sábado, septiembre 27, 2025

Libro Refranes de Gastón Soublette

Este libro se llama “Sabiduría chilena de tradición oral (refranes)”. Trata de estos textos, que son los refranes, que reflejan, proyectan, la sabiduría popular, de autores anónimos del pueblo, chilenos.

Bella tarea se ha propuesta Gastón Soublette con esta misión de recopilar refranes y analizarlos, reflexionar a partir de ellos.
Divide el libro en capítulos temáticos. El capítulo Amor, mujer y naturaleza, hay refranes como:

“Donde reina el amor sobran las leyes”. Interesante, no ? Me deja pensativo, con la convicción de que es la pura y santa verdad.

Otro: “Por lo que tiene de fuego, el amor suele apagarse”. Sabiduría pura, el amor pasional, el enamoramiento, dura un tanto, está probado científicamente por Helen Fisher

“El amor es como el agua, si algo no lo agita se pudre”. Me deja pensativo; me tinca cierto, pero cuales son las agitaciones recomendables a gestionar. Buen tema para darle vueltas.

“Cuando un hombre se enamora hasta la vergüenza pierde”. Totalmente cierto, si de hecho es capaz de dejar cagadas mayores. No se ha visto ?

Del capítulo De la sabiduría y el hombre sabio, me gustó el refrán “El corazón no miente a nadie”. Si, me parece cierto. La razón es la mentirosa, no ?

“Hombre buen hablador, nunca buen hacedor”. Si lo estamos viendo ! Similar a este es “Hay hombres vanos que tienen lengua pero no tienen manos”.

“Para saber quien es, canta el canario”. Me gustó. 

“La virtud es divina, la moral es humana”. Este me dejó pensativo.

“El agua, siendo más importante, toma la forma del vaso”. Sabiduría pura.

Del capítulo El bien y el mal, “Los vicios son virtudes que se volvieron locas”. Me parece preciso, he identifico altiro unos vicios que en pequeñas dosis son virtudes.

“Los niños y los locos dicen las verdades”. Totalmente cierto.

En el capítulo Justicia, “Con la vara que mides serás medido”. Cierto, no cierto ?

“Siempre hay uno que gana cuando otro pierde”. ¿Quién será el que ganó los MM$ 100 cuando mi amigo los perdió ?

“No es raro que a uno le falte lo que a otro le sobra”. Este es un tema no resuelto.

En el capítulo El fallado, “Al hombre se le conoce por la palabra y al buey por el asta”. Claro, por las cosas que habla, lo conocemos.

“Dime con quién andas y te diré quién eres”. Infalible.

Está bueno este, “Boca con rabia nunca será sabia”. En la misma línea, “Quien habla con ira convierte verdades en mentiras”.

Esta como que pasó de moda, “La letra con sangre entra”.

Del capítulo El destino me llama la atención, “Quien no cae no se levanta”. Hay que ir adelante, pues cayéndote aprenderás a levantarte.

“Hay que perderse para conocer el camino”. Tendrá que ver con, “Para de verdad aprender algo, enséñalo”.

Y que tal este, “La suerte de la fea la bonita la desea”.

En definitiva, un libro de un hombre sabio, como es Gastón Soublette, que nos enseña de la sabiduría popular encerrada en sus refranes.

jueves, septiembre 25, 2025

Libro El Aleph de Jorge Luis Borges

Jorge Luis Borges nació en Buenos Aires, un año antes del 1900 y murió a los 87 años. Escritor, poeta que fue quedando ciego a medida que transcurría su vida. Fue Bibliotecario (se lo debe haber leído todo) y no le dieron el premio nobel según he leído por ahí, porque aceptó una invitación del dictador Pinochet y almorzó a solas con él.

