viernes, septiembre 13, 2024

Libro La persona y su crecimiento, obra colectiva del PRH

Este es un verdadero manual de la psicopedagogía del PRH (Personalidad y Relaciones Humanas). Un libro de cabecera, para ser leído muchas veces; así me pareció.

El PRH es una pedagogía del crecimiento de la persona adulta. Tiene una concepción muy positiva del hombre y de la sustancia de la que está hecho.
De lo que se trata todo es de que el ser profundo pueda ser. De eso se trata el proceso de desarrollo de los niños, de nuestros hijos.

Muy significativo es la representación que hacen de la estructura de cualquier persona.
A la base y en lo profundo está el Ser. Tiene aspectos aún no emergidos, aspectos que conforman las “rocas del ser”, que son nuestras certezas y tiene una energía dinámica que impulsa al ser a ser.
Arriba, en la cabeza está el yo cerebral, que sería nuestra racionalidad, nuestra imaginación, nuestra voluntad. Muchos se identifican con esta parte, pero hierran.
Por otra parte está el cuerpo, la sensibilidad, que viene de los sentidos y de la irradiación del ser profundo.
Y a la base, como un emergente del ser, está la conciencia profunda.

Muy importante es el medio ambiente y las relaciones que el niño tiene en su proceso de crecimiento. De ello depende cuán propicio sea que el niño conecte con su verdadero ser y le vaya dando espacio a emerger.
Si esto no ocurre, si tiene interferencias, bloqueos, se producen vacíos y experiencias de no-ser, sino de representaciones impuestas, falseadas.
Un tema será sanarse de estas heridas del desarrollo. Serán muy importantes si ya adulto se quiere retomar el proceso de crecimiento, que es la razón de ser de nuestra vida. Crecer, ser quien de verdad vivimos a ser.

La psicopedagogía PRH la creó el francés André Rochais, que nació el año 1921 y murió en 1990. El año 1970 crea el organismo PRH que tiene sobre 300 formadores en unos 40 países.
Todo comienza con el curso Quién soy yo, al que alguna vez asistí, junto a unos 12 compañeros, en una rica casa patronal en las afueras de Santiago. Recuerdo haber pasado ahí dos o tres noches con sus días completos.
Esta pedagogía, que no es una psicoterapia, pone el centro de su labor en acompañar a las personas adultas en su procesos de crecimiento, que consiste en ser quien uno es. Por eso Quien soy yo, saberlo, es central.

Me llamó la atención que en esta estructura de la persona, en el núcleo mismo de su estructura, justo encima de las rocas del ser, está la conciencia profunda, que para ellos es una instancia ético moral, que es capaz de juzgar qué está bien y qué está mal, basada en buena medida en conocimiento adquirido durante la vida.
La conciencia como yo la entiendo, tiene que ver con darse cuenta de que existo y está ubicada desde donde miro el mundo, con la que conecto centralmente en la meditación. Este concepto no está en el diseño del PRH.

Una dimensión que le preocupa mucho a PRH es la participación en grupos, siendo uno de ellos la empresa. Tienen un curso que se llama Vida en grupo, que atiende y hace buenos aportes a la humanización de la empresa.
Los grupos deben permitir que las personas puedan ser lo que vinieron a ser, algo que es muy personal y particular para cada uno.

Otro aspecto que atiende con mucha gravitancia el PRH es la vida en pareja y la crianza de los hijos, para lo qué tienen el ciclo de cursos Pareja y educación.
El capítulo que más me gustó de este libro fue el acerca del sentido de la Vida y lo que es una Persona en orden.
Esta pedagogía entrega una visión completa de lo que es la vida, para donde hay que ir y cual es es el trabajo permanente tanto de crecimiento, como de sanación de las heridas que hayamos adquirido en nuestro recorrido.

Un estupendo libro, muy didáctico, muy positivo, que uno debiera, aparte de tomar los cursos del PRH, manejar en su velador.

jueves, septiembre 05, 2024

Libro El fin de la autoestima de Vikrant Sentis

Vikrant Sentis es un profesional chileno de la psicoterapia que mira el fenómeno de la autoestima desde su amplia experiencia como sanador.
El título del libro ya es desconcertante.
Dirá que el yo no existe, que es una creación de la mente; el yo es un avatar. Lo amas ?

El amor es un fenómeno relacional, vinculante, dice. Puede alguien amarse a sí mismo, se pregunta Vikrant Sentis.
Más bien se trata de cómo te tratas.

Construimos nuestra valoración de nosotros mismos, desde como nuestros más cercanos, nuestros cuidadores en la primera infancia, nos trataron.
Seguimos construyéndola en cómo nuestros profesores nos calificaron y nos trataron.
Rematamos en como nuestros amigos y parejas nos veían y trataban.
Por eso ser excluido socialmente es tan devastador y hoy la ley Karin quiere atender ese dolor.

El mundo nos mostró cómo debíamos ser. Nos presentó ejemplos a imitar. La publicidad nos dio pistas a seguir.
En la medida que ese ideal se pareciera a quién o cómo aparecíamos, más felices seríamos.
Vikrant Sentis dice que todo esto es un desastre. Se refuerza con Claudio Naranjo que dice que nuestros colegios y universidades nos corrompen. Que este sistema está focalizado en el desarrollo de la producción económica y no en el bienestar de la población.
Cierra diciendo que la idea del éxito es el mayor desastre que ha sufrido la humanidad occidental.

Vikrant Sentis es chileno, ha escrito 10 libros y nunca lo había oído nombrar. Con razón, el mainstream debe querer quemarlo en la hoguera.

El anhelo profundo del ser, es ser quien de verdad es. Hemos aprendido que se nos valora por lo que hacemos y no por lo que somos; salvo nuestra mamá.
Necesitamos recuperar algo que teníamos cuando muy chicos, que es nuestra capacidad de conectar con nuestras emociones, con lo que de verdad nos gusta hacer. Ser espontáneos llegó a ser peligroso y debimos aprender a reprimirlo para sobrevivir.
Ahora que somos grandes, necesitamos auto hackearnos, y descubrir el ser que aún late en nuestras entrañas.

No será fácil. Quizás requiera un terapeuta como Vikrant Sentis u otro.
Se me asentó más leyendo este libro la frase, “si no estás creciendo, estás muriendo”. Un árbol siempre está creciendo, salvo algunos durante el invierno; pero basta que venga la primavera y retoma.
Hay demasiado ruido en nuestras mentes, producto de toda nuestra historia de condicionamiento, con lo que tendremos que lidiar.

El camino sigue la ruta de desembarazarnos de todos los modelos pre establecidos de cómo deberíamos ser, y orientarnos a conectar con nuestra verdadera naturaleza interior, para acceder a una dimensión más espontánea y a la vez reflexiva con independencia.
Y concluir que tratarnos bien es lo mejor que podemos hacer. Y eso conformaría lo que podríamos llamar la autoestima.