados de las cosas hechas de materia.
La ignorancia intrínseca de esta concepción, aún no ha sido captada por el mainstream. Y menos los perjuicios de todo tipo que conlleva.

La propuesta de Rupert Spira es que la realidad es esencialmente conciencia. Una conciencia que es base fundamental de todo, en donde reside la plenitud, la paz, el amor, que todos anhelamos, porque ese es nuestro origen.
La gran conciencia se contrae, se reduce y se localiza en un cuerpo, para realizar la experiencia objetiva, que necesita reducirse a un sujeto y así conectar con los objetos del mundo. Un mundo que es una imaginación, un sueño de Dios.
En ese estado, la conciencia, que igual es todo, se vela, se enceguece, para experimentar la realidad que vivimos, creyendo que somos mentes finitas, en cuerpos mortales, frente a un mundo de cosas hechas de materia.

La mente se reconoce a sí misma bajo el nombre de Yo. Todos las personas se reconocen de igual forma, sin darse cuenta que el Yo al que apuntan, es uno solo. Un yo consciente, que si indagaremos por ahí llegaríamos, por ese conducto, al yo fundamental, que aparte, es lo que llamamos Dios.
Por eso que Dios está en nosotros.
Pero nuestra atención, nuestro foco de la mirada consciente, está puesta hacia afuera, hacia el exterior, hacia el mundo.

Esta contractura de la conciencia velada, necesaria para experimentar el mundo, creación de la misma conciencia, en un acto supremo de amor, anhela esa plenitud perdida. Y como además está en este cuerpo finito, mortal, con el que se identifica, teme, sufre su supuesta mortalidad.
Y por eso nos pasamos la vida buscando sentir lo anhelado en las cosas, las sensaciones, las relaciones, y nunca encontrándolo, pues lo anhelado está en otra parte, por otra vía, que Rupert Spira nos indica con total claridad.

Nuestra mente finita ha inventado el tiempo, como una recta que va del pasado al futuro, pasando por el momento presente.
Pero si miramos desde el punto de vista de la experiencia, del conocer de la conciencia, solo existe el momento presente perpetuo. Nada más. El pasado y el futuro son inventos de la mente para movernos en este mundo ilusorio y articularnos entre nosotros.
También nuestra mente finita ha inventado el espacio, el aquí y el allá. La verdad es que desde el punto de vista de la experiencia, sólo existe el aquí, porque cuando nos movemos de aquí a allá, estaremos aquí nuevamente. Solo existe en la experiencia el aquí.
La conciencia que somos, nunca viaja, siempre está aquí y ahora. Lo que pasa es que al viajar pasamos de protagonistas de nuestra vida a espectadores, y ello nos produce sensaciones que nos son atractivas, porque liberan en algo la mente constreñida habitual.

El sueño profundo, sin sueños, es un viaje que hacemos todas las noches, a la conciencia profunda, donde experimentamos paz, plenitud e incluso amor. Por eso el sueño es tan reparador.
Y la meditación, indica Rupert Spira, es un viaje a la conciencia profunda, en una forma que se parece a dormir despierto consciente.

Un libro peligroso, porque te puede cambiar el mate, para un lado que puede ser un turning point en tu vida, como presiento que empieza a ser en la mía.
Muy recomendable, para los buscadores arriesgados.

viernes, diciembre 09, 2022

Libro La transformación siempre es posible de Pancho Del Real

Francisco Del Real es un vendedor, hijo y admirador de su padre, también un vendedor.
No hay, que yo sepa, una carrera universitaria de Vendedor. Fernando Flores hace años, ya lo decía. Sus cursos y talleres formaban entre otras cosas, en esa dirección.
El vendedor se hace solo. Pancho, se ha hecho solo. Es en buena medida un autodidacta y quiere compartir, entregar, todo lo que sabe.

Pero además, está construyendo marca personal para él. No se me había ocurrido hacerme una polera con mi nombre al centro de ella. Yo también tengo mi propio blog; este es el de él: franciscodelreal.cl
Francisco Del Real es vendedor en el mundo de la tecnología. Un mundo en permanente cambio.
Por ello, la venta y el vendedor han tenido que experimentar permanentes cambios.
No son solo los productos los que cambian. Cambian los mercados, cambia la forma de comprar y vender. Cambian las personas. Y aparecen cosas como la pandemia y sus cuarentenas, obligando a acelerar la transformación hacia un mundo mucho más online con videoconferencias desde casa.

