sábado, octubre 25, 2025

La Caja de Marco Antonio Palma: el arte de resguardar el misterio

Hay regalos que no se abren.
No porque no se pueda, sino porque no se debe.
Hace un tiempo, mi amigo Marco Antonio Palma, artista y poeta del silencio, me regaló una caja: de madera noble, bien construida, dentro de la cual asoman los bordes de unas hojas que parecen acuarelas. Pero no se puede ver qué representan. No hay vidrio, no hay marco, no hay firma visible. Solo una caja cerrada.

Hace unos días me envió un texto donde cuenta cómo nació esa obra.
Y al leerlo, entendí que no me había regalado una pintura, sino una pregunta.


El árbol sin raíces

Todo comenzó —me dice— con un árbol que crece desde el agua del lago Villarrica. Un árbol desarraigado, que surge desde el fondo líquido como si se negara a morir.
Marco Antonio lo fotografió durante días: al amanecer, al atardecer, con sol o con niebla. Luego trató de pintarlo, pero algo no le calzaba. “Pintar un árbol como siempre, aunque saliera del agua, no me hacía sentido”, escribe.

Hasta que dio con una intuición poderosa:
el árbol debía ser un vacío, un espacio en blanco rodeado por el paisaje.
Así hizo más de treinta acuarelas donde el árbol no está, pero su ausencia lo define.
Una metáfora perfecta de nuestro tiempo: buscamos raíces y, sin embargo, flotamos.


La caja como gesto

Con el paso de los años, las acuarelas pidieron una casa.
Marco Antonio pensó en marcos, en paspartús, en vidrios protectores… pero nada lo convencía. Hasta que un día decidió hacer cajas.
Cajas que se pueden abrir o cerrar.
Cajas donde la pintura puede estar visible o guardada.
Y luego, en un gesto aún más radical, decidió cerrarlas herméticamente, sin posibilidad de abrirlas.

Ahí su arte se convirtió en pensamiento.
La caja cerrada es una resistencia a la sobreexposición, un acto de rebeldía frente a esta era en que todo debe mostrarse, en que la intimidad se volvió espectáculo.
Marco Antonio lo dice sin ambages:

“Parece que si no somos vistos, no existimos. Lo increíble es que hay una necesidad de ser vistos en la intimidad. Y lo que se muestra, siempre deja algo escondido.”

Su obra se sitúa justo ahí: en ese límite entre lo visible y lo invisible, entre lo que se revela y lo que se protege. La caja es un templo doméstico, una suerte de arca, donde lo sagrado —lo personal, lo irrepetible— se resguarda del ruido del mundo.



El arte como refugio del alma

Hay algo profundamente espiritual en su reflexión.
Marco Antonio evoca el Templo de Salomón, el sagrario, los cofres antiguos donde las abuelas guardaban prendedores o cartas. En todas esas formas hay una misma pulsión: proteger el misterio.

Y se pregunta:

“¿Hay algo sagrado para nosotros hoy? ¿Necesitamos resguardar algo significativo? ¿Resguardarnos a nosotros mismos?”

No busca respuestas inmediatas. Sabe que el sentido, como dice, “cae cuando tiene que caer”.
Mientras tanto, sus cajas permanecen ahí, cerradas, esperando el momento de ser vistas o comprendidas.


Mi lectura personal

Cuando leo a Marco Antonio y miro la caja que me regaló, siento que me está entregando algo más que una obra: me está confiando un símbolo.
Esa caja es, también, mi propia caja interior.
Es el espacio donde guardo lo que no puedo decir con palabras, lo que quiero proteger del ruido y la velocidad.
Y me hace pensar que cada uno de nosotros debería tener una caja así: un refugio para lo sagrado, para lo que no queremos mostrar pero tampoco perder.

Tal vez el arte de Marco Antonio nos recuerda justamente eso:
que hay belleza en lo oculto, que el misterio no es un defecto, sino una fuente de sentido, y que no todo lo valioso necesita ser visto para existir.


Epílogo

Marco Antonio termina su carta contándome otra obra suya:
un gran tronco de eucalipto que cortó en siete pedazos, en cuyos interiores pintó junto a su esposa e hijos. Luego los volvió a ensamblar, dejando espacios entre las piezas. La llamó El Arca.

Ese gesto resume toda su poética: lo visible es apenas la piel de lo invisible.
Y el arte —como la vida— es ese intento siempre incompleto de resguardar lo que amamos antes de que se lo lleve el tiempo.


Gracias, Marco Antonio, por recordarnos que en un mundo que todo lo muestra, aún hay lugar para el silencio, para la contemplación y para lo sagrado.

sábado, octubre 18, 2025

Libro El Anticristo de Friedrich Nietzsche

Una lectura peligrosa

No te recomiendo leer este libro. Te podría perturbar.
Y quizás ese sea, justamente, su propósito.

Nietzsche no escribe para consolar, sino para incendiar. El Anticristo es una descarga eléctrica contra la moral tradicional, una demolición del cristianismo y de todo lo que —según él— niega la vida.

Su desprecio no es por la humanidad entera, sino por la masa que renuncia a sí misma. Nietzsche sólo aprecia al hombre que se respeta, que se ama y que se atreve a ser libre de verdad: sin Dios, sin dogma, sin deberes impuestos.


Lo bueno, lo malo y lo humano

    “¿Qué es lo bueno?”, pregunta Nietzsche
    “Todo aquello que eleva en el hombre el sentimiento de poder, la voluntad de poder, el poder mismo”.

El poder —no como dominación sobre otros, sino como afirmación de la propia fuerza vital— es el eje de su moral.
La felicidad es la sensación de crecer, de expandirse, de sentirse más vivo.
Lo contrario —la compasión, el sacrificio, el deber impersonal— son para él formas de enfermedad.

El cristianismo, dice, envenenó al hombre al glorificar la debilidad, al hacer virtud del sufrimiento. “El sacerdote”, escribe, “es el envenenador profesional de la vida”.
Y el teólogo, aquel que pone la verdad al servicio de la fe, “el mayor enemigo de la realidad”.


Contra la compasión

Nietzsche identifica en la compasión el síntoma más claro de decadencia.
Quien se compadece, detiene el flujo de la vida.
La vida, en su visión, es instinto de crecimiento, de expansión, de dominio.
La compasión lo niega todo: el coraje, el orgullo, la selección natural del espíritu.

Suena brutal, y lo es. Pero hay algo más profundo detrás: una invitación a mirar sin máscaras, a no idealizar la debilidad ni endiosar el sufrimiento.


La gran inversión de valores

Para Nietzsche, la Iglesia trastocó el orden vital: convirtió el “no” a la vida en virtud.
El “mundo verdadero” —ese más allá de promesas eternas— es, dice, el error más dañino que ha existido.
“Cuando el centro de gravedad de la vida se coloca en el más allá, se roba a la vida su sentido”, escribe con furia.

Y aunque su tono es despiadado, su objetivo no es el odio: es la transvaloración de todos los valores.
El nacimiento de una nueva ética, una que diga “sí” a la vida tal como es: bella, cruel, efímera.


Jesús y los cristianos

Una de sus frases más cortantes:

        “No hubo más que un cristiano, el que murió en la cruz”.

El evangelio murió con Jesús, afirma. Lo que vino después fue la traición: la institucionalización del resentimiento.
San Pablo, para Nietzsche, transformó una experiencia viva en una doctrina de culpa, pecado y castigo.

El cristianismo, dice, prometió todo y no cumplió nada.
El budismo, en cambio, no promete: cumple.


Ciencia, mujer y poder

Nietzsche no ahorra golpes a nadie: ni a Kant, ni a las mujeres, ni a los alemanes.
Hay frases que hoy suenan intolerables, misóginas, incluso delirantes.
Pero detrás de ellas vibra una batalla mayor: la del pensamiento libre contra toda forma de domesticación del espíritu.

El enemigo de la vida, repite, es quien impone una sola verdad, una sola moral, una sola fe.


Una advertencia final

Leer El Anticristo es asomarse al abismo.
No es un libro para estar de acuerdo, sino para despertar.
Perturba porque nos obliga a mirar de frente la pregunta que él lanza, como un dardo encendido:

        “¿Tienes la fuerza para ser tú mismo sin necesidad de Dios?”


Epílogo personal

A mí me deja un eco incómodo pero lúcido.
No comparto su desprecio ni su crueldad, pero agradezco su coraje para pensar hasta el extremo.
Nietzsche desarma todo lo que damos por sagrado, no para destruirlo todo, sino para que algo nuevo pueda nacer.

