viernes, octubre 16, 2020

Libro Los enigmas de la Filosofía de Rudolf Steiner

Rudolf Steiner publica este libro al principio del 1900; su primer prologo tiene fecha de 1914. 
Un libro que cuenta la historia de la filosofía, en 570 páginas.

Todo comienza con los griegos. Ellos serían los primeros en occidente que descubren el pensar como algo distinto de algo percibido en la naturaleza en la forma de imágenes, como antes era el elaborar humano.
Cuando empiezan a percibir el pensamiento como algo que sale de dentro de la persona, surge el alma, surge los albores de la persona.
Sócrates, de hecho, elabora una pedagogía que a través de preguntas estimula el despertar del pensamiento y con ello el alma del hombre.
Platón dirá que la filosofía es la ciencia de las ideas y las ideas son la manifestación del espíritu. 
Y con Demócrito y su invento de la partícula atómica, la naturaleza queda lavada de alma, de experiencia anímica.

Después viene la era Cristiana, donde se despierta la autoconciencia. Pero el pensamiento se recoge, pues lo que se estimula es lo que llaman la docta ignorancia, pues el saber no requiere pensar, sino solo escuchar la verdad revelada del libro.

Solo a principio de los 1600, con Descartes, renace el pensamiento, reflejado ello en su frase "pienso, luego existo". Esta frase pone al yo en el centro, que será donde el pensamiento florece.
El yo, pensando, ha de crear el mundo, lo mismo que crea las matemáticas.
El alma humana se disocia de la naturaleza.
Hume dirá más adelante que para mirar el alma humana autoconsciente sólo disponemos de la fe, la ciencia no puede entrar ahí.

Lo que se elabora con las matemáticas, es verdad. Debemos buscar métodos parecidos para dar con la verdad del mundo; he ahí la ciencia.
Kant dirá que los conocimientos del intelecto humano no proceden de la realidad del mundo.
Kant encuentra las verdades supremas en la voz del deber, del imperativo categórico. Y pide total sumisión a ellas para acceder a la virtud y de ahí a la felicidad.
El único acceso a lo sensorial permitido es el que accede al arte y la belleza.

Goethe rescata el pensamiento y al yo autoconsciente, distinguiendo el pensamiento que pasa por nosotros, del pensamiento vivenciado, aquel que nos conmueve.
Goethe veía espíritu en la naturaleza.
Incluso dice que el núcleo de la naturaleza se encontrará penetrando el interior del ser humano.

Fichte quiere vivenciar la autoconciencia y dice que el hombre es totalmente humano cuando juega, que es cuando más se siente libre.
Schelling dirá que el hombre no piensa, es el espíritu del mundo el que piensa en él. Espíritu que contempla en él su propia actividad creadora.
Más tarde Hegel pone al pensar en la cúspide.
Otros ponen a la voluntad a la misma altura de la conciencia. La voluntad es el elemento creador dirán.
Con Darwin todo lo que estaba separado y bien clasificado, se vincula. Todo lo viviente está emparentado.
Lo inmortal pasa a ser la materia con su energía. Desaparece el alma y el espíritu que pasan a ser propiedad de la materia.
Darwin señala que en la evolución no hay un objetivo, salvo sobrevivir.
En el reloj no se puede encontrar nada que permita deducir la presencia de la persona del relojero.

Las sensaciones que tenemos motivadas por impresiones exteriores no dependen de la índole de esas impresiones, sino de la naturaleza de nuestras neuronas.
El mundo es en el fondo una ficción que generan el intelecto y los sentidos.
Nos desprendemos de la filosofía y entramos de lleno en la ciencia.
Compte dirá que solo las ciencias pueden tomar parte en la creación de una concepción del mundo.
Nietzsche dirá que basta de pensar la filosofía, hay que vivirla. Que ninguna otra voluntad tiene mayor ascendencia en el hombre que la voluntad de poder.

Marx dirá que si se quiere comprender cualquier época, hemos de consultar sus condiciones económicas.
En la ciencia natural no hay sitio para el yo autoconsciente. El yo autoconsciente se siente cada vez más expulsado del mundo.

El mundo espiritual fluye por la vida humana a lo largo de la historia, como una corriente de valores.
Lo importante de la teoría de la relatividad de Einstein reside en la constatación de que es necesario un conocimiento del espíritu que sea independiente de la observación de la naturaleza y que transcurra por senderos espirituales.

Steiner termina el libro presentando su Antroposofía, con ideas como, las cosas no son, para los sentidos, lo que son en realidad, sino sólo lo que el alma hace de ellas.

Un libro fascinante, que te pasea por toda la historia del pensamiento de qué es este mundo en el que estamos.

1 comentario:

  1. Que síntesis más intensa querido amigo. Dan ganas de volver al libro. Realmente un mundo fascinante la evolución del, desde esta mirada, un punto auto contenido donde pueda sostenerme: Cuando yo, un pensamiento, pienso mi pensamiento. Prelúduio de una filosofía de la libertad....

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