Un libro que instala en forma definitiva un nuevo paradigma de cómo debe ser vista la empresa del siglo XXI. Abandona para siempre la mirada mecanicista de la empresa del siglo XX y establece la evolución natural a la empresa como un organismo vivo.
Los autores John Mackey y Raj Sisodia son ejemplos y referentes en todos los conceptos que vierten en este libro que usa la palabra “consciente” para referirse a un atributo que antes, o hasta hace poco estaba vedado, por considerarse muy esotérico.
Establecer, en un diálogo amplio del máximo de colaboradores posible, un propósito superior, que además se alinee con los propósitos personales de las personas en juego.
Un propósito además sustentado en valores esenciales, como el bien, la verdad, la belleza y lo heroico.
Los autores ponen al centro el propósito y los valores, a los que rodean con lo que dicen constituirán los cuatro pilares en que se sustenta la idea de Capitalismo consciente.
Los otros pilares aparte del propósito y los valores, serán la integración de los agentes implicados (trabajadores, clientes, proveedores, inversores, comunidades circundantes, etc.), la necesidad esencial de que el liderazgo de la empresa sea también consciente y como cuarto pilar, que todo esto esté alojado en una cultura y una dirección conscientes.
Este propósito que más se parece al espíritu de una vocación, pues incluye elementos emotivos, que movilicen la pasión del máximo de actores posibles, y el espíritu.
El autor John Mackey, fundador de la empresa Whole Food Market, empresa líder en distribución de productos respetuosos con el medio ambiente y con la sociedad en general, vive una crisis por un huracán en que todas sus instalaciones se inundan hasta como 2 mts. Era el colapso, la quiebra de la empresa. Pero llegaron los trabajadores, los clientes, los proveedores, a ayudar con botas y palas en mano. Hasta los bancos les dijeron que no podían desaparecer y fueron el mejor ejemplo de cómo cuando todos los agentes están integrados y abrazan el propósito superior de la empresa, que saltan a salvarla como sea posible. Y lo hicieron.
Me parece el mejor ejemplo de lo que es integrar a todos los agentes implicados y lo que pasa cuando esto es una realidad.
Disfrutan de su vocación, son individuos auténticos y les encanta compartir su pasión con los demás. Durante el día se cargan de energía en vez de quedar agotados.
Aparte de una inteligencia analítica, propia de los ingenieros, tienen inteligencia emocional, espiritual y de sistemas. Esta última es la capacidad de ver el ecosistema completo cada vez que tienen que tomar una decisión, consciente de cómo esta afectará a las partes.
Y para cerrar, el pilar de la cultura, que se refiere a la forma en que se hacen las cosas en la empresa, directivos y trabajadores, y que explican sus acciones.
Producto de esto, si el líder principal se va, no será tan fácil que todo se venga abajo; es la cultura la que sostendrá al ecosistema operando.
Los que más sienten todo esto son los clientes, que experimentan una real preocupación por su satisfacción. Los clientes desarrollan una lealtad y colaboración estrecha con la empresa, que hace que este tipo de empresas gaste muy poco en marketing, pues son los propios clientes y agentes relacionados los que le hacen propaganda.
Un libro que abraza lo que pienso hace falta para salir del entuerto planetario en que estamos, que consiste en elevar el nivel de conciencia.
Pero si ni siquiera sabemos qué es la conciencia.
Bueno, este libro muestra esa elevación de la conciencia aplicada a la empresa. Me parece simplemente genial.
La complejidad de los negocios y su vorágine, hacen muy difícil establecer, en un diálogo amplio del máximo de colaboradores posible, un propósito superior, que además se alinee con los propósitos personales de las personas en juego.No hay demasiado tiempo para ello. Mientras dialogas, te pasa la moledora de carne del negocio mismo,por encima.Suena bien, pero la realidad es muy distinta.
ResponderBorrarTenemos que sentarnos a conversar amigo Ricardo; no estoy de acuerdo contigo con todo mi afecto
BorrarAhora, tu estás en las pistas y yo en palco; aunque miro de cerca a muchos empresarios
Capitalismo consciente
ResponderBorrarse me ocurre que estos líderes adoran lo que hacen, eso es lo primero. Lo disfrutan al punto que no podrían hacer otra cosa. Es que el quehacer brota desde la consciencia, algo les dice que están bien en lo que hacen y como lo hacen. No hay susto, no hay exterioridades amenazantes, o mejor dicho no les asignan importancia. Están concentrados en su quehacer, convencidos o hipnotizados, …. Esta energía les permite sobrellevar cualquier obstáculo sin abrumarse, siguen adelante dejándose guiar o manifestando su impulso, que lo sienten y saben correcto.
Los quehaceres así realizados no pueden salir mal, por definición. Si algo no converge, ellos lo sabrán y corregirán rumbo, sin que signifique un fracaso!
Eso habla de un alto nivel de consciencia, no ?
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