Quizás su mensaje final no sea el odio a la religión, sino el amor feroz por la vida desnuda.

martes, octubre 14, 2025

De “hacer” a “ser”: el desafío humano frente a la Inteligencia Artificial

Nos encontramos en una bifurcación en el camino.
No una de esas metáforas cómodas de manual de liderazgo, sino una verdadera encrucijada histórica. La Inteligencia Artificial está reconfigurando el mundo del trabajo con una velocidad y profundidad que apenas empezamos a comprender.

Los más de 11.000 despidos en Accenture no son solo una cifra; son el eco de una transformación estructural. La empresa lo ha dicho sin ambigüedades: estos ahorros se reinvertirán “en nuestra gente y nuestro negocio”, es decir, en quienes se están adaptando a la nueva era.
La productividad ya no será proporcional al número de empleados. Menos personas generarán más resultados —una característica fundamental del tiempo que se abre—.

Y en este escenario, la pregunta deja de ser cómo conservar lo que tenemos.
La pregunta real, la que define quién prosperará, es otra:

“¿Qué se vuelve posible ahora que la IA puede encargarse del 90% de lo que solía hacer?”


De la mentalidad defensiva a la mentalidad visionaria

Frente a esta revolución, hay dos caminos interiores posibles.

  • Mentalidad defensiva: intentar proteger el trabajo actual, actualizar competencias, adaptarse con miedo a quedar fuera.
  • Mentalidad visionaria: reimaginar el propio valor, explorar los espacios que la tecnología abre, y adelantarse a ella.

Los pioneros no serán los más técnicos, sino los que aprendan a ver la IA no como una amenaza, sino como una herramienta de expansión.
Una herramienta para crear nuevas industrias, nuevas preguntas, nuevos significados
.


IA como expansión: el florecimiento que viene

A largo plazo, la visión optimista es clara: la automatización puede liberar a la humanidad de las tareas mecánicas y repetitivas, abriendo paso a una nueva era de florecimiento humano.

Durante dos siglos, la sociedad nos entrenó para ser máquinas eficientes: medirnos por la productividad, el rendimiento, la utilidad.
Pero la IA —paradojalmente— puede ser el inicio de la inversión del paradigma: pasar de ser human doings a human beings.

El trabajo no desaparecerá, pero su propósito se transformará profundamente.
Dejará de ser un medio de supervivencia para convertirse en un vehículo para:

  • crear significado,
  • expresar la creatividad,
  • resolver problemas apasionantes,
  • y construir comunidad.


Desarrollar las capacidades que las máquinas no pueden imitar

El nuevo valor ya no estará en la repetición ni en la eficiencia, sino en lo que sólo el ser humano puede hacer:

  • la sabiduría para discernir,
  • el juicio ético,
  • la creatividad genuina,
  • la inteligencia emocional,
  • la conexión humana.

El activo más valioso del futuro no será el capital financiero, ni siquiera el conocimiento técnico, sino la inteligencia auténtica: emocional, espiritual y creativa.


El futuro como creación compartida

El período de transición será disruptivo y brutal para muchos.
La ventana de oportunidad para una adaptación superficial se está cerrando rápidamente.
Solo prosperarán quienes se atrevan a concebir un nuevo valor gracias a la existencia de la IA, no a pesar de ella.

No se trata de resistir la ola, sino de aprender a surfearla con conciencia.
La IA no viene a quitarnos humanidad; viene a ponernos a prueba: a ver si somos capaces de usar esta herramienta no solo para producir más, sino para ser más.


En síntesis

Estamos ante una nueva frontera.
Y cada uno de nosotros debe decidir si corre hacia el futuro o se aferra al pasado.

El desafío no es proteger una descripción de puesto, sino reimaginar lo que somos capaces de crear.
El cambio será vertiginoso, pero también fértil para quienes se atrevan a mirarlo de frente.

Porque en esta bifurcación del camino, el verdadero progreso no será tecnológico, sino humano.


Fuente: Julia McCoy

domingo, octubre 12, 2025

Libro Dignos de ser humanos de Rutger Bregman

Vivimos bombardeados por noticias que, como dice Rutger Bregman, son para el espíritu lo que el azúcar es para el cuerpo: adictivas y dañinas. Décadas de estudios muestran que una dieta informativa centrada en lo negativo deteriora la salud mental. Paradójicamente, estamos en la época más próspera, segura y saludable de la historia… pero miramos el mundo como si ardiera. ¿Por qué? Porque somos más sensibles a lo negativo, y porque Facebook, X e Instagram, han perfeccionado el arte de retener nuestra atención amplificando el miedo.

Rutger Bregman
Este libro de Rutger Bregman propone una corrección de rumbo: cambiar la imagen que tenemos del ser humano. No la versión cínica (“somos lobos para el hombre”), ni la ingenua (“todo el mundo es bueno todo el tiempo”), sino una mirada realista y esperanzadora: la bondad es más frecuente de lo que creemos, es contagiosa y, cuando diseñamos instituciones que confían, florecen.

1) Un animal amistoso (Homo cachorrito)

Dmitri Beliáyev intuyó que la domesticación favorece rasgos prosociales. Bregman sintoniza: somos primates domesticados, el “Homo cachorrito”, seleccionados por la cooperación. Sobrevivimos no por ser los más fuertes sino los más amables y conectados: nos ruborizamos (nos importa lo que el otro piense), expresamos emociones con la mirada, nos cuesta esconderlas. La inteligencia social —dice el autor— no solo nos vuelve mejores compañeros: también nos hace más inteligentes.

“El Homo sapiens era más simple, pero estaba mejor conectado.”

2) Mitos que dañan: Zimbardo, Milgram y “El señor de las moscas”

Rutger Bregman desarma algunos relatos tóxicos que moldean nuestra educación cívica:

  • Experimento de Stanford (Zimbardo): dirección teatral, manipulaciones, guion. No prueba que “cualquiera” se vuelva monstruo en una cárcel.
  • Milgram: montaje persuasivo, fuerte presión de autoridad. No es “naturaleza malvada”, es situación y diseño.
  • El señor de las moscas: en la vida real, cuando unos chicos naufragaron, colaboraron. El libro de Golding es ficción; nuestra naturaleza tiene más cooperación de la que admitimos.

Cuando repetimos historias cínicas, producimos efectos nocebo: si tratas a la gente como escoria, se comportará como tal; si la tratas como responsable, responderá.

3) Isla de Pascua: de fábula sombría a historia de resiliencia

Rutger Bregman revisa el caso Rapa Nui: de la narrativa del colapso eco-suicida y caníbal a una historia mucho más compleja, donde influyeron ratas (que frenaron el bosque), incursiones esclavistas, epidemias y violencia traída de fuera. No hubo el canibalismo “ejemplarizante” que se usó como moraleja moralista. Lo que sí hubo fue ingenio y adaptación. La lección: cuidado con las historias que simplifican para culpar; suelen servir agendas ajenas.

4) Poder, guerra y camaradería

Las guerras —recuerda Rutger Bregman— no estallan por la “maldad innata” del soldado raso, sino por intereses de élites. En el frente, lo que sostiene a los combatientes no es odio metafísico sino camaradería. Navidad de 1914: treguas espontáneas, villancicos, intercambio de regalos y partidos de fútbol. Si dependiera de los soldados, la guerra habría terminado allí. La “banalidad del mal” (Arendt) no nos condena: nos advierte sobre distancia, obediencia ciega y diseño de instituciones.

5) Los bebés, la moral y el contacto

Estudios con bebés muestran preferencias tempranas por lo cooperativo; con un año y medio ya ayudan. El poder, en cambio, desconecta: nos hace menos empáticos. La medicina práctica de Bregman es el contacto: reduce prejuicios, aumenta confianza y solidaridad. Mandela lo demostró: la resistencia no violenta convoca a más gente y gana más que la violenta.

“El mal es más fuerte, pero el bien es mucho más frecuente.”

6) Instituciones que confían: del trabajo a la escuela y la seguridad

  • Trabajo: Los “palos y zanahorias” de Taylor matan la motivación. Bregman cita a Jos de Blok (Buurtzorg): equipos autónomos de enfermería, sin gerentes, más libertad, mejor salario, un solo servicio (cuidar) y resultados superiores. También FAVI (Zobrist): minifábricas de 25–30 personas, contratación por el equipo, rendición de cuentas al cliente. Si ves a tus empleados como profesionales responsables, se comportan así.
  • Escuela: La creatividad no se enseña; se deja florecer. Ejemplos como Ágora priorizan curiosidad, juego, proyectos, mentores, objetivos propios. Menos jaulas, más caminos singulares.
  • Justicia y policía: La “ventanas rotas” presume gente mala y produce abuso. La policía comunitaria parte de que la mayoría es decente; conocer nombres y abuelas baja la violencia. Holanda frente al terrorismo: más democracia, más humanismo.
  • Bienes comunes y economía: Elinor Ostrom mostró que los comunes pueden gestionarse; el Alaska Permanent Fund es una forma de ingreso ciudadano. Diseñar desde la confianza cambia comportamientos.

