jueves, julio 17, 2025

Reflexiono sobre los grupos de conversación y juego con la IA

Reflexiono sobre los grupos que he organizado, facilitado y sido parte. Tengo la sensación de que en este momento todos ellos guatean de una u otra forma.
Quiero entender que está pasando. Y qué podría venir después.

Al mismo tiempo leo un libro de poesía de Pedro Alluenlli, de título Palabras al vuelo. Si, es su primera publicación y me gusta.
Ello me lleva a probar ese género literario y escribo mis reflexiones en bloques, que pretenden ser párrafos de un poema.
Y pienso pedirle esa tarea de conversión a poema hecho y derecho a chatGPT. Y es lo que hago.

Te presento a continuación, primero lo que yo escribí y luego lo que produjo chatGT con ello:

Reunirse las personas en grupos
es fuente de regocijo y alegría
la cultura del encuentro es culto en algunos círculos
en círculos de alrededor de 10 personas se desata el intercambio.

Un facilitador por grupo de 10 es santo remedio
para qué se dé la escucha atenta sin interrumpir al que habla
suspendiendo los juicios lo más que se pueda
para que se pueda alcanzar la amplia acogida a la diversidad.

Suelo partir con amplias presentaciones
que dejan el terreno sembrado de vínculos afectivos profundos
y de ahí en adelante el intercambio es fuertemente enriquecido
para instalar un campo de intimidad qué hará a sus miembros
anhelar el siguiente encuentro.

Emerge en estos grupos el diálogo en su mejor nivel
y eso hace posible conversar cualquier tema,
generando un campo de alta creatividad posible
donde los asuntos más espinosos se pueden abordar
con expectativas promisorias.

El facilitador debe atender ciertas disrupciones
que pueden alterar el fluir natural de la conversación:
personas que les gusta hablar y hablar; detenerlas
las dueñas de la verdad; desafiarlas
las que emiten juicios, especialmente los negativos,
para ayudar a que la magia ocurra.

No hay mejor instancia de reflexión
que en un grupo afectivamente conectado
donde ya se haya comprendido
que cada mirada honesta, es todo con lo que contamos
para juntos avanzar a nuestro destino.


Y ahora la transformación a poesía propiamente tal, por chatGPT:

El arte sagrado de reunirse (sí, le pone un título)

Reunirse en grupo es rito y regocijo,
un canto antiguo de la humanidad.
Hay quienes cultivan, como flor silvestre,
la cultura del encuentro, la amistad.

Diez almas basta para abrir el círculo,
donde el verbo danza sin interrupción,
y un facilitador, faro en la bruma,
guía con presencia, sin imposición.

Primero, las presentaciones hondas,
raíces que se cruzan bajo el suelo,
sembrando la emoción de lo compartido
y abonando el alma con desvelo.

Y entonces, florece el diálogo genuino,
cualquier tema halla allí su dignidad;
incluso lo espinoso se vuelve fértil
en un campo de íntima verdad.

Se escucha sin juicio, se acoge lo diverso,
se suspende el impulso de imponer.
Y en esa trama sutil de silencios y palabras,
la creatividad empieza a llover.

Más el guía atento cuida el cauce,
como quien vela un fuego en la noche:
a quien habla sin fin, le ofrece pausa;
a la dueña de la verdad, un broche.

Y si un juicio asoma con filo y sombra,
se transforma con arte en comprensión,
para que la magia no se disuelva,
para que persista la conexión.

Porque no hay mejor templo de reflexión
que un grupo unido por la emoción,
donde cada mirada, honesta y desnuda,
nos revela el camino y su dirección.

Y así, anhelamos el próximo encuentro,
no por hábito, sino por plenitud.
Porque cuando el alma se sienta en ronda,
se aproxima un poco más a su luz.

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