martes, febrero 17, 2015

Cuando los grupos o equipos aprenden a conversar

Vengo trabajando con grupos ya hace bastante tiempo. Quizás los primeros fueron los grupos de Desafío con Pedro Arellano y Denis Gallet; grupos de ejecutivos de empresas en un esquema de tres tiempos, una vez al mes, con almuerzo incluido que duraba toda la tarde.

Luego hice grupos con la Carmen Pinto, grupos que incluían mitad hombres y mitad mujeres; intentábamos hacer conversar en serio a hombres con mujeres; lo logramos. Organizamos un grupo de parejas con Caco Salazar, que duró tres años; seis parejas en total, que partimos con reuniones semanales y terminamos empezándolas con 15 minutos de meditación.

Tengo un grupo de siete amigos, elegidos a mano, que sesiona cada 15 días desde hace seis meses y ha sido un completo éxito.

Últimamente destaco cinco grupos en Corfo, de más menos 9 personas por grupo, seis sesiones en total; dos horas cada sesión.

Mi tesis en que los equipos en general no saben conversar; no conversan muchas veces.
Al lograr hacerlos conversar, descubren la riqueza que pueden ser. Los grupos que logran conversar son una cantera de alto valor para las empresas.

Siempre comienzo con que se conozcan bien; empiezo con presentaciones. Muchas veces los equipos trabajan juntos hace años y sorprendentemente, no se conocen.
Inmediatamente después que todos se han presentado, el grupo ya se siente de otra manera. Se ha abierto un espacio de más intimidad y confianza.

Después les paso algunas distinciones de la comunicación o del coaching, como la Escucha activa y El Observador.

Con la Escucha activa instalamos el rito de que cuando alguien habla, lo escuchamos atentamente, no lo interrumpimos, hasta que él diga o de la señal, de que terminó.

El Observador, es un poderoso ejercicio, que busca “mostrar” que somos cada uno observadores particulares y válidos, de la realidad. Incluso más, que la realidad es un constructo en el lenguaje, que cada persona crea desde su historia, sus emociones y nivel de conciencia. No todos se bancan esta.
El Observador pretende habilitar un tipo de conversación, que no caiga en creer que somos capaces de conocer la realidad de verdad y que si hay alguien que piensa o ve la realidad de otra forma, está mal y tendremos que convencerlo de aquello o simplemente discutir.

Quizás podremos decir simplemente, que ciertas formas de ver la realidad abren más posibilidades que otras.

El coach en estas conversaciones, es más que nada un facilitador, un moderador. Y también un interlocutor más en la conversación.

Los temas de conversación, puede que al principio los ponga el coach, moderador, facilitador. Pero a la larga, los irá poniendo el grupo, o sus líderes. El grupo sabe qué temas les hacen sentido conversar.

Estos grupos de conversación, van permitiendo que las personas desarrollen la capacidad de expresión, que crece en el contexto de un entorno de colegas o amigos, que de verdad lo escuchan, lo que ya de por si es una experiencia significativa y a veces escasa.

Otra cosa que no deja de sorprenderme, es una generalizada regular autoestima, o un cierto temor a expresarse con soltura, en el temor de que serán juzgados, vencidos o simplemente sujeto de burlas. Me preocupo de que ello no ocurra, pero parece ser parte de nuestra cultura.

Las personas piensan que son según los títulos que las instituciones académicas les han dado, a alto costo. "Desde la semana pasada que soy ingeniero civil en informática", me decía una persona hace un tiempo. El título profesional es constitutivo de la idea que las personas tienen de quienes son.

Muchas veces, capacidades innatas, desarrolladas en la experiencia de la vida, o por el estudio autodidacta, merecen más poderosos constituidores del ser.

Las personas cuando hablan, cuando pueden expresarse con soltura y acogida, emergen con dimensiones a veces sorprendentes, especialmente para ellos mismos, desde los juicios que los demás les regalan.

En síntesis, los grupos de conversación, son aparte de constructores de notables vínculos para una mejor comunicación del equipo, un mecanismo de desarrollo y estímulo, como pocas veces he visto.

domingo, febrero 15, 2015

Las redes sociales entrando en la empresa

Esta experiencia que cuento a continuación, me hace pensar que esta vez sí las redes sociales comienzan a entrar en la empresa, el último bastión que faltaba, pues el resto de los ámbitos de la realidad ya han sido conquistados.

Frederic
Frederic Chaveyriat, gerente de Administración y Finanzas de Copec, me llama para facilitar que las personas de su gerencia escriban sus historias de una experiencia de ir a trabajar a otra área de Copec, como si fueran operarios de esa otra área, para publicarlas en un blog corporativo, solo visible dentro de la empresa.

