Este librito de Hannah Arendt trata de los refugiados, los inmigrantes, los apátridas.
Ella fue todas esas cosas, intensamente, y en cuanto a lo de apátrida, durante 18 años.
El gobierno nazi, después de haberla detenido, siendo ella muy joven, como 8 días tras las rejas, la sueltan y escapa con su madre Martha, con destino a París. Por esa fecha, los nazis le quitan la nacionalidad. Ella era judío-alemana. Era la alternativa a morir en la cámara de gas, como fue el fin de muchos de sus amigos y parientes. Atroz.
Leyendo este libro me doy cuenta que ponerse en los zapatos de esta gente, es un ejercicio importante de humanidad.
Hoy vivimos el tema de las inmigraciones en forma descontrolada. Es gente que arranca de regímenes autoritarios, donde las posibilidades económicas suelen ser factor, como también el hecho de ser opositor.
El Estado nación es un constructo social, que incluye a todos los, se supone, nacidos en su territorio. Nación viene de la palabra “nació”.
El mundo se dividió en naciones y se habla de la familia de las naciones.
Y qué pasa con los que por las razones que sean, deciden irse de donde nacieron, a buscar mejores horizontes ?
Intentarán por todos los medios de mimetizarse con los connacionales del territorio adonde llegan. Tratarán de hablar rápidamente el idioma local y adquirirán sus costumbres. A veces lo lograrán y a veces no tanto. Incluso puede qué quieran emigrar a otro lugar y todo de nuevo.
Purgatorio, son los campos de concentración como los de Rusia, donde se los usaba como mano de obra esclava, desconectados o incomunicados de todos sus relaciones.
Y los peores, son los campo de concentración nazi, a los que llama infierno, pues la idea es que estén poco tiempo ahí y se vayan lo antes posible a las cámaras de gases, para su eliminación. Atroz.
Hannah Arendt hace un reclamo político, ya que estas personas, en la condición de refugiados, no tienen ciudadanía, y por ello no tienen los derechos del ciudadano. Pero tampoco tienen personalidad jurídica que los proteja con los derechos humanos. Quedan fuera de todo y sujetos a todo.
En el caso de los inmigrantes alemanes durante la segunda guerra mundial, la gente que se fue a EEUU por ejemplo, eran una vanguardia en muchos sentidos. Era gente sobresaliente, caso también el de Hannah Arendt, a la que el año 1951, le darán la nacionalidad norteamericana.
Este libro, me situó en la realidad de los inmigrantes, de los refugiados, incluso de los apátridas, condición a la que en estos días el gobierno de Venezuela, quiere quitar la nacionalidad a todos los que abandonaron la patria de Venezuela bajo la dictadura de Nicolás Maduro.
Un libro que me sensibilizó y me hizo pensar en la ausencia de una legalidad internacional, que proteja a los de paso o recién llegados.
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