Pancho es un energético buscador. Se lo lee todo, conversa con todos. Va y viene por el planeta, por ferias y eventos, donde escucha, establece relaciones, aprende.
Pero lo más destacado es que descubre que una parte muy importante del aprender, tiene que ver con aprender de sí mismo.
Para ello aprender Eneagrama (él debe ser un 8), Cábala, yoga y aprende a meditar.
La transformación de la que habla en el título del libro, es la transformación de sí mismo.

Recorre la evolución del vendedor desde el vendedor 1.0 hasta el vendedor 4.0
Me sorprende que esta última versión de vendedor, no habla, escucha y hace preguntas. Esa es casi la definición de un coach. Incluso te aporta infinidad de preguntas que puede hacer un vendedor, en la última parte.
Mi conclusión, es que los vendedores deben certificarse como coaches.


Pancho, entrega mucho material didáctico. Tips y metodologías para un mejor vender. Planes, volúmenes de prospectos, actividades, controles periódicos. Los vendedores deben agradecerle su generosidad.
Yo soy coach, así que me sorprendo de sus conclusiones tan cercanas al coaching.
Y, conócete a ti mismo, que viene cascando desde el oráculo de Delfos, por allá por la antigüedad griega.
El mundo se está humanizando, es mi conclusión de este libro. Pues, recomienda conocer bien al cliente, así como ya se ha conocido el vendedor, para vender en forma personalizada, para ese tipo de persona, incluso, para ese tipo de cerebro, pues hasta de neurociencia incluye en su material.

Un libro muy recomendable para vendedores, que estoy considerando seriamente regalárselo a algunos de mis clientes de coaching.
Habla del ego y del ser, que recomienda equilibrar. Más nos enteramos por él del ego, que del ser. Pero parece que el propósito, tan necesario, brota desde el ser.
O me equivoco Pancho ?

miércoles, diciembre 07, 2022

Libro Vivir conscientes de Patricia May

Leyendo a Patricia May realizo la distinción entre tener un conocimiento y ser ese conocimiento. Patricia May es todo lo que transmite, tiene encarnado el conocimiento que transmite. Lo irradia, resplandece en ella.
Por eso es maravillosa. En su menudo cuerpo, radiante.
Tiene claro como el agua que la viga maestra de todo está en el centro mismo de cada uno. Que ahí está la comprensión, que ahí está la plenitud.
Y que este mundo loco, nos tiene creyendo que satisfacer nuestros deseos de todo tipo, nos hará felices. Qué perdidos estamos.

Debo decir que yo a ella la conozco. Una vez la invitamos con su marido Sergio Sagüez, a un grupo de parejas que teníamos, donde nos habló, donde conversamos y donde compartimos una rica cena, en casa de Nelson y la Maru.
Así que hablo en parte de ese conocimiento de ella que ahí adquirí.

Es tan obvio y tan olvidado, que todo lo que buscamos está en el centro de nuestro ser. Lo que vinimos a hacer es conectar con el espíritu que habita en nuestro núcleo y desde ahí expresarlo y donarlo al mundo.
Con frecuencia veo como instituciones se deshacen, se pulverizan, cuando pierden el espíritu que las creó. Se pelean los dos socios inspiradores y no se logra rearmar ese espíritu. Pienso que en parte porque no andamos conectados para adentro, sino para afuera. O en parte, porque hemos perdido el espíritu, la dimensión espiritual de la vida.

Cuanto erramos al educar a nuestros hijos según el deber ser, lo correcto y no vemos que de lo que se trata es de que conecten consigo mismos, descubren lo que son y lo que vinieron a hacer, que está escondido en la pepa de sus almas, y después es solo darle.
Pero el éxito, la imagen, el dinero, nos tienen obnubilados, distraídos del meollo de lo que es la cosa.
Quien nos convenció de que la cantidad de plata que acumules, de que el valor de ese patrimonio tan fluctuante en estos días, es la razón de ser de nuestra existencia, la fuente de la estabilidad y la felicidad. Quien nos engañó a ese nivel.

Patricia May nos habla de observar cómo respiramos y ver si oxigenamos adecuadamente nuestro cuerpo. Y con conciencia, mejorar este simple y vital proceso, que ocurre en la transparencia total de nuestro ir y venir.
Nos enseña de la importancia de vivir con conciencia el momento presente. De encontrar en las cosas simples y pequeñas de la vida, la fuente de reales maravillas.
Vemos lo que vemos, por los ojos que tenemos y no por lo que hay al frente de nuestra mirada. Vemos el mundo desde lo que somos y no por lo qué es.
Qué hace falta para entender todas estas cosas ?

