martes, noviembre 29, 2005

Catástrofe en el Maihue

Acostado en mi cama en Santiago miro en la televisión la noticia del hundimiento de la barcaza que transportaba 32 personas a través del lago Maihue, la mayoría estudiantes de escasos resursos. Los pescó una tormenta, otra tormenta, que los pilló con la barcaza en malas condiciones y la cantidad de gente arriba, excesiva en demasía a la capacidad del bote.
Es el medio de transporte único para estos escolares que cruzan el lago para ir al colegio, imagen de la ilusión de salir adelante en la vida y vía de escape a la pobreza para muchos padres de esos niños. Ahora, el país se ha movilizado para ir al rescate de sus cuerpos que flotan en alguna parte de las profundidades de ese hermoso lago.

Algo en mi cuerpo se contrae, se queda mirando esta escena de dolor e impotencia, de familiares deshechos, de madres y padres y hermanos y tios y primos y amigos, paralizados en la congoja ante la catástrofe. Se culpa al botero por negligente. Yo culpo también a los que se suben, viendo que están expuestos; a los padres, complices del riesgo. Al país por estar mirando para otra parte.

Aparece en mi imaginación ese lugar al fondo del Maihue también, donde reposan hermosas casas de veraneo, construidas muy probablemnete sin restricciones económicas, en medio de una bellísisma cancha de golf, a donde se llega sin problemas por un excelente camino. Cómo será me pregunto el sentir del corazón de los recidentes de esas casas cuando desde sus casas de Santiago ven esta misma noticia.
(foto de BT A)
Somos un país atrapado en la ceguera de no ver al que está un poco mas allá intentando salir de esa zona invisible del territorio, olvidados, pues nuestras vidas están demasiado ocupadas en cosas ineludibles, muy importantes, donde se construye mi reputación y mi solvencia económica.

Caigo de rodillas y sumergo mi alma en las profundidades del Maihue y abrazo esos cuerpos de niños, jovenes y adultos, y escondo mis lágrimas en la inmensidad de ese lago.

5 comentarios:

  1. Gabriel, me parece muy bonita la reflexión, solo quisiera complementar que las comunicaciones de hoy dejan en evidencia situaciones o condiciones de la cotidianidad del país que nos comprueba lo cerca y lejos que estamos de desarrollarnos. Por años las barcazas han sido el medio de transporte para que niños luego de un viaje de 3 hrs. a pié puedan llegar al colegio a tomarse una leche caliente. Asimismo, cuando hubo el terremoto en Norte, se cayeron casas que uno pensaba ¿cómo gente puede vivir en esas casas de adobe tan vulnerables?, pues es real la gente vive y seguirá viviendo en esas condiciones, esas incomodidades y riesgos. La gente de los sectores rurales, marginales o extremo, vive en un riego permanente. Ojalá que estas lamentables muertes provoquen el efecto para lo cual sucedieron.

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  2. Anónimo5:13 p.m.

    EL ALCALDE SANTIAGO ROSAS ES EL CULPABLE !!!

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  3. Que fuerte lo que paso..no hay que buscar culpables...que terrible darnos cuenta que hay gente que en verdad vive lleno de carencias y nosotros nos quejamos por cosas bastante menos series...que pena ver que en un Chile que nos pintan llena de progreso, sigamos siendo testigos de este tipo de situaciones.

    Buen blog, no te conocia.

    Saludos.-

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  4. Buen post... para pensar...
    Lo que ocurrió es el resultado de una cadena de indolencia.

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  5. Anónimo8:49 a.m.

    Realmente y de corazón, es una pena. Lo siento mucho
    Muy bueno tu Blogs, lo sigo hace tiempo, Animo

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