martes, mayo 15, 2007

TranSantiago, síntoma de una crisis mayor

Estoy preocupado, estoy muy preocupado.

Mis hijos llegan todos los días contando, malhumorados, las historias del día con el transporte público. Estuvo nuevamente una hora y media en la Escuela Militar esperando la micro, la que pasaba muy a lo lejos y completamente llena. La gente furiosa en los paraderos, se suben por cualquier parte, están rompiendo la puertas. El otro día me decía mi hija, una señora agarró a cachetadas al chofer.

La gente ya no paga en las micros y eso que a los choferes empezarán a pagarles por "boleto cortado", osea, por pasajero contabilizado y pagado por el maravilloso sistema electrónico.

Dos veces esta semana el Metro ha colapsado, quedando detenido entero, porque pareciera, que la gente está rompiendo las puertas y al no poder cerrar las puertas no puede partir y ojo, no puede partir TODO el Metro.

Bueno, cuando esto ha pasado cierran las puertas del Metro y la ciudad se inunda de peatones que pareciera empiezan a pasar de la resignación a la furia.

La gente está al límite, me da la impresión. Lo presiento como un polvorín que puede estallar por cualquier lado. Y nunca faltan los que ven en el caos una oportunidad del tipo que sea, política, delictiva, y deben estar pensando.

Después de haber terminado de leer el libro de Claudio Naranjo, "Cambiar la Educación para Cambiar el Mundo", no puedo hallarle más razón. Cuando veo a nuestros próceres, en Hacienda y a cargo del TranSantiago, representantes de la Inteligencia, la Academía, el racionalismo, la tecnología, la ingeniería de sistemas, la gestión, presiento que estamos en una crisis mayor, una crisis de una época, de una manera de ser, de una manera de pensar, de una manera de hacer las cosas. No es por ahí.

Tengo la sensación que hemos descuidado a la persona y tenemos que repensarlo todo, partiendo por la manera que nos hemos y seguimos maltratándo, con la manera en que nos educamos y de ahí parte todo lo demás. Un mundo donde la persona pasó a ser mercadería de mercado, objeto de transacción y mientras mas barata mejor.

Hay que ponerse a pensar, a conversar. Y sabes, hoy tenemos mas herramientas, como esta, de los blogs. ¿ No te parece ?

3 comentarios:

  1. Anónimo11:24 p.m.

    Convengo plenamente con tu análisis.Esta situación puntual y otras no menores como la responsabilidad penal juvenil nos está mostrando que hemos perdido la brújula como sociedad al no pensar y priorizar en las necesidades de las personas y al no considerar la complejidad de lo humano, terminamos en decisiones que más temprano que tarde devienen en situación aún más problemáticas. Necesitamos implementar como sociedad políticas más sistémicas que acogan la complejidad de la realidad y un conocimiento muchísimo más profundo de los contextos que se pretende intervenir.
    Ana Contreras M (psicóloga)

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  2. Me parece .....

    Aunque en un post de mi blog dije que el 30 de junio parecía una fecha razonable para volver a evaluar esperando que todo haya mejorado, pareciera ser que se puede anticipar ya un fracaso (algunos han dicho que esto ya está muerto). Hay que fijarse que en la crítica permanente, desde que partió el proyecto, inicialmente se ha dado énfasis a lo obvio, la mala planificación de los recorridos, frecuencias que sólo son un concepto, incomodidades, aumento de incidentes en el Metro, etc., pero después de un tiempo están surgiendo otros enfoques respecto de este escándalo y me parece interesante dar mayor realce a lo que tú Gabriel, nos has dicho esta vez: la pérdida de la humanización (de la cual tenemos como ejemplo, este numerito de las autoridades).
    Los ejemplos son variados, las decisiones tomadas como parche traen otros coletazos, porque es notorio que ellas son tomadas en medio del caos, en donde las búsquedas de culpables ni el decir que los privados no han cumplido su parte (M.Bachelet) ayudan a solucionar nada.
    La pérdida de calidad de vida es grave. En mi caso personal, aparte de que debo luchar contra las oscilantes frecuencias de los alimentadores, en la estación de metro cercana, veo pasar hasta 5 trenes antes de subirme apenas al 6º, muchas veces me he salido de la estación para tomar la otra panacea, los buses clones, el caso es que tomo los que van por V. Mackenna hasta Plaza Baquedano y ahí uno puede ver escenas del pasado, tacos de 3 cuadras de largo, buses sin avanzar, contaminando en serie, un desastre. En mi calidad de reportero ciudadano tomé este video con el celular (un poco pixeleado, pero igual sirve), las imágenes hablan por sí solas, el tramo entre Diagonal Paraguay y Plaza Baquedano, una cola enorme con buses que se demoran hasta 15 minutos en cubrir esas 3 cuadras.
    La verdad es que el tema es tan complejo, que no puedo imaginarme la cara de la presidenta el próximo lunes en el congreso.

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  3. Lo primero que hay que hacer es dejar de lado el orgullo político y los intereses económicos, para ponernos al servicio del la solución.
    un abrazo.

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