Todo consiste en buscar espacios de tranquilidad, silenciar la mente y escuchar para adentro. Y tenerle fe a lo que escuchemos.
Somos espíritu que viene a realizarse. No somos actividad para acrecentar patrimonios. Por favor.
El compromiso de pareja es para acompañarnos en este proceso.
No estamos aquí para darle gustitos a nuestros deseos. No se trata la cosa de pasarlo bien nomás.
Para, escucha para adentro. Sabes hacerlo ? Te han enseñado eso ?
Bueno, en esas anda Patricia May por estas tierras de Chile.

jueves, diciembre 01, 2022

Libro Ser consciente de SER CONSCIENTE de Rupert Spira

Rupert Spira es un iluminado. Ha experimentado de lo que habla. Ha alcanzado la plenitud y la paz que se alcanza cuando accedes a la pepa del alma, cuando accedes al epicentro de la consciencia que eres.

La conciencia nunca nace ni nunca muere, es siempre la misma desde que te acuerdas de chico, pasando por la edad de 70 años que tengo y más. La consciencia es como impertérrita, no se ve afectada por la experiencia. Por eso cuando sufrimos, no es la consciencia la que sufre.
La consciencia es el testigo, esa cosa que ve, escucha, conoce, siente todo lo que experimentas. Todas estas cosas son objetos de la experiencia, objetos que el testigo atestigua, pero que no son el testigo, la conciencia.

En esta relación con la experiencia, la conciencia crea a la mente finita, al yo aparente, para relacionarse con los objetos de la experiencia. Para hacer esto, tiñe la conciencia, cubriendo con un velo a la conciencia misma.
Es tan fuerte la relación con los objetos del mundo, con los pensamientos y los sentimientos de la experiencia, que la conciencia, el testigo, queda enmascarado.

Ocurre que en esta separación de la mente finita de la conciencia, la luz de esta última resplandece, ocasionando una sensación permanente de anhelar esa conexión perdida. Por eso la búsqueda de la felicidad perdida, por que la sensación de que se tuvo persiste, explica la búsqueda permanente de la felicidad, ahí donde la experiencia ocurre, en la relación con el mundo, en los objetos, las sensaciones, las relaciones.

Pero la felicidad, la paz y la plenitud, no están ahí donde insistimos en buscar. La plenitud está en el fondo de quien eres, en el fondo de tu conciencia. Y la única forma de acceder ahí, es sumirte en el fondo de quien de verdad eres.
Silenciar la mente, reducir al máximo las sensaciones, y conectar para adentro. Esto suele hacerse a través de la meditación o la oración.

Lo que está claro, es que con la cosmovisión dominante en este lado del planeta, en que la realidad está constituida por las materialidades que enfrentamos, por la materialidad que somos, y no mucho más. Ver la luz que ilumina lo que vemos, pensamos y sentimos, simplemente se nos torna inaccesible, invisible. Esa luz es la conciencia y ser consciente de ser conscientes, es la vía directa a la paz y plenitud que es en el fondo lo que somos.

Cuál es nuestra naturaleza, es la pregunta fundamental. Conócete a ti mismo decía la inscripción del oráculo de Delfos y así conocerás a los dioses.
Lo que andas buscando en la vida, no está afuera, en el mundo. Está en el centro de lo que eres y eres pura conciencia.
Cuando el sujeto se pone en la mira a sí mismo, colapsa, pues no puede transformar al sujeto en objeto; es imposible. Lo único que puede pasar es que con esta particular atención objeto y sujeto colapsan en la pura y completa conciencia, en la conciencia de la conciencia. A eso lo llamamos yo.

Interésate por la experiencia misma de ser consciente.
Estamos demasiado fascinados con el contenido de la experiencia.
Y creemos que somos la colección de nuestros pensamientos, imágenes mentales, recuerdos, sentimientos, sensaciones y percepciones, creando con ello a nuestro ego o yo separado.
Nos olvidamos de quienes somos realmente. Y ello es la fuente de todos nuestros sufrimientos.
Para conocer la experiencia objetiva del mundo, la conciencia infinita asume la forma de la mente finita. Y esa mente finita es incapaz de conocer de vuelta a quien la creó.

La meditación es descansar en uno mismo, morar en uno mismo.
De todas estas cosas habla Rupert Spira en este libro que dejaré cerca de mi cabecera.