viernes, noviembre 08, 2024

Camila Castro Diaz gerenta del Smart Fit de Isabel La Católica

Nos sentamos al lado afuera del Starbucks que está al lado del gimnasio Smart Fit.
Ella muy bien dispuesta a ser entrevistada, parto contándole un poco de mi, para que sepa con quien se mete.
Le digo que cada vez que entrevisto a alguien las sorpresas emergen. Y que antes había entrevistado a Guido del mismo gimnasio.

Parto preguntándole por los estudios que tiene.
Soy Licenciada en Filosofía, me dice. Debe haber visto mi boca abierta; no lo podía creer.
Y titulada; de la universidad de Chile. Guau.

Me cuenta que siempre tuvo un atractivo por el servicio social, por lo que parte estudiando Trabajo Social. A los tres años de carrera y algunas prácticas, descubre que no le gustaba.
Y se pasa a Licenciatura en Filosofía.
Esta carrera la disfrutó, en todo sentido. La gente que conoció, los temas de estudio, las discusiones.

El deporte es otro tema de siempre en ella. Su padre siempre ha sido bien deportista. De hecho sigue jugando fútbol.
Lo que la atrapó fue el box. Le llamó la atención su dimensión estética (quien diría).
Empezó a entrenar box y se metió a la Federación de Box.
Le toca la primera pelea oficial a la que va su padre y familia. La derrotan. Fue duro para ella; una especie de vergüenza.
Pero se levantó y siguió adelante. De hecho cuando nos encontramos venía de entrenar en otro gimnasio, justamente box.

Bueno, titulada de filósofa, busca trabajo y .. termina trabajando de garzona en un Bar de vinos, en el barrio Lastarria.
Fue en ese periodo que se va a vivir sola.
Se mete a estudiar una carrera corta de Preparadora Física y es por ahí que se irá después de visitar a su hermano Patricio que vive en Barcelona, por dos meses.
Trabaja en un gimnasio de Electrofitness. Se desilusiona.
Ingresa a trabajar a los gimnasios Smart Fit, en una sucursal en el Centro de Santiago.
El esquema son 4 horas diarias de trabajo y la idea es conseguir clases particulares en el mismo gimnasio y hacer un sobresueldo.
Pero hace pocos meses le ofrecieron una gerencia de una sucursal, cosa que aceptó con gusto.
De hecho hace tres meses que llegó de gerenta en la sucursal de Isabel La Católica, donde yo voy.

Actualmente está sin pareja. De hecho se separó de su marido hace tres meses, después de cinco años de relación, en que no tuvieron hijos. Él aportó un hijo suyo a la relación.
Con él se conocieron en el gimnasio de box; él también boxea.

Es la tercera de cuatro hermanos. Su padre, una persona exigente y responsable, ocupa el cargo de Jefe de producción de espumantes de la Viña Concha y Toro. Es muy cercano a ella y un referente para ella.
La otra persona muy importante para ella es su hermana mayor, la Natalia, periodista, a cargo del área de comunicaciones del DUOC. Es su mejor amiga y confidente.
Patricio, es Ingeniero Agrónomo y trabaja en una empresa del sector agrícola en Barcelona. Casado y deseando ya tener hijos.
Y el concho, Tomás, que viene saliendo en este momento de cuarto medio.

Qué te parece, filósofa, peleadora de box en serio y gerenta de un gimnasio de Smart Fit.
Empecé a hacerle preguntas de coaching (no puedo evitarlo) y se me quedó la idea que enfrenta sus miedos enfrentando lo que sea, y si es necesario a combos.
Box para vencer los miedos propios; qué tal ?

Una mujer intensa, apasionada, inteligente y con buena facha. Otra tremenda y grata sorpresa.
Gracias Camila y nos estamos viendo.

martes, noviembre 05, 2024

Libro El humano futuro de Pedro Maldonado

Pedro Maldonado es un neurocientífico chileno, que trabaja en el centro nacional de inteligencia artificial de la universidad de Chile.
Está conectado con todo el avance científico tanto de la inteligencia artificial como de la neuro tecnología, que practican empresas como Neuralink de Elon Musk

Somos un animal que viene evolucionando desde la historia remota. Nuestro cerebro es el resultado de esa evolución y su tamaño y complejidad tiene características que nos hacen distintos del resto de las especies, con capacidades cognitivas muy por sobre la de otros animales.

Lo que nos confiere la identidad que somos, el sentido de lo humano, según Pedro Maldonado, es nuestro libre albedrío y sentido de agencia, atributos localizados en el cerebro.
Qué pasará cuando nuestras decisiones las tomemos apoyados por máquinas de inteligencia artificial, que hagan la pega de pensar y recabar información, mucho mejor y más rápido que nosotros. Ya está pasando.
Y estas máquinas nos irán conociendo a nosotros mismos mejor de lo que nosotros nos conocemos.