7) Noticias, redes y la dieta de la atención

Las redes explotan nuestro sesgo de negatividad. Resultado: una lente que deforma la realidad. Recomendación de Bregman: cuidar la dieta informativa (menos “azúcar”), buscar historias de cooperación, practicar compasión (menos drenaje que la empatía), y hablar a la lengua materna del otro: la del respeto.

8) Qué hacer mañana por la mañana

  1. Edita tu entorno: reduce noticias y doomscrolling. Elige medios que aporten contexto y soluciones.
  2. Diseña confianza: en tu equipo, prueba micro-autonomías (decisiones locales, métricas compartidas, rotación de liderazgo).
  3. Practica contacto: cruza burbujas, agenda conversaciones con “el otro”.
  4. Cambia la historia que cuentas: reconoce la bondad cotidiana en voz alta (la bondad es contagiosa).
  5. Educa para el juego y el propósito: más proyectos propios, menos tarea por tarea.
  6. Presupón buenas intenciones: sí, te engañarán alguna vez; es un precio pequeño por una vida vivida desde la confianza.

“No te avergüences por tu generosidad. Haz el bien a plena luz del día.”

Cierre

Dignos de ser humanos no es un canto naïf; es una invitación práctica a rediseñar sistemas desde una antropología esperanzadora. Si creemos que la gente puede responder a la confianza, y actuamos en consecuencia, empezamos a vivir en un mundo donde eso se vuelve verdad.

lunes, octubre 06, 2025

¿Por qué viajamos?

“No conozco París, me encantaría ver la Torre Eiffel.”
Es una frase que uno podría escuchar en cualquier sobremesa.

¿Viajamos para ver cosas que no hemos visto?
¿Para tachar países en un mapa, o para coleccionar fotos frente a monumentos?

He escuchado a muchos decir: “Fuimos de nuevo a Europa, nos habían quedado unos países sin conocer.”
Y luego cuentan el viaje enumerando lugares, comidas, museos, con una secuencia de adjetivos como “maravilloso, increíble, sensacional”.

Y sin embargo, confieso algo: viajar no me tira mayormente.
Aunque sí he viajado, y cuando lo hago, lo paso bien. A veces, incluso, muy bien.

Pero creo que la interpretación habitual de por qué nos gusta viajar es incompleta.
No viajamos tanto por lo que vemos, sino por lo que sentimos.
Por lo que nos pasa por dentro.

El viaje interior

Cuando viajamos, algo en nosotros se ensancha.
Nos corremos de la rutina, cambiamos de ritmo, y de pronto —como si fuera magia— los problemas cotidianos se quedan en casa, y respiramos distinto.

El viaje nos amplía la mente, sí.
Pero sobre todo, nos cambia la perspectiva desde la cual miramos nuestra propia vida.
A veces viajamos solo para poder pensar desde otro lugar.

También viajamos para compartir con quien amamos.
Para tener conversaciones largas, sin apuros.
Para caminar sin rumbo, para reírnos sin culpa, para reencontrarnos con esa versión de nosotros que a diario se esconde bajo las listas de pendientes.

El foco en lo interior

Curiosamente, mientras viajamos, ponemos nuestra atención en lo de afuera: las postales, los paisajes, los restaurantes, los museos.
Y, sin darnos cuenta, lo más importante está ocurriendo adentro.

Esa vibración sutil de estar vivos, de descubrir, de mirar con ojos nuevos.
Ese asombro que no depende del lugar, sino del estado interno con que miramos.

Aprender también es viajar

Pienso que lo mismo ocurre cuando aprendemos.
Estudiamos algo, y creemos que estamos conociendo una materia nueva.
Pero lo más profundo que aprendemos es sobre nosotros mismos:
qué nos gusta, qué nos mueve, qué nos deja indiferentes.

Cada aprendizaje, como cada viaje, nos revela algo de quiénes somos.

Por eso, tal vez lo que más nos falta hoy no son viajes, ni títulos, ni destinos nuevos.
Nos falta poner el centro en la persona: en lo que sentimos, pensamos y experimentamos cuando vivimos, aprendemos o amamos.

Porque viajar, al final, no es cambiar de lugar.
Es cambiar de mirada.

domingo, octubre 05, 2025

Libro Qué sabes de Nietzsche de José Rafael Hernández Arias

Friedrich Nietzsche nació en 1844, en una familia de pastores luteranos de Prusia. Su infancia fue frágil, entre mujeres —madre, abuela, tías y su hermana Elisabeth— y marcada por la muerte temprana del padre y de un hermano. Desde pequeño mostró disciplina, seriedad, y una pasión voraz por el conocimiento. Dudó pronto del cristianismo, escribió a los 14 años una autobiografía titulada De mi vida, y sintió fascinación por los griegos, Wagner, Goethe y Napoleón.

Nietzsche es, ante todo, un espíritu en rebelión contra la cultura occidental. Su crítica es demoledora. Denuncia que desde Sócrates hemos sucumbido al dominio de lo apolíneo —la razón, la medida, el control— en detrimento de lo dionisíaco: el éxtasis, la pasión, el caos vital. Esa subordinación de la vida a la razón habría, según él, envenenado el alma de Occidente.

Wagner, su amigo y luego antagonista, encarnó para Nietzsche el intento de reunir nuevamente esas dos fuerzas: el orden apolíneo y la embriaguez dionisíaca. Pero Nietzsche fue más lejos: quiso fundar una nueva filosofía, una moral más allá del bien y del mal, una afirmación rotunda de la vida.

El martillo de la crítica

El cristianismo, sostenía, debilitó a Occidente con su moral de compasión y su promesa de un más allá. Schopenhauer proponía negar la voluntad, al modo budista. Nietzsche, en cambio, gritó un sí a la vida, con todo su sufrimiento, su placer y su vértigo.

El hombre moderno, domesticado y obediente, debía ser superado por un nuevo tipo humano: el superhombre, libre, creador, capaz de vivir sin consuelo, sin Dios, sin esperanza, pero afirmando el valor de existir.

Dios ha muerto”, proclamó. Y con esa muerte, el hombre queda huérfano de fundamento, obligado a inventar sus propios valores. Es una condena y una oportunidad.

La voluntad de poder

La clave de su filosofía es la voluntad de poder, no entendida como dominio sobre otros, sino como impulso vital, energía creadora, crecimiento interior. “La vida —dice Nietzsche— es incremento de sí misma, no lucha por la existencia.”

En esa tensión vital, la moral tradicional aparece como un instrumento de los débiles, una “moral de esclavos” que exalta la humildad y la compasión, y reprime la fuerza, la afirmación, la alegría de vivir. Frente a ella, Nietzsche rescata la “moral de señores”: la de quien crea, arriesga y danza sobre el abismo.

Nihilismo y renacimiento

El nihilismo, para él, es el signo de los tiempos: el derrumbe de todos los valores. Pero distingue entre el nihilismo pasivo, que se hunde en la apatía, y el nihilismo activo, que destruye para crear de nuevo. En ese vacío, el hombre tiene la tarea más alta: configurar su vida como una obra de arte.

Tres animales del alma

En Así habló Zaratustra, Nietzsche describe tres transformaciones del espíritu:

  • El camello, que dice “tú debes” y carga con los valores heredados.
  • El león, que ruge “yo quiero” y destruye lo impuesto.
  • Y finalmente el niño, símbolo del superhombre, que crea sus propios valores y juega, libre de toda culpa.

El fuego que no se apaga

Nietzsche murió en 1900, tras años de enfermedad y locura, pero su pensamiento sigue encendiendo hogueras. Fue músico, poeta, filólogo, filósofo errante. Escribió con martillo, con danza y con relámpago.

Su verdad era incómoda: la vida no tiene sentido, salvo el que tú le das. No hay consuelo ni progreso garantizado, pero sí una posibilidad inagotable de creación.

Quizás su pregunta más vigente sea esta:

¿Qué pasaría si vivieras tu vida como si fuera una obra de arte?

sábado, septiembre 27, 2025

Libro Refranes de Gastón Soublette

Este libro se llama “Sabiduría chilena de tradición oral (refranes)”. Trata de estos textos, que son los refranes, que reflejan, proyectan, la sabiduría popular, de autores anónimos del pueblo, chilenos.

Bella tarea se ha propuesta Gastón Soublette con esta misión de recopilar refranes y analizarlos, reflexionar a partir de ellos.
Divide el libro en capítulos temáticos. El capítulo Amor, mujer y naturaleza, hay refranes como:

“Donde reina el amor sobran las leyes”. Interesante, no ? Me deja pensativo, con la convicción de que es la pura y santa verdad.