El Aleph es un libro de 17 historias breves, siendo la última, El Aleph.
La imaginación de Borges es inconmensurable. La mayoría de estos cuentos son imaginería fantástica.
El primero de ellos, El inmortal, se trata de un tribuno romano, de la época del emperador Diocleciano, que se entera de que si toma del agua de un río, se hará inmortal.
En el camino a este río se encuentra con unos tipos, uno de los cuales se le apega como un perro, al que llama Argos, que es un total desmotivado. Se entera ya al lograr él tomar de esa agua, que ese Argos había escrito la Odisea y que ser inmortal era lo peor, la total pérdida del sentido. Busca el río con el antídoto y finalmente logra volver a ser mortal.

El Zahir es otro cuento, que trata de un tipo que recibe en una transacción una moneda, el zahir, que cuando la ve, se instala en su memoria de una forma que no se la puede sacar más. El tema es la obsesión, que a muchos de nosotros en alguna etapa de nuestra vida nos puede pasar, que algo o alguien se nos instala en la memoria y no nos la podemos sacar más, ni de día ni de noche.

El muerto, es otro cuento, en que un joven de Buenos Aires comete un crimen a temprana edad. Arranca a Uruguay y ahí busca alistarse en una banda de contrabandistas que traían mercadería desde Brasil.
Lo logra y empieza a hacer una carrera en que empieza a sentir la ambición de ser él el poderoso. Lo va logrando, usa el caballo del jefe que anda lejos, se acuesta con su mujer, se gana la confianza de alguna de su gente en algunas acciones, hasta que al final se da cuenta que todo era una trampa, que lo tenían cachado y el cuenta termina en una humillante escena en que lo ejecutan.

En otro cuento, un bárbaro lombardo, se encuentra atacando la ciudad de Ravena, en el norte de Italia, en la antigüedad y al quedar deslumbrado con la maravilla de la ciudad romana, decide cambiarse de bando y muere en la confrontación.
Más adelante en el relato, es una mujer blanca, que en su juventud es capturada por los indios y se cría entre ellos. Un día llega a la capital, sola, una mujer de alcurnia se apiada de ella y la invita a volver a la gente de donde procede. Pareciera que lo piensa, pero desiste y vuelve a “los suyos”.
De dónde somos y a qué pertenecemos parece ser el tema que intriga a Borges.

El Aleph parece ser el cuento más loco de todos. Borges tuvo un amor en su juventud, un amor que lo transportó al paraíso y que de la noche a la mañana, al ir a una fiesta con ella, esta se fascina con otro hombre y abandona a Borges. En el cuento esta es Beatriz, a quien el personaje siempre amó. Ha muerto y él visita a la familia todos los años en la fecha de su cumpleaños. Ahí se encuentra con un primo de Beatriz, con el que va construyendo una relación. Un día este lo llama desesperado, van a demoler su casa, donde se encuentra un objeto preciado, el Aleph. Es como un bolón de cristal, de esos con los que uno jugaba a las bolitas cuando chico, que al plantar la vista sobre él ves toda la humanidad, pasado presente futuro, y todo al mismo tiempo y desde todas las perspectivas. es como la mirada de Dios. Borges se interna en la oscura escalera que va al sótano en qué está y siempre ha estado prohibido ir y zas, recostado en los últimos peldaños, Borges, lo ve. Y ve el universo en un solo golpe de vista. Queda deslumbrado.
Salen de ahí, se van y demuelen la casa. Nunca más se supo.

Borges era un loco maravilloso, ratón de biblioteca, erudito hasta decir basta; con una imaginación insuperable.
Agradezco haberme cruzado con este autor.
Y agradezco a la inteligencia artificial, que me ayudó a entenderlo.

lunes, septiembre 22, 2025

Coaching en IA – Fase 2: Implementaciones Prácticas

Vivimos un cambio de época. La inteligencia artificial ya no es una promesa futura: está aquí, disponible, y puede multiplicar tu productividad y creatividad. Lo que antes tomaba dos horas, ahora se resuelve en diez minutos. Incluso aquello que jamás habías considerado hacer, hoy lo puedes lograr con facilidad y resultados sorprendentes.

