lunes, junio 17, 2024

Libro G3 Honor y traición de Claudio Crespo

Claudio Crespo es un carabinero de las Fuerzas Especiales de Chile, que le tocó vivir día a día lo que pasó en el epicentro del estallido social, que ocurrió a partir del 18 de octubre de 2019.

Todos los días, contados uno a uno, le tocaba estar temprano en la periferia de la plaza Italia o plaza Baquedano de Santiago. Un punto neurálgico de las comunicaciones viales de la ciudad.
Hacia ese sector convergían multitudes de jóvenes, bien premunidos del equipo para la batalla que emprenderían contra carabineros de Chile.

Era una batalla campal. Pocos carabineros, muchos jóvenes violentos. Por un lado eran piedras que obtenían de donde fuera, destruyendo veredas y soleras, bombas molotov, boleadoras con piedras o bolas de acero, resorteras u ondas, fuegos artificiales.
Los carabineros disponían de unos camiones lanza agua vencidos en su fecha de caducidad, bombas lacrimógenas y escopetas con balas de goma. Estás últimas fueron eliminadas en una determinada fecha, por no atenerse a los estándares de ausencia de metales.
Las lesiones tanto a Claudio Crespo como a sus colegas eran diarias y a veces inmovilizantes.

Recorrer las páginas de este libro es agotador, una fracción en todo caso de lo que debe haber sido para Claudio Crespo y sus compañeros de trabajo.
Insertos en una institución con régimen militar de órdenes de arriba a abajo, debían atender todas las demandas que recibían por la radio, sin chistar.
Los revoltosos que lograban capturar y entregar a los juzgados quedaban en libertad rápidamente.
En cambio el trato de la justicia era groseramente inequitativo. Y el apoyo institucional hacia ellos, tendiente a cero.
Nuestro protagonista, quien escribe el libro mientras está en prisión, se pregunta una y otra vez cómo se explica todo esto. Porque todo contra carabineros y escasamente escuchaba algún grito demandando ajustes sociales.

La mejor explicación que encuentra Claudio Crespo la encuentra en la voz del excandidato presidencial Marcel Claude, aledaño al partido Humanista, que dice que se necesita una revolución, que empieza por la primera línea contra carabineros y la PDI. Luego sigue la segunda línea contra la Moneda y el Parlamento. Y la tercera línea de batalla, son los dueños del capital, donde está el verdadero poder, los Luksic, los Matte, los Angelini.

Y se han ido infiltrando en la justicia, claramente, le toca duro a Claudio Crespo, por el mecanismo que sea, alterando videos, falseando testimonios, todo para apresar a los líderes de la primera línea de los carabineros.
El poder judicial claramente infiltrado.

Bueno, a Claudio Crespo se le viene encima todo ese poder tras bambalinas. Lo echan de la institución de carabineros y después lo acusan injustamente de haber dejado ciego a un joven qué .. solo sacaba fotos por el sector. Hay videos qué demuestran lo contrario, pero lo obvian una y otra vez.
Hasta que se demuestra que el elemento que penetra el ojo del joven venía de otro lado de donde estaba parado Claudio Crespo con su gente.
Igual pasa 14 meses privado de libertad, pasándolo pésimo.

Finalmente y sorpresivamente, lo dejan libre y entiendo que el juicio definitivo en su contra aún no se finiquitaba al terminar el libro.
Un libro agotador, exasperante, de un profesional de los servicios del orden público, realmente comprometido, que sacrificó a su mujer e hijo, por estar al pie del cañón en toda esta trifulca que aún no logramos entender.

6 comentarios:

  1. Anónimo11:48 a.m.

    Que bueno que hayan narraciones "desde el otro lado", que se plasmen las vivencias de los que cumplen órdenes de protección a la población. Fueron lamentables y sorprendentes las consecuencias de los balines, nadie sabía su enceguecedor poder ni que iba a haber tal caos. Las armas nuevamente muestran su daño para el que las usa y para el que las recibe. Ojalá se recupere Claudio, escribir es sanador

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  2. Excelente comentario del libro, una parte de la realidad que "no se trata" como diria Bañados... gracias!
    Respecto del comentario anterior, todas las armas son para infringir daño, esa es la obviamente idea, no son armas letales y no lo fueron... es obvio que la gente que quedó ciega se EXPUSO VOLUNTARIAMENTE a sufrir ese daño... las molotov y las piedras (de buen tamaño) y lanzadas con hondas, tambien eran para infringir daño, incluso una honda tiene mas precisión que una escopeta, cuyos perdigones se expanden... hace poco un tribunal en España, en un caso similar, declaró que el "manifestante" fue el responsable por exponerse a la accion legitima de la policia en el resguardo del orden publico... lo increible es que aca hay muchos que piensan que esa gente tiene derecho a manifestarse de esa forma y no lo tienen, la violencia que recibieron fue una respuesta legitima a la violencia que ellos infringieron sobre funcionarios del estado, nunca debieron se indemnizados con los impuestos de todos, una verguenza.

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  3. Anónimo3:41 p.m.

    Falta agregar el caso Campillay que huele raro y el caso del chico del puente Pío Nono... todo oscuro y hediondo

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    1. Anónimo10:28 p.m.

      en el caso Campillai tambien hay un libro, se llama "infamia"... aqui les comparto una entrevista del autor que lo escribe con la informacion de Maturana y detalles del juicio... esperemos el comentario de Gabriel...
      https://www.facebook.com/laveredacl/videos/1273776316919590

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  4. Anónimo8:57 a.m.

    Si esto ocurre en la capital de Chile, en el centro del centro, a vista y presencia de las máximas autoridades del país, ¿que se podrá imaginar uno de lo que aconteció y acontece en las zonas extremas?
    Cientos de inmigrantes marginales ingresando a borbotones, … sin recursos, sin trabajo, sin esperanzas, … siendo su opción de sobrevivencia delinquir, …. Ayer asaltaron a mi consuegra, en presencia de los niños, la golpearon y le robaron el auto, esto es uno más de las decenas de asaltos que ya no constituyen noticia.
    Un país a la deriva y corrupto. Si antes había poca asistencia a los desposeídos, hoy no hay ni siquiera esperanzas. Sin instituciones que representen una reserva moral.
    Chile un bote que hace agua, … Claudio Crespo uno más de los que estamos abordo.

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    1. Anónimo5:15 p.m.

      todo esto va a comenzar a mejorar cuando tengamos la voluntad de entender que hay una cantidad de gente (no menor) que por años se ha esforzado, en forma organizada y perseverante, para ir destruyendo paso a paso el sistema economico, politico, judicial, castrar las fuerzas de orden, etc... para crear pobreza, descontento social y odio de clases, el cual saben canalizar para levantar desde ahi sus revoluciones, llegar al poder total y quedarse ahi a perpetuidad... lamentablemente esta gente tiene un siglo de experiencia, es experta en controlar masas, manipular las emociones humanas y reclutar a mucha gente que tiene basicamente buenas intenciones... la juventud y la batalla cultural es la unica esperanza que nos queda...

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