Otro: “Por lo que tiene de fuego, el amor suele apagarse”. Sabiduría pura, el amor pasional, el enamoramiento, dura un tanto, está probado científicamente por Helen Fisher

“El amor es como el agua, si algo no lo agita se pudre”. Me deja pensativo; me tinca cierto, pero cuales son las agitaciones recomendables a gestionar. Buen tema para darle vueltas.

“Cuando un hombre se enamora hasta la vergüenza pierde”. Totalmente cierto, si de hecho es capaz de dejar cagadas mayores. No se ha visto ?

Del capítulo De la sabiduría y el hombre sabio, me gustó el refrán “El corazón no miente a nadie”. Si, me parece cierto. La razón es la mentirosa, no ?

“Hombre buen hablador, nunca buen hacedor”. Si lo estamos viendo ! Similar a este es “Hay hombres vanos que tienen lengua pero no tienen manos”.

“Para saber quien es, canta el canario”. Me gustó. 

“La virtud es divina, la moral es humana”. Este me dejó pensativo.

“El agua, siendo más importante, toma la forma del vaso”. Sabiduría pura.

Del capítulo El bien y el mal, “Los vicios son virtudes que se volvieron locas”. Me parece preciso, he identifico altiro unos vicios que en pequeñas dosis son virtudes.

“Los niños y los locos dicen las verdades”. Totalmente cierto.

En el capítulo Justicia, “Con la vara que mides serás medido”. Cierto, no cierto ?

“Siempre hay uno que gana cuando otro pierde”. ¿Quién será el que ganó los MM$ 100 cuando mi amigo los perdió ?

“No es raro que a uno le falte lo que a otro le sobra”. Este es un tema no resuelto.

En el capítulo El fallado, “Al hombre se le conoce por la palabra y al buey por el asta”. Claro, por las cosas que habla, lo conocemos.

“Dime con quién andas y te diré quién eres”. Infalible.

Está bueno este, “Boca con rabia nunca será sabia”. En la misma línea, “Quien habla con ira convierte verdades en mentiras”.

Esta como que pasó de moda, “La letra con sangre entra”.

Del capítulo El destino me llama la atención, “Quien no cae no se levanta”. Hay que ir adelante, pues cayéndote aprenderás a levantarte.

“Hay que perderse para conocer el camino”. Tendrá que ver con, “Para de verdad aprender algo, enséñalo”.

Y que tal este, “La suerte de la fea la bonita la desea”.

En definitiva, un libro de un hombre sabio, como es Gastón Soublette, que nos enseña de la sabiduría popular encerrada en sus refranes.

jueves, septiembre 25, 2025

Libro El Aleph de Jorge Luis Borges

Jorge Luis Borges nació en Buenos Aires, un año antes del 1900 y murió a los 87 años. Escritor, poeta que fue quedando ciego a medida que transcurría su vida. Fue Bibliotecario (se lo debe haber leído todo) y no le dieron el premio nobel según he leído por ahí, porque aceptó una invitación del dictador Pinochet y almorzó a solas con él.

El Aleph es un libro de 17 historias breves, siendo la última, El Aleph.
La imaginación de Borges es inconmensurable. La mayoría de estos cuentos son imaginería fantástica.
El primero de ellos, El inmortal, se trata de un tribuno romano, de la época del emperador Diocleciano, que se entera de que si toma del agua de un río, se hará inmortal.
En el camino a este río se encuentra con unos tipos, uno de los cuales se le apega como un perro, al que llama Argos, que es un total desmotivado. Se entera ya al lograr él tomar de esa agua, que ese Argos había escrito la Odisea y que ser inmortal era lo peor, la total pérdida del sentido. Busca el río con el antídoto y finalmente logra volver a ser mortal.

El Zahir es otro cuento, que trata de un tipo que recibe en una transacción una moneda, el zahir, que cuando la ve, se instala en su memoria de una forma que no se la puede sacar más. El tema es la obsesión, que a muchos de nosotros en alguna etapa de nuestra vida nos puede pasar, que algo o alguien se nos instala en la memoria y no nos la podemos sacar más, ni de día ni de noche.

El muerto, es otro cuento, en que un joven de Buenos Aires comete un crimen a temprana edad. Arranca a Uruguay y ahí busca alistarse en una banda de contrabandistas que traían mercadería desde Brasil.
Lo logra y empieza a hacer una carrera en que empieza a sentir la ambición de ser él el poderoso. Lo va logrando, usa el caballo del jefe que anda lejos, se acuesta con su mujer, se gana la confianza de alguna de su gente en algunas acciones, hasta que al final se da cuenta que todo era una trampa, que lo tenían cachado y el cuenta termina en una humillante escena en que lo ejecutan.

En otro cuento, un bárbaro lombardo, se encuentra atacando la ciudad de Ravena, en el norte de Italia, en la antigüedad y al quedar deslumbrado con la maravilla de la ciudad romana, decide cambiarse de bando y muere en la confrontación.
Más adelante en el relato, es una mujer blanca, que en su juventud es capturada por los indios y se cría entre ellos. Un día llega a la capital, sola, una mujer de alcurnia se apiada de ella y la invita a volver a la gente de donde procede. Pareciera que lo piensa, pero desiste y vuelve a “los suyos”.
De dónde somos y a qué pertenecemos parece ser el tema que intriga a Borges.

El Aleph parece ser el cuento más loco de todos. Borges tuvo un amor en su juventud, un amor que lo transportó al paraíso y que de la noche a la mañana, al ir a una fiesta con ella, esta se fascina con otro hombre y abandona a Borges. En el cuento esta es Beatriz, a quien el personaje siempre amó. Ha muerto y él visita a la familia todos los años en la fecha de su cumpleaños. Ahí se encuentra con un primo de Beatriz, con el que va construyendo una relación. Un día este lo llama desesperado, van a demoler su casa, donde se encuentra un objeto preciado, el Aleph. Es como un bolón de cristal, de esos con los que uno jugaba a las bolitas cuando chico, que al plantar la vista sobre él ves toda la humanidad, pasado presente futuro, y todo al mismo tiempo y desde todas las perspectivas. es como la mirada de Dios. Borges se interna en la oscura escalera que va al sótano en qué está y siempre ha estado prohibido ir y zas, recostado en los últimos peldaños, Borges, lo ve. Y ve el universo en un solo golpe de vista. Queda deslumbrado.
Salen de ahí, se van y demuelen la casa. Nunca más se supo.

Borges era un loco maravilloso, ratón de biblioteca, erudito hasta decir basta; con una imaginación insuperable.
Agradezco haberme cruzado con este autor.
Y agradezco a la inteligencia artificial, que me ayudó a entenderlo.

lunes, septiembre 22, 2025

Coaching en IA – Fase 2: Implementaciones Prácticas

Vivimos un cambio de época. La inteligencia artificial ya no es una promesa futura: está aquí, disponible, y puede multiplicar tu productividad y creatividad. Lo que antes tomaba dos horas, ahora se resuelve en diez minutos. Incluso aquello que jamás habías considerado hacer, hoy lo puedes lograr con facilidad y resultados sorprendentes.

Este programa es la segunda fase de mi servicio de Coaching en Inteligencia Artificial. Está pensado para quienes ya tuvieron una primera aproximación y ahora quieren ir más allá, aplicando la IA en su vida diaria, en sus proyectos y también en su entorno profesional. La idea es acompañar a los participantes en la implementación práctica de la IA, descubriendo usos personalizados que aumenten su productividad, que potencien sus talentos e intereses y que, además, generen impacto positivo en la comunidad.

La metodología es simple: aprender haciendo. Cada sesión se vive con ejercicios prácticos, explorando herramientas como ChatGPT, Gemini o la creación de GPTs propios, y siempre dejando espacio a la imaginación. Porque tan importante como saber usar la tecnología es preguntarse para qué la vamos a usar. Conversar con un sabio de la antigüedad, diseñar un agente a tu medida o imaginar qué harás con el tiempo libre que la IA te regale, son parte de la experiencia.

En cuatro encuentros de una hora vamos recorriendo este camino. Primero mapeamos tu territorio personal, identificando tus tareas, intereses y habilidades para ver dónde la IA puede aportar más valor. Luego pasamos a la práctica directa, aprendiendo a usarla como copiloto en la redacción, en el aprendizaje guiado y en la exploración creativa. El tercer paso es crear tu propio asistente, un GPT adaptado a tus necesidades o a las de tu equipo. Finalmente, cerramos con una reflexión sobre el futuro: cómo aprovechar el tiempo que la IA libera, cómo darle propósito, incluso pensando en escenarios como el Ingreso Básico Universal.