Este programa es la segunda fase de mi servicio de Coaching en Inteligencia Artificial. Está pensado para quienes ya tuvieron una primera aproximación y ahora quieren ir más allá, aplicando la IA en su vida diaria, en sus proyectos y también en su entorno profesional. La idea es acompañar a los participantes en la implementación práctica de la IA, descubriendo usos personalizados que aumenten su productividad, que potencien sus talentos e intereses y que, además, generen impacto positivo en la comunidad.

La metodología es simple: aprender haciendo. Cada sesión se vive con ejercicios prácticos, explorando herramientas como ChatGPT, Gemini o la creación de GPTs propios, y siempre dejando espacio a la imaginación. Porque tan importante como saber usar la tecnología es preguntarse para qué la vamos a usar. Conversar con un sabio de la antigüedad, diseñar un agente a tu medida o imaginar qué harás con el tiempo libre que la IA te regale, son parte de la experiencia.

En cuatro encuentros de una hora vamos recorriendo este camino. Primero mapeamos tu territorio personal, identificando tus tareas, intereses y habilidades para ver dónde la IA puede aportar más valor. Luego pasamos a la práctica directa, aprendiendo a usarla como copiloto en la redacción, en el aprendizaje guiado y en la exploración creativa. El tercer paso es crear tu propio asistente, un GPT adaptado a tus necesidades o a las de tu equipo. Finalmente, cerramos con una reflexión sobre el futuro: cómo aprovechar el tiempo que la IA libera, cómo darle propósito, incluso pensando en escenarios como el Ingreso Básico Universal.

El programa incluye material complementario y se puede realizar de manera presencial o, eventualmente, online. Más allá de la forma, lo que importa es el resultado: al final habrás implementado la IA en actividades concretas de tu vida personal y profesional, habrás diseñado tu propio asistente, descubrirás nuevas formas de aprender y producir, y abrirás la puerta a proyectos que trascienden lo meramente productivo.

No es un curso técnico, sino una experiencia transformadora. Lo haremos bajo la premisa de que no lo sé todo, pero aprenderé haciéndolo. Y esa, quizás, sea la mejor manera de entrar en esta nueva era de la inteligencia artificial.

sábado, septiembre 20, 2025

Del PIB al MIND: repensar el tablero de la civilización

La historia de la humanidad podría describirse como una sucesión de tableros de control. Durante siglos, las religiones, los imperios o las ideologías fueron las brújulas que nos guiaron. En la era moderna, el PIB se erigió como el indicador supremo: producción, consumo, actividad. Una cifra que, con frialdad contable, pretendía medir el bienestar humano. Pero ¿acaso lo logra? ¿Podemos reducir la vida, con toda su densidad, a un número?

Emad Mostaque propone reemplazar este panel agotado por otro que llama MIND, un acrónimo que sugiere una brújula más integral para los tiempos que vienen:

M: Materia, lo tangible, aquello que sostiene la vida.
I: Inteligencia, las ideas, el conocimiento, la imaginación.
N: Networks, las redes humanas, los vínculos, las relaciones que nos constituyen.
D: Distribución, ampliar nuestra base de sustentación en las diversidad de valores

El capitalismo, tal como lo hemos conocido, muestra grietas irreversibles. El trabajo humano, columna vertebral de identidad y sustento durante generaciones, comienza a ceder su lugar. Las inteligencias artificiales no solo reemplazarán tareas: configurarán nuevas economías, nuevos órdenes sociales, nuevas formas de valor.

Cada persona tendrá, más temprano que tarde, un agente de IA personal: un compañero digital, una especie de extensión de sí mismo. Y con ello, el dinero —esa convención tantas veces incuestionada— deberá repensarse. Quizá se nos pague no por producir, sino por ser humanos y contribuir al bien común, con IA como mediadora y garante de esa redistribución.

Nos encontramos ante un parteaguas histórico. La IA no es una herramienta más; es un cambio de juego, un acontecimiento civilizatorio.