Obviamente la confusión respecto de qué somos, quien de verdad está tomando todas nuestras decisiones más importantes, nos hará pensar en ámbitos nunca antes abordados.
La ciencia estudia el comportamiento del cerebro, de donde salen las ideas para la computación neuronal, base de la inteligencia artificial.
Y a la vez ya es capaz de emular a la cóclea, transformando señales mecánicas del sonido en señales eléctricas, que se las pasan a los nervios, haciendo oír a los sordos.

La inserción de chips en el cerebro ampliará capacidades mentales aún insospechadas. Ya nos estamos comunicando inalámbricamente con computadores y robots, para ampliar nuestras capacidades hasta límites impensados.
La pregunta por el qué somos, qué seremos, entra de lleno en nuestras conversaciones.
Falta en el relato de Pedro Maldonado la consciencia, que me parece que para él es también una emanación del cerebro.

Claro, yo pienso distinto, en el sentido que creo que el universo es consciencia y la materia es una manifestación de la conciencia. Somos una gota de consciencia encarnada en un cuerpo que cuando muere vuelve a su océano de la gran conciencia, perdiendo todo resabio del yo, que tanto adoramos en la forma del Ego.

Ya somos capaces de traspasar todas las cartas que un antepasado nuestro escribió y pedirle a la inteligencia artificial que hable como si fuera él, y tener conversaciones fecundas con antepasados nuestros.
Me imagino ánforas electrónicas donde hemos descargado la mente y la persona del fallecido, con la cual conversaremos cada vez que queramos.
Me pregunto qué sentirán esos seres parlantes encajonados a nuestra disposición.

La imaginación con todos estos adelantos es infinita.

domingo, noviembre 03, 2024

Historia del Grupo Grange

La idea de hacer un grupo con siete compañeros de curso del colegio Grange, que hace pocos días celebramos todos, los 55 años de salidos del colegio, surgió de las entrevistas que le hicimos con el Caco Salazar a 27 compañeros, después de descubrir que los queríamos, pero no los conocíamos.

Fueron almuerzos muy cordiales, de tres personas, el indagado o encuestado, a sabiendas que iba a ello y nosotros dos con el Caco.
Fue genial. Un gran descubrimiento, darnos cuenta que todos, sin excepción, terminaron disfrutando esto de ser interrogados sobre sus vidas, relaciones, hijos, haceres, etc.

Gustó tanto ese espacio de inquiry, que más de alguno señaló, “y eso es todo?”.
Nos quedamos pensando con el Caco y un día dijimos y porque no organizamos un grupo de siete, que sesionen cada 15 días.
Buena idea y nos pusimos a discernir a quienes invitábamos; así por afinidad, tincada, si pensábamos que acogerían, etc.
Y la acogida fue buena y partimos un miércoles 12 de diciembre del año 2018, en mi departamento.

Fue en la segunda reunión, que fue en marzo, que se instaura que cada uno se presentara ampliamente, en base a la pauta que di yo, Gabriel, presentándome primero.
Fue muy significativo para mi, que después de esta reunión donde cuatro se presentaron, para en la siguiente, se bajó del grupo una persona, que no estaba dispuesto a compartir su historia como se había establecido.
He aprendido por esta experiencia, que no todo el mundo está interesado en compartir sus temas personales en grupos.
Casi al final invitamos a otra persona a ser miembro del grupo y se resistió desde el primer momento a ser interrogado de temas personales. Hasta ahí nomás llegó.

Invitamos a otra persona del curso a incorporarse, que aceptó, que fue seleccionada por sus características, de manera que el grupo fuera lo más heterogéneo posible y practicáramos el conversar con apertura a la diversidad de posiciones, un interés mío, desde mi entrenamiento como coach en las tecnologías sociales del conversar.
Fue en la sesión 60 que esta nueva persona que incorporamos en esa ocasión, decidió abandonar el grupo, pues se le hacía muy difícil tolerar posturas que ahí escuchaba.
No resultó fácil, ni ha resultado fácil en otros grupos en que participo, acoger a veces posturas muy radicalmente distintas.

Hemos llegado a la sesión 130, siendo seis miembros en el grupo (no se aceptó invitar a otro, después de 60 encuentros y todo lo que habíamos construido en intimidad y afecto), en que hemos dado por terminado el grupo como actividad periódica quincenal.
Nos reuniremos en el futuro, cuando alguno sienta la necesidad del encuentro, haga la cita y tenga acogida.

Lo que sí quedó, es un vínculo que será claramente de por vida, de gran afecto, conocimiento profundo y gusto de encontrarnos.