El programa incluye material complementario y se puede realizar de manera presencial o, eventualmente, online. Más allá de la forma, lo que importa es el resultado: al final habrás implementado la IA en actividades concretas de tu vida personal y profesional, habrás diseñado tu propio asistente, descubrirás nuevas formas de aprender y producir, y abrirás la puerta a proyectos que trascienden lo meramente productivo.

No es un curso técnico, sino una experiencia transformadora. Lo haremos bajo la premisa de que no lo sé todo, pero aprenderé haciéndolo. Y esa, quizás, sea la mejor manera de entrar en esta nueva era de la inteligencia artificial.

sábado, septiembre 20, 2025

Del PIB al MIND: repensar el tablero de la civilización

La historia de la humanidad podría describirse como una sucesión de tableros de control. Durante siglos, las religiones, los imperios o las ideologías fueron las brújulas que nos guiaron. En la era moderna, el PIB se erigió como el indicador supremo: producción, consumo, actividad. Una cifra que, con frialdad contable, pretendía medir el bienestar humano. Pero ¿acaso lo logra? ¿Podemos reducir la vida, con toda su densidad, a un número?

Emad Mostaque propone reemplazar este panel agotado por otro que llama MIND, un acrónimo que sugiere una brújula más integral para los tiempos que vienen:

M: Materia, lo tangible, aquello que sostiene la vida.
I: Inteligencia, las ideas, el conocimiento, la imaginación.
N: Networks, las redes humanas, los vínculos, las relaciones que nos constituyen.
D: Distribución, ampliar nuestra base de sustentación en las diversidad de valores

El capitalismo, tal como lo hemos conocido, muestra grietas irreversibles. El trabajo humano, columna vertebral de identidad y sustento durante generaciones, comienza a ceder su lugar. Las inteligencias artificiales no solo reemplazarán tareas: configurarán nuevas economías, nuevos órdenes sociales, nuevas formas de valor.

Cada persona tendrá, más temprano que tarde, un agente de IA personal: un compañero digital, una especie de extensión de sí mismo. Y con ello, el dinero —esa convención tantas veces incuestionada— deberá repensarse. Quizá se nos pague no por producir, sino por ser humanos y contribuir al bien común, con IA como mediadora y garante de esa redistribución.

Nos encontramos ante un parteaguas histórico. La IA no es una herramienta más; es un cambio de juego, un acontecimiento civilizatorio.

Y entonces, ¿Qué nos queda?
Quedan tres tareas radicalmente humanas:

  1. Ampliar nuestras redes de relaciones. Porque los vínculos seguirán siendo la trama donde se juega el sentido de vivir.
  2. Conocer y usar la IA. No como amenaza, sino como aliada; aprender a dialogar con ella es aprender a dialogar con el futuro.
  3. Revisar nuestra identidad. Pues el trabajo dejará de ser la base de quiénes somos. Habrá que reinventarnos más allá de la ocupación, recuperar una noción de identidad que se sostenga en el ser, y no solo en el hacer.

El viejo tablero del PIB se agota. El MIND aparece como una propuesta aún incipiente, pero cargada de intuición: la materia, la inteligencia, las redes y la distribución como brújula para un mundo que ya se está gestando.

La pregunta es inevitable: ¿tendremos la valentía de dejar atrás las seguridades de lo conocido y atrevernos a habitar el territorio inexplorado de lo que viene?

sábado, septiembre 13, 2025

Libro Café y cigarrillos de Ferdinand Von Schirach

Ferdinand Von Schuirach, aparte de ser un connotado escritor alemán contemporáneo, es un abogado criminalista.
Este libro está conformado de 48 breves relatos, que son como pantallazos de escenas de la vida común y silvestre de cualquier ser humano.

El mismo escritor está sentado en un café en algún pueblo de Europa, solo. En una mesa cercana dos mujeres de edad conversan en alto volumen, pues ya han de estar algo sordas. Hablan nimiedades; él las relata con cierto detalle. De repente se van. Él pide la cuenta y parte. Un perro le llama la atención por su lengua colorada.

Un preso espera su turno para ingresar a sala ante el juez. Fuma siendo que hay claros carteles que prohíben fumar. El gendarme que lo cuida lo mira y le hace un gesto hacia los carteles, que él ignora. Ante la insistencia le dice, qué vas a hacer, me vas a meter preso ?

Pienso que yo podría relatar el cumpleaños de ayer de mi madre que está cumpliendo 97 años, de una manera similar. Sería un relato de breves interacciones, cosas que me llaman de repente la atención y vuelven a mi memoria, como la conversación con Manuel, mi tío de sobre 90 años, que me dice que al estar quedándose dormido viaja al fundo Canadá, de nuestra mutua infancia, que él ha intervenido haciendo construcciones, caminos, puentes. Yo en cambio, solo voy a esa hamaca que está en el jardín, me acuesto en ella mirando a la casa, más arriba desde mi posición acostada, la laguna, y voy cerrando los ojos y me voy quedando dormido, relajado.

La mujer de un sencillo trabajador, lo engaña con un empresario. La cosa se va complicando y un día este hombre los pilla y mata al empresario. Contratan a un abogado de otro pueblo, de algún renombre, que se aloja en el mejor hotel y todos los días come langosta con arroz. Para la defensa lee a Heisenberg y Kant que desafían las ideas principales que tenemos de la realidad. La realidad no existe, solo existen perspectivas desde el observador que es cada uno. No recuerdo, lo más probable es que no, si esto le sirve para algo en las audiencias.

Lars Gustafsson un escritor sueco. Escribe un libro titulado Los tenistas. Le han ofrecido un trabajo en Austin, Estados Unidos donde se transforma en un gran tenista. De hecho Gustafsson, a quien fue a escuchar el autor de este libro al pueblo Constanza, de Europa, mientras presenta el libro, lo aborda y lo invita a jugar tenis, cosa que acepta. Después se van a bañar y a comer; conversan. Le cuenta de una vez que va a un pequeño pueblo a presentar su libro y había solo un espectador, muy serio, sentado. Hace toda la presentación solo para esa persona, la que al final le aplaude. Finalmente se para y pasa a ser el siguiente expositor, que pasa adelante a hacer su presentación. El autor se va, mira a una mujer en el balcón de su hotel. Está desnuda y de repente un hombre emerge por la ventana, la toma de los pechos y ambos entran a la pieza, ella sonriente.

Un hombre bien trajeado pide el precio para su almuerzo, de los médicos a la cajera de la cantina del hospital, donde los productos tienen un precio inferior para los funcionarios del hospital. La mujer lo mira con extrañeza pues no lleva ninguna indumentaria de los funcionarios. Vengo a dar una charla de urología, le dice. Ella sospecha que es otro loco del lado de psiquiatría. Se empina y ve que lleva zapatillas de tenis. Le niega la solicitud hasta el final. Después lo verá en una pantalla a la entrada del hospital y lo busca en Wikipedia, donde cuentan que suele usar zapatillas, por razones de salud. Ella termina persistiendo que no se ha equivocado.

Suma y sigue. Un libro ameno, muy adecuado para salas de espera, en vez de los reels de Instagram.

jueves, septiembre 11, 2025

Libro El rigor de los ángeles de William Egginton

William Egginton es un crítico literario y filósofo norteamericano contemporáneo. Este libro publicado en marzo de este año es, desde mi perspectiva, un acierto literario y científico.

William Egginton
Conversan de similares temas, Zenón y Parménides con Sócrates, Kant, Heisenberg y Jorge Luis Borges; y el tema es la realidad. Cuánto tenemos acceso a ella.
Al final de cuentas, con la irrupción de la mecánica cuántica, descubierta por Heisenberg el año 1925, quedó instalado que una cosa es la realidad y otra la idea que nos hacemos de ella.
Einstein había desbaratado años antes (1905), que el espacio y el tiempo fueran variables absolutos e independientes. Para un sujeto sentado arriba de un fotón el tiempo está detenido, al ir éste a la velocidad de la luz. El tiempo transcurre distinto según el sistema de referencia en que uno se encuentre.

Cómo conocemos la realidad es un tema que viene de los griegos, de ahí la presencia de Zenon, Parménides y Socrates, que todo lo cuestiona a base de preguntas.
Con descartes, aparece la duda y la razón. Es Kant el que da el contundente golpe con la Crítica de la razón pura, su gran obra, que lo más genial, cuando salió, nadie la entendió.

Desde la mirada de hoy lo más impactante es el aporte de Heisenberg, en esa isla ventosa, donde ningún polen irritaba sus alergias, en que ayudado por las matemáticas dio con su solución a cómo se nos da la aproximación a lo que es la realidad a los niveles más pequeños de átomos y electrones.
La cosa es que la posibilidad de saber la verdad de cómo es la cosa a nivel subatómico, se nos desbarata, es imposible. Y eso, demostrado científicamente.