Y entonces, ¿Qué nos queda?
Quedan tres tareas radicalmente humanas:

  1. Ampliar nuestras redes de relaciones. Porque los vínculos seguirán siendo la trama donde se juega el sentido de vivir.
  2. Conocer y usar la IA. No como amenaza, sino como aliada; aprender a dialogar con ella es aprender a dialogar con el futuro.
  3. Revisar nuestra identidad. Pues el trabajo dejará de ser la base de quiénes somos. Habrá que reinventarnos más allá de la ocupación, recuperar una noción de identidad que se sostenga en el ser, y no solo en el hacer.

El viejo tablero del PIB se agota. El MIND aparece como una propuesta aún incipiente, pero cargada de intuición: la materia, la inteligencia, las redes y la distribución como brújula para un mundo que ya se está gestando.

La pregunta es inevitable: ¿tendremos la valentía de dejar atrás las seguridades de lo conocido y atrevernos a habitar el territorio inexplorado de lo que viene?

sábado, septiembre 13, 2025

Libro Café y cigarrillos de Ferdinand Von Schirach

Ferdinand Von Schuirach, aparte de ser un connotado escritor alemán contemporáneo, es un abogado criminalista.
Este libro está conformado de 48 breves relatos, que son como pantallazos de escenas de la vida común y silvestre de cualquier ser humano.

El mismo escritor está sentado en un café en algún pueblo de Europa, solo. En una mesa cercana dos mujeres de edad conversan en alto volumen, pues ya han de estar algo sordas. Hablan nimiedades; él las relata con cierto detalle. De repente se van. Él pide la cuenta y parte. Un perro le llama la atención por su lengua colorada.

Un preso espera su turno para ingresar a sala ante el juez. Fuma siendo que hay claros carteles que prohíben fumar. El gendarme que lo cuida lo mira y le hace un gesto hacia los carteles, que él ignora. Ante la insistencia le dice, qué vas a hacer, me vas a meter preso ?

Pienso que yo podría relatar el cumpleaños de ayer de mi madre que está cumpliendo 97 años, de una manera similar. Sería un relato de breves interacciones, cosas que me llaman de repente la atención y vuelven a mi memoria, como la conversación con Manuel, mi tío de sobre 90 años, que me dice que al estar quedándose dormido viaja al fundo Canadá, de nuestra mutua infancia, que él ha intervenido haciendo construcciones, caminos, puentes. Yo en cambio, solo voy a esa hamaca que está en el jardín, me acuesto en ella mirando a la casa, más arriba desde mi posición acostada, la laguna, y voy cerrando los ojos y me voy quedando dormido, relajado.

La mujer de un sencillo trabajador, lo engaña con un empresario. La cosa se va complicando y un día este hombre los pilla y mata al empresario. Contratan a un abogado de otro pueblo, de algún renombre, que se aloja en el mejor hotel y todos los días come langosta con arroz. Para la defensa lee a Heisenberg y Kant que desafían las ideas principales que tenemos de la realidad. La realidad no existe, solo existen perspectivas desde el observador que es cada uno. No recuerdo, lo más probable es que no, si esto le sirve para algo en las audiencias.

Lars Gustafsson un escritor sueco. Escribe un libro titulado Los tenistas. Le han ofrecido un trabajo en Austin, Estados Unidos donde se transforma en un gran tenista. De hecho Gustafsson, a quien fue a escuchar el autor de este libro al pueblo Constanza, de Europa, mientras presenta el libro, lo aborda y lo invita a jugar tenis, cosa que acepta. Después se van a bañar y a comer; conversan. Le cuenta de una vez que va a un pequeño pueblo a presentar su libro y había solo un espectador, muy serio, sentado. Hace toda la presentación solo para esa persona, la que al final le aplaude. Finalmente se para y pasa a ser el siguiente expositor, que pasa adelante a hacer su presentación. El autor se va, mira a una mujer en el balcón de su hotel. Está desnuda y de repente un hombre emerge por la ventana, la toma de los pechos y ambos entran a la pieza, ella sonriente.