Un rito se instaló con fuerza y es la vuelta, en que por turnos, cada uno cuenta cómo han sido las últimas dos semanas, con sus luces y sombras, en el plano personal.
Los demás pueden hacer preguntas indagatorias, pero no robarse el foco de atención con cuentos personales.
Por otra parte, muchas veces entrábamos en temas, que ya salían del relato de uno de los presentes o alguien lo ponía. Se pedía que el foco se pusiera en qué le pasaba a cada uno con el tema más que en el tema en sí mismo.
Ejemplo, no era la idea hablar del estallido social, qué opina cada uno de que había sido y por qué, sino qué te pasaba a tí con el estallido social.
El foco estaba en las personas que éramos y no en los temas en sí.

Hoy pienso que ser parte de estos grupos es esencial para ir por la vida acompañado y no solo. Un espacio de ser parte de un grupo, de una comunidad, donde la persona que soy sea respetada, acogida y querida.
De hecho, el libro Ikigai que acabo de leer, confirma que las zonas del planeta donde viven las personas mas longevas, todas ellas son miembros activos de comunidades de vínculos estrechos.

viernes, noviembre 01, 2024

Libro Capitalismo consciente de John Mackey y Raj Sisodia

Un libro que instala en forma definitiva un nuevo paradigma de cómo debe ser vista la empresa del siglo XXI. Abandona para siempre la mirada mecanicista de la empresa del siglo XX y establece la evolución natural a la empresa como un organismo vivo.
Los autores John Mackey y Raj Sisodia son ejemplos y referentes en todos los conceptos que vierten en este libro que usa la palabra “consciente” para referirse a un atributo que antes, o hasta hace poco estaba vedado, por considerarse muy esotérico.

Yo diría que lo fundamental de este movimiento del Capitalismo es virar la mirada desde la maximización de la utilidad para los accionistas, a un propósito más grande que las personas que habitan la empresa y la dirigen.
Establecer, en un diálogo amplio del máximo de colaboradores posible, un propósito superior, que además se alinee con los propósitos personales de las personas en juego.
Un propósito además sustentado en valores esenciales, como el bien, la verdad, la belleza y lo heroico.

Los autores ponen al centro el propósito y los valores, a los que rodean con lo que dicen constituirán los cuatro pilares en que se sustenta la idea de Capitalismo consciente.
Los otros pilares aparte del propósito y los valores, serán la integración de los agentes implicados (trabajadores, clientes, proveedores, inversores, comunidades circundantes, etc.), la necesidad esencial de que el liderazgo de la empresa sea también consciente y como cuarto pilar, que todo esto esté alojado en una cultura y una dirección conscientes.

Este propósito que más se parece al espíritu de una vocación, pues incluye elementos emotivos, que movilicen la pasión del máximo de actores posibles, y el espíritu.
El autor John Mackey, fundador de la empresa Whole Food Market, empresa líder en distribución de productos respetuosos con el medio ambiente y con la sociedad en general, vive una crisis por un huracán en que todas sus instalaciones se inundan hasta como 2 mts. Era el colapso, la quiebra de la empresa. Pero llegaron los trabajadores, los clientes, los proveedores, a ayudar con botas y palas en mano. Hasta los bancos les dijeron que no podían desaparecer y fueron el mejor ejemplo de cómo cuando todos los agentes están integrados y abrazan el propósito superior de la empresa, que saltan a salvarla como sea posible. Y lo hicieron.
Me parece el mejor ejemplo de lo que es integrar a todos los agentes implicados y lo que pasa cuando esto es una realidad.

Me parece clave lo que plantean John Mackey y Raj Sisodia acerca de la importancia que el máximo líder y su equipo sean líderes conscientes. Son personas que les encanta su trabajo, que les parece hermoso, al que asisten todos los días con alegría, donde les encanta servir, liderar y crear un futuro mejor para todos.
Disfrutan de su vocación, son individuos auténticos y les encanta compartir su pasión con los demás. Durante el día se cargan de energía en vez de quedar agotados.
Aparte de una inteligencia analítica, propia de los ingenieros, tienen inteligencia emocional, espiritual y de sistemas. Esta última es la capacidad de ver el ecosistema completo cada vez que tienen que tomar una decisión, consciente de cómo esta afectará a las partes.

Y para cerrar, el pilar de la cultura, que se refiere a la forma en que se hacen las cosas en la empresa, directivos y trabajadores, y que explican sus acciones.
Producto de esto, si el líder principal se va, no será tan fácil que todo se venga abajo; es la cultura la que sostendrá al ecosistema operando.
Los que más sienten todo esto son los clientes, que experimentan una real preocupación por su satisfacción. Los clientes desarrollan una lealtad y colaboración estrecha con la empresa, que hace que este tipo de empresas gaste muy poco en marketing, pues son los propios clientes y agentes relacionados los que le hacen propaganda.

Un libro que abraza lo que pienso hace falta para salir del entuerto planetario en que estamos, que consiste en elevar el nivel de conciencia.
Pero si ni siquiera sabemos qué es la conciencia.
Bueno, este libro muestra esa elevación de la conciencia aplicada a la empresa. Me parece simplemente genial.