El mundo a nivel macroscópico, que es donde la teoría de la relatividad especial y general de Einstein opera, todo fluye con suavidad en forma continua. En cambio a nivel de las partículas elementales, la continuidad se pierde. Los átomos no son cosas ni objetos. Entonces que son, preguntará alguien; no tenemos el término adecuado dirá Heisenberg.
Aún más, cuanto seamos capaces de acceder a la realidad estará determinada por la relación entre el observador y la cosa observada; la relación es determinante.

Borges es un caso aparte. Su presencia en el libro tiene que ver con la imaginación que despliega en sus obras. Si, quedé con ganas de leer a Jorge Luis Borges.
Tuvo un traspié amoroso en su juventud, que lo devastó. Estaba en la gloria, enamorado y en una fiesta a la que llegaron juntos, ella se fue con otro; y eso sería. Incluso pensó en suicidarse.
De ahí para adelante su imaginación explotó.
En la Edad Media cuando las personas miraban el cielo estrellado, sentían que miraban para adentro del mundo, como si viviéramos en una mega esfera por su interior. Cambió el paradigma y ahora al mirar el cielo estrellado sentimos que miramos para afuera, a un espacio infinito
Borges se imagina una biblioteca como un espacio infinito de libros y piezas llenas de libros, en que donde quiera que estabas parado, estabas en el centro del universo. Dante creó un infierno parecido.

Ahora, espacio y tiempo son una dupla inseparable. El universo partió “con el tiempo”. El observador que somos es parte del experimento de observación.
La realidad no solo se nos fue de las manos, sino que el libre albedrío quedó medio en jaque y por lo tanto la responsabilidad de nuestros actos, al menos quedó en veremos.
El mundo no puede estar más inestable. Lo cual me parece coherente con la realidad, al menos la que yo observo.
Un libro fascinante, como dice el físico Carlo Rovelli

lunes, septiembre 01, 2025

Las cosas que he ido aprendiendo como Coach en IA

Llevo varios meses dedicado a un oficio nuevo: Coaching en Inteligencia Artificial (IA).
En este tiempo ya he trabajado con cerca de 40 personas. Lo curioso es que partí confesando algo: yo no sabía demasiado de IA, pero quería aprender haciéndolo. Y vaya que he aprendido.
Hoy me siento con ganas de detenerme un momento y preguntarme: ¿qué he descubierto en este camino?


Cada cliente, una ola a surfear

Una de las primeras cosas que noté es que las personas llegan con sus propios territorios, inquietudes y preguntas. No todos buscan lo mismo, y en cada conversación me toca surfear olas distintas.

He debido escuchar con empatía y respeto, dejándome llevar por los mundos de los demás, y desde ahí descubrir juntos cómo la IA puede serles útil.
No se trata de dictar un manual técnico, sino de acompañar la travesía de cada persona. Así, cada cliente se transforma en un maestro y cada sesión en una pequeña aventura compartida.


Tres grandes frentes que emergen

En este recorrido he identificado tres ámbitos donde la IA aparece con fuerza:

  1. El uso personal: cómo integrar la IA en la vida cotidiana para apoyar rutinas y decisiones.

  2. Los procesos empresariales: la IA que se incrusta en flujos de trabajo, procesos, con agentes y orquestadores que amplían lo que hacen los modelos de lenguaje.

  3. La transformación social: los cambios profundos que ya asoman en educación, democracia, salud y muchos otros dominios.

Moverme entre estos tres frentes ha sido como recorrer un mapa en expansión: la intimidad de la vida diaria, la productividad de las empresas y las preguntas mayores sobre el mundo que viene.


La IA gatillante de nuevos emprendimientos

Otro descubrimiento apasionante es que la IA está abriendo espacio a la invención de nuevos oficios y emprendimientos.

Yo mismo lo viví cuando, tras escuchar al CEO de Perplexity, Aravind Srinivas, hablar de IA, transformé esas notas en una propuesta comercial con ayuda de ChatGPT… y en pocos días tenía seis clientes.

O cuando probé un generador de cuentos de Gemini (el Gem Storybook) y vi lo sencillo que sería montar un negocio de libros personalizados para niños.

La IA no solo es una herramienta: es un catalizador de creatividad y oportunidades.


IA como creadora de comunidades

Y hay algo más que se asoma con fuerza: la IA no solo potencia individuos, también puede tejer comunidades.

Me imagino dentro de las empresas formando grupos pequeños de ejecutivos o profesionales, simplemente para conversar sobre IA. Que se conozcan, se entusiasmen juntos, intercambien ideas y aprendizajes.
Un espacio donde yo aporte desde mi experiencia como coach, pero sobre todo donde nazca esa chispa colectiva de curiosidad y colaboración.

Así, la IA deja de ser un tema técnico y se transforma en un punto de encuentro humano, un lugar donde se comparten descubrimientos y se construyen vínculos.

Y para terminar

Miro hacia atrás y siento que la IA me ha enseñado más de lo que yo enseño. He aprendido a surfear olas humanas con esta nueva tabla tecnológica.
He visto cómo abre posibilidades personales, empresariales y sociales. Cómo inspira nuevos oficios. Cómo puede encender comunidades.

Y presiento que este camino recién comienza. Que las olas que vienen serán aún más altas y sorprendentes.

domingo, agosto 31, 2025

Libro Los reemplazantes de Renato Garín

Me entretuve con este libro de principio a fin. Un relato histórico, biográfico, de su evolución desde el colegio Marambio de Melipilla, hasta la diputación en el Congreso.
Una historia entretejida con la historia de todas esta generación joven que desde las revueltas estudiantiles del 2011 llegaron al poder en el gobierno. Es bastante fascinante.

Todo parte en Melipilla, entre su casa familiar y el colegio Marambio, administrado por su dueña y creadora, una mujer especial, autoritaria, enfocada sospecho en el educar lo que es debido.
Ahí Renato Garín desarrolla capacidades de liderazgo, asumiendo la presidencia del curso y más tarde un cargo en la directiva del centro de alumnos.
Buen alumno, conectado con la comunidad y sus amigos.

Logra acceder a la universidad, cosa que pocos lograban en su colegio. Y nada menos que a estudiar Derecho en la Universidad de Chile, al otro lado del río de la plaza Baquedano, histórica.
Renato Garín será un buen alumno, conectado con cierta intensidad con la realidad que los circunda. Estudiante de la misma universidad, estará Gabriel Boric, a quien le seguirá los pasos por el resto de su vida política.
Viaja todos los días desde su casa en Melipilla, lo que le toma su buen tiempo. Muchas veces duerme en el bus, estudia, reflexiona. De ida y de vuelta, se le hace cansador. Finalmente arrienda un pequeño departamento en el barrio de la estación Alcántara, reduciendo sus tiempos de traslado.

Renato Garín está inserto en el mundo. Sigue las principales noticias mundiales y nacionales; sigue el fútbol con pasión y escucha las canciones de los cantantes de moda. Aparte de toda la trifulca de las marchas estudiantiles y la reacción del gobierno y personajes de los partidos políticos.
Por ello, leer a Renato Garín es sumamente informativo de todo lo que pasó en este periodo. Y quizás por eso también, por ese interés y pasión, él después de Leyes estudia un Diplomado de Periodismo, que incluye una práctica en El Mercurio, dándole acceso a ese relevante mundo donde se generan las noticias que mucho se leen en Chile.

Al salir de la universidad, su primer trabajo resultó ser como escritor de los discursos del político y empresario Sebastián Piñera, reclutado por un tal Rivadeneira, al que había conocido en la escuela de Derecho. Claro, Rivadeneira era el ghostwriter de Piñera, que tenía a este medio pollo, medio fondeado, que en definitiva era quien los escribía.
Piñera gana la presidencia y Renato Garín termina trabajando en una pequeña oficina de La Moneda; por poco tiempo.
Renuncia cuando se le empieza a hacer difícil la convivencia con esta tribu a la que él no pertenecía.

Siempre había estado cercano a los circuitos del poder y se le pone que quiere ser Diputado. Para ello concluye que debe meterse a algún partido político y elige hacerlo en Revolución Democrática (RD), creado entre otros por Giorgio Jackson, ex presidente de la Federación de Estudiantes de la UC. Elige ser diputado en representación de un conjunto de comunas, donde está su origen Melipilla.
Todo el tejemaneje para lograr ser elegido está bien contado en el libro; no deja de ser entretenido y didáctico.