Un hombre bien trajeado pide el precio para su almuerzo, de los médicos a la cajera de la cantina del hospital, donde los productos tienen un precio inferior para los funcionarios del hospital. La mujer lo mira con extrañeza pues no lleva ninguna indumentaria de los funcionarios. Vengo a dar una charla de urología, le dice. Ella sospecha que es otro loco del lado de psiquiatría. Se empina y ve que lleva zapatillas de tenis. Le niega la solicitud hasta el final. Después lo verá en una pantalla a la entrada del hospital y lo busca en Wikipedia, donde cuentan que suele usar zapatillas, por razones de salud. Ella termina persistiendo que no se ha equivocado.

Suma y sigue. Un libro ameno, muy adecuado para salas de espera, en vez de los reels de Instagram.

jueves, septiembre 11, 2025

Libro El rigor de los ángeles de William Egginton

William Egginton es un crítico literario y filósofo norteamericano contemporáneo. Este libro publicado en marzo de este año es, desde mi perspectiva, un acierto literario y científico.

William Egginton
Conversan de similares temas, Zenón y Parménides con Sócrates, Kant, Heisenberg y Jorge Luis Borges; y el tema es la realidad. Cuánto tenemos acceso a ella.
Al final de cuentas, con la irrupción de la mecánica cuántica, descubierta por Heisenberg el año 1925, quedó instalado que una cosa es la realidad y otra la idea que nos hacemos de ella.
Einstein había desbaratado años antes (1905), que el espacio y el tiempo fueran variables absolutos e independientes. Para un sujeto sentado arriba de un fotón el tiempo está detenido, al ir éste a la velocidad de la luz. El tiempo transcurre distinto según el sistema de referencia en que uno se encuentre.

Cómo conocemos la realidad es un tema que viene de los griegos, de ahí la presencia de Zenon, Parménides y Socrates, que todo lo cuestiona a base de preguntas.
Con descartes, aparece la duda y la razón. Es Kant el que da el contundente golpe con la Crítica de la razón pura, su gran obra, que lo más genial, cuando salió, nadie la entendió.

Desde la mirada de hoy lo más impactante es el aporte de Heisenberg, en esa isla ventosa, donde ningún polen irritaba sus alergias, en que ayudado por las matemáticas dio con su solución a cómo se nos da la aproximación a lo que es la realidad a los niveles más pequeños de átomos y electrones.
La cosa es que la posibilidad de saber la verdad de cómo es la cosa a nivel subatómico, se nos desbarata, es imposible. Y eso, demostrado científicamente.

El mundo a nivel macroscópico, que es donde la teoría de la relatividad especial y general de Einstein opera, todo fluye con suavidad en forma continua. En cambio a nivel de las partículas elementales, la continuidad se pierde. Los átomos no son cosas ni objetos. Entonces que son, preguntará alguien; no tenemos el término adecuado dirá Heisenberg.
Aún más, cuanto seamos capaces de acceder a la realidad estará determinada por la relación entre el observador y la cosa observada; la relación es determinante.

Borges es un caso aparte. Su presencia en el libro tiene que ver con la imaginación que despliega en sus obras. Si, quedé con ganas de leer a Jorge Luis Borges.
Tuvo un traspié amoroso en su juventud, que lo devastó. Estaba en la gloria, enamorado y en una fiesta a la que llegaron juntos, ella se fue con otro; y eso sería. Incluso pensó en suicidarse.
De ahí para adelante su imaginación explotó.
En la Edad Media cuando las personas miraban el cielo estrellado, sentían que miraban para adentro del mundo, como si viviéramos en una mega esfera por su interior. Cambió el paradigma y ahora al mirar el cielo estrellado sentimos que miramos para afuera, a un espacio infinito
Borges se imagina una biblioteca como un espacio infinito de libros y piezas llenas de libros, en que donde quiera que estabas parado, estabas en el centro del universo. Dante creó un infierno parecido.

