lunes, julio 09, 2018

Khristian Briones y la delincuencia

Su padre los abandona a temprana edad. Su madre dadas las oportunidades de trabajo, se va a una ciudad distante de donde envía lo que podía para apoyar. Quedan a cargo de un abuelo alcohólico, violento y pobre.
Una vez iniciado en las drogas, se va a la calle donde se inicia en el robo, le entra la pasta base y lo atrapa en la adicción.

A los 14 años llega al Sename, donde aprende la cultura delictual. La violencia se le torna forma natural. Dice que los centros del Sename son escuelas del delito.

Khristian Briones
A los 18 llega a la cárcel. Un mundo más violento aún, de donde saldrá más violento aún, con 20 puñaladas en el cuerpo y el 30% de este quemado en peleas donde se usaban bombas molotov; si, dentro de la cárcel. Y por supuesto, más adicto.

Yo conocí a Khristian, en un evento 3xi, en el MAC de Matucana, donde salió adelante y leyó su presentación, parado frente al micrófono, delante de una 150 personas sentadas en círculo, donde había personas de todos los mundos que tenían que ver con la inclusión de los presos en la sociedad.
Me impresionó su historia, lo descarnado de como la contó y la fortaleza que irradiaba ahí parado.

Después aparecería en uno de mis grupos, donde destaqué el hecho de estar ex infractores de ley, ciudadanos comunes y silvestres, sentados conversando, sin miedo. Siendo el miedo el principal factor que nos distancia. Y donde quizás lo que más pasó es descubrir que sí podíamos conversar y sí podíamos empatizar. Y que muy probable de ahí, de estas instancias, juntos buscaríamos la salida definitiva al problema.

Khristian logra salir adelante, con la ayuda del sacerdote Nicolás Vial y la Fundación Paternitas, que lo ayuda con su rehabilitación de las drogas, una ardua tarea.
En su relato, Khristian, deja claro la dificultad de realizar el cambio que en el fondo del alma quería, pero que las fuerzas del medio se lo hacían tan difícil.

Y una de la mayores dificultades, es que cuando salen de la cárcel, todas las puertas están cerradas, por sus papeles manchados. Reincidir es como la vía obvia de sobrevivencia. Es un círculo vicioso.

Recuerdo haberle confesado a la Alejandra Pizarro, que en el fondo mio pensaba que el problema de la delincuencia, no era mi problema. Era de las policías, el sistema judicial y carcelario; en definitiva del Estado.

El problema de la delincuencia es un problema de todos nosotros; es quizás la transformación principal que se me está instalando del evento 3xi al que asistí.
Parte con estas “familias” disfuncionales, donde me cuesta ver cómo intervenir. Y luego la pobreza y las drogas.
Necesitamos, urgentemente, sentarnos a conversar todos los ciudadanos, como lo hicimos ese día del evento 3xi e idear juntos soluciones.

Hay esperanza y Khristian es un excelente ejemplo.


2 comentarios:

  1. Que buena Gabriel!! Excelente testimonio !!

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  2. Buen relato! Hay esperanza entonces. Que triste debe ser para la Fundación Paternitas y el sacerdote Nicolás Vial todo la sombra y desconfianza que pesa sobre la iglesia hoy. Estas son las fundaciones y sacerdotes que valen la pena!

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