Renato Garín no esconde materia. Habla de su bruxismo y de la pérdida de pelo; de su nerviosismo, de su estrés, de sus problemas más personales.
También cuenta un bello idilio que le duró unos tres años, donde disfrutó enormemente la compra creo que de un Peugeot, en el que transita acompañado por los barrios de Santiago.
La cosa se complejiza aún más en el Congreso. Primero el ser nuevo en estas lides. Busca sus maestros que le enseñen los tejes y manejes. Pasa a formar parte de la bancada del Frente Amplio, donde los líos entre ellos irán en crescendo.
Se nombran muchos personajes de la realidad pública y se describen sus mañosidades. 

Renato Garín es un gallito de pelea; dice lo que piensa. Y la caga. Se va enemistando con unos y otros y termina completamente aislado e ignorado por los de su misma tribu. Sufre. Solo siente acogida en el personaje de Florcita Motuda, miembro del mismo lote, que vive en otra galaxia.
Encuentra una vía de escape, luego del estallido social y el país que se va a la cresta y se cocina una salida a través de la Asamblea Constituyente. Se le abre la posibilidad de renunciar a la Cámara de Diputados y postularse a ser un convencional. 

Lo logra, es elegido para la Convención Constitucional, al mismo tiempo que se viene la pandemia y el encierro, el trabajo online, el aislamiento.
Un libro entretenido e histórico, donde se siguen a todos estos personajes jóvenes que llegan al Congreso, sus características, particularidades y trajines.
Lo recomiendo.

jueves, agosto 28, 2025

Encuentro 3xi en torno al tema de los inmigrantes

Nos citaron a los facilitadores de grupo a las 8:15, al costado de la carpa instalada en el estadio Juan Antonio Ríos, en Independencia. Salí de casa poco más de una hora antes: micro a Escuela Militar, metro hasta Los Héroes, luego a Cal y Canto, después a Hospitales, y finalmente otra micro hasta Salomón Sack 455.

Al bajarme, un hombre alto, venezolano, me aborda:
—¿Va al evento 3xi?
Caminamos juntos conversando. En Venezuela había tenido un diario. Cuando le tiraron una granada al medio de su trabajo, recogió sus cosas y partió a Chile. Aquí fundó otro medio, esta vez digital.


Encuentros que dejan huella

Apenas llego, me cruzo con Juan Vera. Breve pero intensa conversación: aguda, emotiva.
Me encuentro también a Mauricio Malbrán, hoy alumno mío en el Coaching en IA, que será mi compañero de escaño en todos los plenarios. Más allá está Jaime Riesco, viejo conocido en estos encuentros. Le cuento a Mauricio que con Jaime hemos terminado en memorables parrilladas, recordando aquella en Santa Cruz después de un 3xi pasado.

Camilo Herrera abre el evento: relajado, lúcido, conectado con la audiencia. Presenta el propósito de la jornada y le da el pase a Paloma Ávila, periodista de CNN, quien conduce con maestría las conversaciones con los distintos invitados.


Habla Gerardo Espíndola, exalcalde de Arica, recordando cómo en plena pandemia miles de migrantes quedaron varados en su ciudad por meses.

Luego, Valentina Correa. Su padre fue asesinado en la puerta de su casa, tras tocar el timbre, por un sicario colombiano que podría haber venido de cualquier parte. Valentina lo amaba, y su relato nos conmueve hasta las lágrimas. El sicario está preso, pero ella insiste en la gran pregunta: ¿cómo alguien llega a convertirse en sicario? ¿Qué circunstancias lo hacen posible? Todos lloramos con Valentina.

El ánimo cambia con Kimberly Bourdieu, estudiante de Psicología en la UC. Joven, alegre, chispeante. Habla de la soledad del migrante, de sus manotazos para comunicarse, y del grito que se convierte en clamor: “¡Necesito amigos!”. Y los consigue, con creces.

El plato fuerte: los grupos

Llegamos a las mesas redondas. Es la esencia del 3xi: mirarnos a los ojos, sin títulos ni profesiones, y simplemente conversar. Un ritual de encuentro.
Personas desconocidas que quizá nunca volveremos a ver, compartiendo en turnos, escuchándonos con atención intensa. Cada persona es un mundo, un clima, un sabor.

Me sorprendo diciéndolo en voz alta:
—A mí me gusta la gente.
Y lo siento en el cuerpo: la experiencia es de una presencia total. Tal vez por eso es tan significativa.

Una mujer colombiana me buscará más tarde solo para despedirse con un abrazo que todavía guardo en el alma.


El sentido profundo

El migrante es alguien que un día perdió la esperanza de que su vida, en su país, pudiera ser buena. Junta lo que puede, toma a los suyos, y salta al vacío. Llega aquí, y la acogida dependerá de miradas ajenas: ¿bueno o malo, carga o aporte?

El alcalde de Independencia nos recuerda que el 44% de su comuna son migrantes: venezolanos, colombianos, haitianos. ¿Muchos? Quizás. Algunos entraron por pasos regulares, otros “saltando la pandereta”. Muchos llevan años, se han instalado, algunos ya nacionalizados.

Al fin y al cabo, así llegamos todos. El primer Bunster desembarcó en 1804, laceado como ladrón de ganado desde un barco inglés. Aquí se quedó, con su hermano, y de ellos desciendo yo.

Cierre: la pecera

El encuentro termina con la “pecera”: un rito casi religioso, acompañado por música sublime, una de ellas cantaba con voz celestial.

Las personas pasan al centro y proclaman sus compromisos. Las manos se agitan en el aire, como aplausos de sordos. Y el corazón ya no da más.

Video

domingo, agosto 24, 2025

Andrés Martínez Aguayo, un hombre en situación de calle

Es un hombre en situación de calle. Tiene 57 años. Duerme al costado de la iglesia San Pedro, aquí en Isabel la Católica, a una cuadra de Vespucio.
Se le ve acompañado de su triciclo, bien lleno de cosas, acompañado de cuatro perros, que son su familia; los trata de sus hijos.

Le contaron que a los 2 años fue abandonado en un Conventillo de monjas. Recuerda que lo mandaban al colegio con cotona; y si perdía algún botón de la cotona, le sacaban la cresta; lo golpeaban con la correa de la plancha, varillas o reglas. En una de esas golpizas le tuvieron que hacer 16 puntos en la frente, marca que aún conserva.
El Conventillo quedaba al costado del cerro de las culebras, hoy llamado el Cerro de Chena.

No fue mal alumno en el colegio. Pero a los 9 años se arrancó del Conventillo, junto a nueve en similar situación, entre hombres y mujeres.
De esa fecha que está en la calle.
Viajó por la línea del tren hasta la estación Central y de ahí se fue al cerro San Cristóbal, donde conoció a Don Guillermo, que vivía cerca de la virgen, en una gruta hecha de ramas. Don Guillermo le acomodó una “pieza” y le enseñó a leer y a escribir. Me decía hijo y terminó siendo a quien siempre llamó su padre.

La vida en la calle es dura; en invierno hace demasiado frío. Pero antes llovía más.
Nunca lo han asaltado; pero una vez trataron.
No le hace al alcohol ni a las drogas. Don Guillermo murió de cirrosis a los 95 años; lo conoció cuando él tenía 82 años. El único vicio que tiene es el cigarro.
Para cualquier dolencia tomaban agüitas de alguna yerba local. Le recomendó nunca tomar remedios de farmacias, pues estaban hechas para enfermarse y darle pega a los médicos.
Nunca lo ha visto un doctor.

Busca objetos en los basureros y los vende en la feria de Marín con Portugal.
Don Guillermo le hizo un carretón con rodamientos, e iba a la Vega y trabajaba llevándole las bolsas a las señoras que iban a comprar.
Ha tenido mujeres, pero las ha despachado rápido. Todas las mujeres de la calle son drogadictas.
No come carnes rojas por respeto a los animales.

Sus perros eran cinco; uno de ellos murió. Son la Ñoña, la Chilindrina (le dicen la Chubaca), el Tigre y el Roqui.
Le suelen dar comida de perros y la vende. Le da buena alimentación; sabe que son carnívoros. Dice que los médicos le recomiendan esa comida seca, así se enferman y tienen que ir al veterinario.
Dice que a los perros les hace bien el ajo y las cebollas, cosa que los veterinarios no recomiendan.

No tiene hijos; salvo los perros.
Nunca ha votado.
Nunca ha estado preso.
Nunca lo han operado de nada, salvo esos puntos en la frente, a los 7 años.

Tiene mala opinión de Boric, porque le dio la espalda al pueblo. No entiende cómo la gente votó por un cabro chico, con poleras matapacos.
Es agradecido de Pinochet, que a él no le robó ni le hizo ningún daño.

