martes, noviembre 23, 2010

El coaching, un proceso transformacional

El coaching es en lo fundamental un proceso transformacional de la persona.
A través de una conversación regular y sistemática entre coach y coachee, se va dando esta evolución lenta pero consistente hacia estados de más desarrollo de la persona. Es un proceso de desarrollo personal al final de cuentas.

Debe crearse un espacio sagrado de confianza. Si eso no se da, o en el momento que se pierda, más vale suspender la actividad.

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El coach vive un proceso extraño de atención presente con conexión en el otro y salida de si mismo. Digo esto pues está en mi experiencia que puedo andar yo mismo como coach, como persona, algo complicado con aspectos de mi vida personal y sin embargo en el instante que me pongo en el otro, en el coachee, se produce la magia de que lo mio queda como en otra parte y estoy bien, en general, para trabajar de verdad con el otro.

Esta experiencia me ha hecho confirmar la vieja máxima de "sal de ti" (Lej Lejá; la primera voz en la escrituras en que Dios le dice algo al hombre; Abraham), ponte al servicio de otros y muchos de tus males se podrán aquietar.

Temprano en las conversaciones de coach y coachee se detectan las dirección de los procesos hacia donde se quiere ir. He llegado a establecer un juego lúdico como si esos objetivos o temas de trabajo, fueran liebres tras las cuales tanto coach como coachee salimos detrás, como en una casería.

Los procesos de transformación humanos son lentos, más parecidos a los tiempos de las plantas cuando observamos sus brotes en su lento en bello desenvolvimiento..

He visto personas que llegan habitando un estado de ánimo quejoso, donde el mundo les es sumamente adverso, donde las personas como que se hubieran puesto de acuerdo para trabar o dificualtar sus posibilidades. Lo fantástico es que con la sola conversación, a  veces espejando las emociones en que la persona suele andar, sus posiciones corporales, desafiando sus juicios que saltan a cada momento, las creencias que se traen de culturas familiares, y van surgiendo ideas, posibilidades de ver distinto lo que se viene viendo, y el proceso se va dando.
He visto como la persona del coachee, después de una conversación que se ha ido transformando en un casi disfrute de diálogo que más parece una conversación consigo mismo, empieza a verse habitando la ambición, viendo posibilidades por todos lados, y no solo para él, sino no que parece un remecedor de otros para que vean las posibilidades que dejan pasar, paralizados en su parada resignada.

Ayudar a alguien a pasar de la resignación a la ambición, es de las experiencia notables que he experimentado. Y la vida les cambia.

He visto personas que no se daban cuenta que vivían aplastadas por una realidad poco estimulante, donde la pasión había quedado como una manera de estar o de ser propia de la juventud, a pasar a decirme, he estado discutiendo apasionadamente temas que hacía muchos años no estaba de esa manera. Y concluir que había recuperado la pasión producto del trabaajo de coaching.

Quizás una de las cosas más potentes del coaching sea el espejar al coachee; mostrarle lo que uno como coach esta viendo, sin mayores interpretaciones, sino solo reproduciendo, conectando esto de hoy con lo otro del otro día, y devolviendoselas al coachee como meros reflejos. Es como si el coachee sostuviera una animada conversación consigo mismo, animada por supuesto, con provocadoras preguntas que el coach se viene entrenando para hacer.
Insisto, es como una conversación profunda que el coachee sostiene consigo mismo y en la que el coach actúa al parecer solo como un mero espejo, agregando esas preguntas que el coachee no se hace.

Un ejemplo de ayer: una persona dice "me cuesta tanto a veces la convivencia con mi pareja" y recibe de vuelta esta pregunta del coach "y como te resulta habitualmente la convivencia contigo misma?". Una pregunta que no se había hecho y que le muestra que si la convivencia consigo misma le cuesta tanto, porque no tener más compasión hacia su pareja?. Y esa compasión de verdad se puede instalar.

Vivimos en un mundo estructurado como visión de realidad por la metafísica de Sócrates, donde hay verdades indiscutibles y donde las personas somos entidades fijas, inamovibles, en nuestra esencia.
El coaching desafía a mi entender la visión metáfisica de la realidad e invita a la persona a verse como el gestor de la persona que quiere ser, a través de la acción y el rediseño de juicios sobre si mismo y sobre el mundo, desde la experiencia y el diseño de acciones que van de alguna manera re cableando el sistema nervioso con nuevas articulaciones de quien la persona es.

El coaching insisto, es un proceso transformacional, en que la persona se trabaja a si mismo como un artesano la greda, ascendiendo en este proceso de crecimiento acompañado por el coach en una conversación sincera, profunda, afectiva, donde el coach está de verdad interesado por el crecimiento de la persona del coachee.

Y quiero destacar que este proceso incluye la dimensión espiritual de la persona en muchos casos, pues ambos pueden darse cuenta que la tranformación que se está intentando significa un cambio en el nivel de conciencia, caso en el cual es atingente hablar de proceso espiritual.

La potencia del lenguaje en este proceso es singular y está sustentada en que dejó de ser un mero instrumento contable, que daba cuenta de la realidad, a ser un medio de creación de realidades. Esto gracias a la intervención de filósofos como Nietsche y Heidegger, para solo nombrar dos muy importantes, que transforman el lenguaje en otra cosa de lo que venía siendo y abren el mundo de posibilidades que creo el coaching como oficio.

5 comentarios:

  1. Me gusta tu reflexión Gabriel! Comparto el maravillarse con los cambios que los seres humanos somos capaces de hacer en nuestras vidas sin necesidad de que cambie nada afuera. Basta con cambiar la mirada, y declararte protagonista de ella. Y no ha sido fácil para mí cambiar la mirada! En todo esto, un agradecimiento especial a los que me iniciaron en el coaching, en mi caso, Paz Zagal, y el equipo de Newfield con Julio Olalla a la cabeza.

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  2. Gabriel, al leerlo me sentí plenamente identificado como coachee. Muy bueno.

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  3. Potente post, poco usual en los escritos que he visto, donde acá el énfasis está puesto en la experiencia y reflexiones personales.

    Me gusta la forma como está escrito, con mucha poesía

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  4. Gabriel, gracias por el trabajo. Me gustaría ahondar la comprensión del mismo preguntándole qué distingue como "visión metafísica" y qué como "dimensión espiritual"?
    Un abrazo.

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  5. Fernando: "visión metafísica" es aquella concepción que ve a la persona como un ser fijo, intrínseco, no sujeto de cambio; y por otro lado que en el mundo hay preguntas que tienen una sola respuesta, la correcta; y los que hierran, están equivocados.
    "Dimensión espiritual" es aquella dimensión que nos saca del aislamiento individual y nos conecta y prácticamente fusiona con el mundo, con los otros.
    Saludos

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