Cuando todos volvían de vacaciones, nos arrancamos con la Andrea, a un merecido descanso en el Valle del Elqui. Elegimos uno de los buenos lugares del Valle, que comparativamente con las otras alternativas que barajamos, nos pareció un buen precio: cuatro noches en el Hotel o Refugio Misterios de Elqui, a $ 50.000 la cabaña para dos personas con desayuno, por día.
La cabaña estupenda, con una buena piscina con un pasto espeso donde tenderse después del baño y con una vista de la quebrada por donde va este valle, fantástica.
Tiene además cuatro hoyos de golf que permiten practicar esta parte del golf que como decía la maestra Cecilia Undurraga, es mas del 40% del score. Y ahí estuve un par de veces, dándole a los 4 hoyos con el putter que me traje de Santiago.
Una mañana salí a caminar camino arriba hasta un increíble restaurante, Hacienda Miraflores, de la familia Peralta.
Al día siguiente, me fui con el auto a este restaurante, estacioné adentro y subí dos horas y media el cerro del frente de la entrada del restaurante. La subida fue escarpada con tierra suelta por lo que el esfuerzo fue no menor.
Lo mejor fue llegar caldeado y cansado al hotel y meterme a la piscina a refrescarme.
Un día cenamos en el restaurante Donde La Elque, en Pisco Elqui. Atiende un simpático y hábil argentino; cocina su mujer; elegimos la mesa más cercana al fogón al estilo del Adobe de San Pedro de Atacama. Lo recomiendo pero ten en cuenta que todo lo produce al momento en que se pide, incluso el pan, así que cuando completa cuatro mesas, cierra el local
Camino a Cochiguaz apreciamos las plantaciones de uva que se encaraman por los cerros, en forma impresionante e impecables. Nos enteramos que son de Luksic en sociedad con Jorge Errázuriz.
Este valle está bastante poblado de gente con casas que me hacen pensar en hippies o personas que fueron hippies y que mantienen su base hippie aquí.
Otra noche comimos en el local Los Jugos en la esquina frente a la plaza de Pisco Elqui e invitamos a Matías Peralta de 28 años que dijo ser el dueño del restaurante Hacienda Miraflores. Mientras nos comíamos unas ricas pizzas, nos enteramos de valiosa información de la comarca. Por ejemplo, que Luksic se lo está comprando todo y transformando esto en parte de su imperio. Que las mangas que cruzan las parras son para proteger los brotes nuevos del viento que es capaz de romperlas.
Nos volvimos a Santiago lentamente, parando y mirando esa vista que tiene la vuelta, que es distinta a la de ida. Que hermoso valle. Paramos en el dique del lago Puclaro y caminamos sobre este y sacamos fotos.
Luego pasamos donde la Castedo en El Molle, donde la Andrea compró unas postales y visitamos el Zendo de al lado, donde el grupo almorzaba en silencio. Ahí estaba el maestro Patricio Goycolea que según supe, migra a mediados de año a la localidad de Catapilco.
Finalmente un paseo por la avenida del mar en La Serena y a toda velocidad a Santiago.
A quien quiera relajarse y disfrutar, le recomiendo esta escapada.
PD.: un buen reportaje que encontré mientras buscaba fotos de la zona
Aquí comparto mis impresiones y reflexiones sobre temas relacionados con el coaching profesional, que es mi actividad principal, libros que leo y otras menudencias, como una forma de compartir y propagar la conversación que estos temas generan
miércoles, marzo 14, 2007
Cuatro días en el Valle del Elqui
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Gabriel:
ResponderBorrarBuenísimo tu post!!
Eres excelente comunicador social, me dieron ganas de volver a ir.
Mi viaje fué más hippie pero el lugar es maravilloso.
Genial ruta, ojalá pudiera estar allá ahora mismo
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