Las personas vienen organizadas en cordadas de siete personas, pues antes han vivido una experiencia de subir al Plomo, cumbre de 5.000 mts, aquí en las vecindades de Santiago de Chile.
Trabajaré con estos grupos de siete, en un programa de tres sesiones de hora y media cada una.

¿Cuáles son los beneficios observados de esta experiencia, de ir a pasarse una breve temporada en el puesto de otro trabajador de Copec?

Permitir que estos grupos o cordadas de siete personas, de distintas áreas, que irán en general juntos a trabajar a esa otra área, se conozcan, convivan.

Poner en contacto estrecho a personas de aquí y de allá de la empresa, que por lo general no tienen porque toparse, de manera que se conozcan, colaboren entre si, establezcan vínculos.

Conocer otros trabajos, ver sus dificultades, aprender a ejecutarlos.

Explorar ideas de mejora, de las que doy fe muchas surgieron. Dos me impresionaron especialmente.
Una persona que trabaja habitualmente a cargo de las bodegas de Copec, va a trabajar a un Pronto Copec y ve como manipulan las reposiciones de productos y da dos indicaciones, que si se valoraran económicamente, se producirían números importantes por el número de Prontos que gestiona Copec.
Por otra parte, una mujer que ha desarrollado un sistema, termina circunstancialmente trabajando en un puesto donde debe interactuar mucho con el, Queda sorprendida y molesta con las dificultades de la interfaz, mejoras que se lleva y espero haya ya perfeccionado.

Y anécdotas, muchas, especialmente entre los que les tocó ir a estaciones de servicio, en la relación con clientes.

Facilitar que las personas escriban sus historias y luego las publiquen, significó lidiar con temores, aprehensiones, dificultades de escribir. Lo hicieron y se sorprendieron la mayoría de las veces con la buena acogida de sus pares.

Uno de ellos dijo un día hablando del impacto de la Teletón en la empresa, que era primera vez que él podía decir algo que toda la empresa podía oír.

Y después los comentarios, el concurso de comentarios. El ver que la conversación, el aparecer y conocerse personas de la empresa de distintas áreas, genera la experiencia significativa de la comunidad que son, que pueden ir más allá, idear cosas juntos, conversar, crear lazos, idear mejoras, colaborar.

Termino con una sensación de que quizás ha llegado el momento de la entrada de las redes sociales en la empresa, animado por la valorización del aporte de las personas al desarrollo de la empresa, del clima como emoción grupal de impacto sustantivo en un mundo que está entendiendo que la colaboración y la riqueza del factor humano pueden dar que una buena sorpresa.

viernes, febrero 13, 2015

Coaching de Carrera

En estos días completé un trabajo de coaching de carrera que duró 12 sesiones, a entera satisfacción del contratante. Ello me anima a escribir de la experiencia, que puede ser motivación para otros que quisieran tomarlo.

Profesional, ingeniero, gerente general de una empresa por años, termina vendiéndola a una empresa extranjera que quiere poner un pie en Chile y queda “cesante”, lo llamará él, entre los 50 y los 60, con una sensación de sentirse completamente vigente, sin saber cómo abordar esta nueva etapa.

acompañamiento en ascenso
Me llama y me pide cuatro sesiones de coaching, para que lo ayude a determinar “cuál es su profesión”, ahora, en estas condiciones y etapa de su vida. Y empezamos.

Siempre comienzo por pedirle un relato de su historia de vida, para situarme frente a él y toda su historia. Siempre salen cosas que me aportan contexto relevante para lo que enfrentamos.
De ahí obtuve su historial profesional, lo que sabía hacer, lo que le gustaba hacer, incluso lo que quería hacer.

Lo primero que abordé fue esta manera suya de mirarse, como si de lo que se trataba era de averiguar el ser suyo, qué profesional soy, un pregunta netamente metafísica.

Le propuse un cambio de enfoque, a lingüístico. Somos seres que vivimos en el lenguaje, en que la pregunta por la carrera que se desea establecer, podría ser abordada más bien, como una pregunta por “la oferta” que se desea ser.

Esto abrió el terreno para un diseño poderoso que permitió avanzar rápidamente y establecer la oferta en que se quería constituir. No fue muy difícil.

Surgió un nuevo problema. Yo soy bueno para vender lo que otros hacen, pero no soy bueno para venderme a mi mismo. Incluso me reconoció que siempre había buscado un bajo perfil, con el que se sentía bastante cómodo.

Recorrimos la historia de varios trabajos realizados por él en la línea de la oferta que estábamos instalando y la pregunta era cómo lo hiciste, bien o mal. La verdad, muy bien en todos los casos.
Cómo eres, en la oferta que quieres instalar? Bueno. Pero tenía dificultad en decirlo, prefería que otros lo dijeran.

diseñando un producto o una oferta
Bueno tendrás que primero creerte el cuento de que eres bueno, segundo de que lo que harás para tus clientes, tiene un importante valor para ellos y tercero de que tendrás que asumir eso y ser capaz de decirlo de tu propia boca, sin necesariamente ello significar que te pondrás arrogante o soberbio. Es casi un hecho científico.
Y esto se fue asentando.