Ahora, espacio y tiempo son una dupla inseparable. El universo partió “con el tiempo”. El observador que somos es parte del experimento de observación.
La realidad no solo se nos fue de las manos, sino que el libre albedrío quedó medio en jaque y por lo tanto la responsabilidad de nuestros actos, al menos quedó en veremos.
El mundo no puede estar más inestable. Lo cual me parece coherente con la realidad, al menos la que yo observo.
Un libro fascinante, como dice el físico Carlo Rovelli

lunes, septiembre 01, 2025

Las cosas que he ido aprendiendo como Coach en IA

Llevo varios meses dedicado a un oficio nuevo: Coaching en Inteligencia Artificial (IA).
En este tiempo ya he trabajado con cerca de 40 personas. Lo curioso es que partí confesando algo: yo no sabía demasiado de IA, pero quería aprender haciéndolo. Y vaya que he aprendido.
Hoy me siento con ganas de detenerme un momento y preguntarme: ¿qué he descubierto en este camino?


Cada cliente, una ola a surfear

Una de las primeras cosas que noté es que las personas llegan con sus propios territorios, inquietudes y preguntas. No todos buscan lo mismo, y en cada conversación me toca surfear olas distintas.

He debido escuchar con empatía y respeto, dejándome llevar por los mundos de los demás, y desde ahí descubrir juntos cómo la IA puede serles útil.
No se trata de dictar un manual técnico, sino de acompañar la travesía de cada persona. Así, cada cliente se transforma en un maestro y cada sesión en una pequeña aventura compartida.


Tres grandes frentes que emergen

En este recorrido he identificado tres ámbitos donde la IA aparece con fuerza:

  1. El uso personal: cómo integrar la IA en la vida cotidiana para apoyar rutinas y decisiones.

  2. Los procesos empresariales: la IA que se incrusta en flujos de trabajo, procesos, con agentes y orquestadores que amplían lo que hacen los modelos de lenguaje.

  3. La transformación social: los cambios profundos que ya asoman en educación, democracia, salud y muchos otros dominios.

Moverme entre estos tres frentes ha sido como recorrer un mapa en expansión: la intimidad de la vida diaria, la productividad de las empresas y las preguntas mayores sobre el mundo que viene.


La IA gatillante de nuevos emprendimientos

Otro descubrimiento apasionante es que la IA está abriendo espacio a la invención de nuevos oficios y emprendimientos.

Yo mismo lo viví cuando, tras escuchar al CEO de Perplexity, Aravind Srinivas, hablar de IA, transformé esas notas en una propuesta comercial con ayuda de ChatGPT… y en pocos días tenía seis clientes.

O cuando probé un generador de cuentos de Gemini (el Gem Storybook) y vi lo sencillo que sería montar un negocio de libros personalizados para niños.

La IA no solo es una herramienta: es un catalizador de creatividad y oportunidades.


IA como creadora de comunidades

Y hay algo más que se asoma con fuerza: la IA no solo potencia individuos, también puede tejer comunidades.

Me imagino dentro de las empresas formando grupos pequeños de ejecutivos o profesionales, simplemente para conversar sobre IA. Que se conozcan, se entusiasmen juntos, intercambien ideas y aprendizajes.
Un espacio donde yo aporte desde mi experiencia como coach, pero sobre todo donde nazca esa chispa colectiva de curiosidad y colaboración.

Así, la IA deja de ser un tema técnico y se transforma en un punto de encuentro humano, un lugar donde se comparten descubrimientos y se construyen vínculos.

Y para terminar

Miro hacia atrás y siento que la IA me ha enseñado más de lo que yo enseño. He aprendido a surfear olas humanas con esta nueva tabla tecnológica.
He visto cómo abre posibilidades personales, empresariales y sociales. Cómo inspira nuevos oficios. Cómo puede encender comunidades.

Y presiento que este camino recién comienza. Que las olas que vienen serán aún más altas y sorprendentes.