Le gusta ver Animal Planet. Me mostró la aplicación que tiene en su celular (9 3524-1858) donde ve películas y documentales.
Paga todo los meses su plan de Internet en Movistar, que le cuesta $ 7.000
Le instalé en su celular chatGPT, lo registré con su teléfono y le enseñé a usar su modo voz.

Lo vi como una persona tratable, pacífica, amante de sus perros, una buena persona.

sábado, agosto 23, 2025

Libro Los inocentes al poder de Daniel Mansuy

Leo en paralelo a Daniel Mansuy y a Renato Garín y su libro Los reemplazantes, dos autores que de distinta manera hablan del mismo fenómeno social.
Se trata de estos jóvenes que primero emergen con las protestas estudiantiles de los estudiantes secundarios, los llamados pingüinos, del año 2006.
Con más fuerza emergen el año 2011, esta vez de los estudiantes universitarios.

La Concertación a esta altura llevaba 20 años gobernando al país, una generación que a esa altura ya estaba desgastada, con una característica intolerable para esta nueva generación desafiante, que era el no haber podido salir de la política económica de la dictadura de Pinochet, el neoliberalismo.
Este sistema económico fue implantado o más bien impuesto por los Chicago boys,  en el gobierno autoritario.

Y ha funcionado, ha persistido, se ha arraigado persistentemente. Y los desafiantes, aparte de criticar sus fallos, que los tiene, no han tenido una opción alternativa, que realmente sea capaz de superarlo. Y por eso perdura, incluso en el actual gobierno de Gabriel Boric.
Este sistema de verdad ha permitido que el país crezca, suba su producción per cápita, promueva la iniciativa privada, la creatividad y el emprendimiento.
El problema es que los ricos se han hecho más ricos y la cantidad de pobres ha aumentado. Pero con un poco mayor nivel de bienestar.

La Concertación había perdido el poder por primera vez el año 2010 con Sebastian Piñera, de la derecha, de Renovación Nacional.
El malestar explotó al año siguiente con estas marchas estudiantiles, esta vez universitarias. La crítica al sistema educacional era profunda. Aparte que se consideraba el origen de toda la desigualdad fuertemente extendida.
Se pedía educación gratuita y de calidad, y no al lucro en la educación. Igualdad de acceso y más control del Estado.
Las marchas fueron potentes y multitudinarias. Las fuerzas políticas, de derecha e izquierda, no podían no atenderlas.

Esto coincide con la emergencia de una nueva fuerza política, la de los jóvenes. Lideran al principio, la Fech, Camila Vallejo y la Feuc, Giorgio Jackson. Gabriel Boric derrotaría a Camila Vallejo en la Fech en diciembre del año siguiente.
Estas marchas desafían al gobierno de Sebastian Piñera, representante de la élite económica del país.
Pero donde dispararon todos sus dardos ideológicos sería contra la Concertación, esa generación que había gobernado los últimos 20 años.
Y la verdad, la destrozan. Queda tan debilitada, que el país pierde el centro y se polariza hacia los extremos.

Tanto el gobierno de Piñera como el siguiente de Bachelet, incorporan en sus políticas muchas de las demandas de los movimientos estudiantiles. Lo curioso es que los anhelos de mejora no prosperan, todo lo contrario, empeoran.
Este fenómeno no está explicado en el libro.
Lo que pasa más adelante, es el estallido social. Este fue un terremoto social mayor, de alta destructividad. Reflejaba un malestar real, bastante profundo y violento.

Se va conformando un conglomerado político de jóvenes, puros e inocentes, que dicen representar al mundo social, del cual los políticos presentes, especialmente los de la Concertación, han perdido contacto y por lo tanto, no representan.
El estallido social, casi voltea al gobierno de Piñera dos. Logra zafar entregando la Constitución y sometiendola a una Convención Constitucional, democrática, con cupos reservados para los pueblos originarios y espacio amplio para que se presenten personas independientes, por fuera de los partidos políticos.

La elección de los convencionales fue en mayo de 2021. En diciembre de ese mismo año gana las elecciones presidenciales Gabriel Boric.
Los primeros meses del gobierno de Boric fueron un desastre. Patético es el caso de la ministra del Interior, Izkia Siches, cuando va a “dialogar” con los mapuches del Wallmapu y la reciben a balazos.

El proceso de esa Convención Constitucional fue un hito histórico de la izquierda. Finalmente podían a través de una nueva Constitución, refundar este país propiedad y gobernado por una pequeña élite. Fue un derroche de creatividad, desorden y hechos que causaron una muy mala impresión en la población.
El gobierno de Gabriel Boric que partió mal, apostó todas sus cartas al resultado del plebiscito de salida de la Convención. Perdieron por paliza; sacaron menos del 40% de aprobación.

De ahí para adelante, el plan de gobierno se mandó a guardar y se han dedicado a administrar lo que había. Pobre desempeño.
El Frente Amplio, desmembrado, inconexo, sin capacidad de hacer nada, ni tampoco de haber pensado en profundidad su crisis, está terminando muy desvalorizado.
Emerge una candidata del partido comunista en los grupos de izquierda, con una muy probable victoriosa derecha, por el lado de Kast para el gobierno que elegimos a final de este año.

Hemos terminado en un país achanchado, prácticamente paralizado económica y políticamente polarizado. Parece que es lo mismo que pasa en Bolivia.

jueves, agosto 14, 2025

Libro El poder del metabolismo de Frank Suárez

Hay libros que no se leen una sola vez, sino que se guardan cerca para consultarlos de vez en cuando, como un amigo sabio que siempre tiene algo nuevo que decirte.
El poder del metabolismo, de Frank Suárez, es uno de esos libros. Su valor radica en que entrega información estratégica para alimentarnos mejor, cuidarnos y mantenernos sanos… y, de paso, delgados.

Frank Suárez
El hombre detrás del libro

Frank Suárez es de esas personas que se te quedan en la retina. No tenía la formación académica que uno esperaría en un “experto” en salud. Su punto de partida fue muy distinto: fue obeso desde niño, y fue en la lucha contra su propia condición que encontró un camino. Lo compartió primero con cercanos, luego con un público creciente, y finalmente creó NaturalSlim, empresa que dirigió hasta su fallecimiento en 2021, a los 71 años, en un trágico hecho en San Juan de Puerto Rico.

Lo que el libro revela

A medida que avanzas en sus páginas, se hace evidente que el negocio de la alimentación no está diseñado para tu salud, sino para la rentabilidad de las empresas que los producen. Esto incluye tanto a quienes fabrican alimentos como a las farmacéuticas, que te venden medicamentos para “sanarte” de los males que esos mismos alimentos provocan.
Un enemigo declarado en el libro: la glucosa y los hidratos de carbono (pan, arroz, papas, tallarines, etc.). Son adictivos, generan antojos intensos y, en exceso, son nocivos.

Yo mismo recordé premios de infancia que hoy veo como “fatales”:

  • El ganador del juego del tesoro recibía un tarro de leche condensada convertida en manjar.
  • Los que se portaban bien llenaban una libreta y recibían dulces que comprábamos en la calle El Bosque.

Aprender para cuidarnos

Por eso, dice Suárez, se vuelve imperativo aprender sobre los alimentos, sus características y su impacto real en nuestro organismo.
Nuestro cuerpo es un sistema vivo y adaptable: si lo sometes a hambre, baja el metabolismo para sobrevivir… lo que hace aún más difícil bajar de peso.
Y no todos somos iguales: hay metabolismos pasivos y metabolismos excitados, con necesidades y respuestas diferentes.

Lo que cambió en mí

Este libro no solo me enseñó: me cambió hábitos.

  • Ahora tomo mucha más agua pura y casi eliminé las bebidas endulzadas y carbonatadas.
  • Practico la dieta 2x1 o 3x1: por cada porción de alimento “engordante”, consumo dos o tres porciones de alimentos “adelgazantes”.
    Por ejemplo: en el Cassis del Mall Los Domínicos, cuando pido un sándwich de queso caliente y jamón en pan blanco de molde, retiro la tapa superior del pan y no me la como.
  • Dejé de poner azúcar o endulzante en el café o té; solo les agrego un poco de leche o leche en polvo.

El resultado: tres personas ya me han dicho que me ven más delgado y me han preguntado qué he hecho. Les contesto que no he hecho dieta, ni pasado hambre, ni sufrido: solo leí este libro dos veces y apliqué lo aprendido.

Más que un libro de salud

El poder del metabolismo es una invitación a tomar las riendas de tu alimentación y tu energía.
Y aunque circula el rumor de que su muerte tuvo que ver con intereses oscuros de la industria farmacéutica, lo cierto es que su legado sigue vivo en quienes hemos decidido cuidarnos con consciencia.

Más vale leer este tipo de libros. A veces, el conocimiento pesa menos… y ayuda a que nosotros también pesemos menos.