Por esas cosas de la vida y los impulsos, figuraba almorzando en un boliche del mercado de Providencia, comiendo un sabroso menú de platos populares y conversando de cosas significativas, con mi hija y dos amigos.
Mi hija ha empezado a trabajar vendiendo seguros de Bice Vida, solo y simplemente porque quiere arrancarse a Australia a hacerse una pasada de crecimiento personal sola en el mundo, después de haberse titulado de psicóloga este enero recién pasado. Y solo le falta una venta para hacer su cuota y ganar 4xx en vez de 1xx (a pedido de mi hija).
Ya, le dije, estos dos amigos míos que cayeron a esta mesa son tus potenciales clientes para hacer la cuota, le dije, cosa que ellos también escucharon.
No fue mucho lo que vendió ni presionó, obvio, como iba a ser tan desagradable de ponerse a molestar con su tema de tener que vender.
La conversación fluyó por temas, repito, significativos. Uno de ellos quería comprarse una propiedad en playa del Carmen e instalarse con un bar. Un empresario chileno. Me dijo en un momento algo así como que, la vida de verdad ocurre allá.
Yo le reclamé de porque nuestros sueños no estaban en hacer algo aquí, en nuestro país, haciendolo mejor; soñado.
Me contó luego de su experiencia con su suegro, que se jubiló a los 65 años y le llegó una amable cartita de la Isapre que le subía su cuota mensual de 100 lucas a 350 porque ahora era más susceptible de problemas y por lo tanto más riesgoso.
Y que hizo este suergo ? se fue a Fonasa; enojado y decepcionado.
Faltan leyes decía este amigo.
No le dije yo; falta cambiar nuestros valores éticos como país. Tenemos que cambiar nosotros. Hemos construido una economía, un sistema tan monetarizado, tan des humanizado, que tu eres un simple consumidor de productos o servicios para los demás. De Persona, olvídate.
Y mi reflexión fue: estamos tan insertos dentro de la mentalidad imperante, que no vemos como podría siquiera ser de otra manera; sería como una economía ilógica.
Ah, total, dijo otro, no te preocupes, si este mundo se está cayendo a pedazos por la codicia que nos tiene consumidos, como decía la Bachelet en EEUU, comentando la crisis del sistema financiero.
Necesitamos un mundo más humano, necesitamos una vida en que la vida no esté en playa del Carmen ni en Australia, sino aquí, en nuestro territorio. Y de vez en cuando, vamos a dar un paseito solamente a esas latitudes por el simple gusto y la experiencia de cambiar la mirada.
Bueno, escribo esto, porque es el material del día de ayer y porque le dije a uno de mis amigos del almuerzo, que más gente debía tener blogs para que las voces que en esa mesa se expresaron llegaran más lejos, para cambiar a nuestras Isapres, para cambiar este mundo.
Aquí comparto mis impresiones y reflexiones sobre temas relacionados con el coaching profesional, que es mi actividad principal, libros que leo y otras menudencias, como una forma de compartir y propagar la conversación que estos temas generan
sábado, septiembre 27, 2008
Almorzando en el mercado de Providencia
Etiquetas:
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Okk padre, me gustan tus reflexiones y cómo las expresas... fue un grato e improvisado almuerzo... pero omite las cifras de mi pega!! Un abrazo, te quiero mucho
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