Para rematar, le dije y lo acogió, que la mejor manera,que se nos ocurría a los dos, de dar a conocer su oferta y su persona, era un blog personal.
Nos pusimos a hacerlo, se puso a escribir historias de experiencias de trabajos, opiniones de materias relacionadas con su oferta, una página de quien es él y otra de su oferta.

Esto quedó lanzado, pero aún no está redondo como para poner un link aquí, reconociendo que estoy también en la duda si quiero dar su nombre. Aunque él me lo autorizó.

Bueno, dimos por terminado el trabajo, con plena satisfacción de su parte y por supuesto también con la mía.

Trabajar el diseño de carrera o de la oferta comercial que una persona adulta, incluso mayor, quiere ser, es un bello trabajo, que requiere conocer bien a la persona, su historia y eventualmente cambiar ciertos paradigmas y juicios sobre sí mismo.

La última parte fue conversar sobre su tarifa, que debo decir, sospecho terminó duplicada, lo que le decía, ese solo hecho paga el servicio prestado. Una tarifa más coherente con los valores aportados a la parte contratante, que a las rentas razonables que quería lograr.

Libro La Nueva Élite, de Daniel Fernández y Pablo Reyes

Debo esta lectura a mi amigo Jorge Milla, con el cual sostenga significativas conversaciones periódicamente y ya sentía que si no profundizaba en los temas de la espiral dinámica, empezaría a quedar atrás.

Iba Jorge ese día al lanzamiento del libro y le pasé la plata para que me comprara una copia.
Le pequé una leída rápida y luego una más lenta, con lápiz en mano, subrayando aquí y allá.

Clare Graves es una fuente de los autores importante, autor de quien ya empecé a buscar literatura; Don Beck y Ken Wilber, son otros.

Debo decir que mi mirada ha cambiado, significativamente. Ha aparecido en mi mirada la vista de estas formas de pensar, de ver el mundo, estados de conciencia, estadios culturales, como se le quiera llamar.
Púrpura, Rojo, Azul, Naranjo, Verde, Amarillo, empiezan a ser distinciones y disposiciones culturales potentes.

La tendencia es a decir que tal persona es azul, tal otro naranjo, yo llevo tiempo merodeando por el verde, etc. Pero ellos insisten en prevenirte de no caer en ello, pues las personas disponemos de varias formas de apearnos según las “condiciones de vida” o circunstancias, y podemos decir que con mayor frecuencia andamos en una en particular, pero no decir que seamos de tal o cual color, o nivel de conciencia. Al principio caeremos igual, me da la impresión.

Estos niveles de conciencia, capacidades mentales, se van configurando, simplemente para acomodarnos con las circunstancias, condiciones de vida dicen ellos, que nos toca enfrentar. Condiciones de vida que son naturalmente cambiantes, lo que nos pone prontamente en situaciones de inestabilidad y presionados a cambios, transformaciones, con el objeto de volver a buenos equilibrios o acomodos.

Muy interesante me pareció la mirada que hacen de Chile, desde el año 1960 hasta estos días. Mirar el gobierno de Alessandri como Azul, el de Frei como Verde, el de Allende, Verde con Rojo y luego la dictadura de Pinochet. Rojo, Azul e importantemente Naranjo.
Hoy nos encontramos, según los autores, en un lío mayor, pues los colores que merodean en las viejas Elites y grupos de mayor preponderancia, son el Azul, el Naranja y una buena dosis de Verde con la Bachelet.

Ahora, todos estos son antagónicos, con el Azul y el Naranja, convencidos de verdades sacrosánticas y el Verde, incapaz de tomar posiciones de poder, podríamos decir que por su hipismo o algo así.
Aparte de que los políticos, en su mayoría, se han quedado en el pasado y se han ido desprestigiando hasta límites de cero o muy baja representatividad.

Hay que pasarse urgentemente al Amarillo, que sí es capaz de integrar funcionalmente a todos los colores anteriores y gobernar. Pero, hace falta una visión del Chile que deseamos ser y ello requiere otro ejercicio, que ellos pautean de una manera que me parece notable.

Pareciera que solo hace falta subir a más gente a esta concepción y armar la masa crítica, que no es menor, pues hablan de un constructo colaborativo multitudinario para crear la visión de país que hace falta.
Y de este trabajo saldrá la Nueva Élite, que propagará los memes del nivel de conciencia Amarillo, que necesitamos urgentemente.

Y esto empalma bastante bien, pienso, con la visión de país que Eduardo Bitrán expuso en el Congreso del Futuro y del que postié más abajo.

Un libro más que recomendable sin duda.